Fecha: 7 de enero de 2016, 8:08
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO
FADUNT
LA RESOLUCIÓN DE LA VERGÜENZA
QUE PERPETRÓ EL LEGICIDIO EN LA UNT
A la comunidad universitaria y a la opinión pública:
Con un estilo grotesto, abusivo, manu militari, al estilo fascista de su mentor Daniel Mora, el rector de la UNT, Orlando Gonzales Nieves, consumó el martes 5, su muerte institucional al frente de la Universidad Nacional de Trujillo. Él, que había sido elegido, con los vicerrectores, Rubén Vera Véliz y Weyder Portacarrero, al amparo del Estatuto del que comenzó a despotricar, lo prostituye y lo viola y con ello arrasa la institucionalidad de la UNT. Ni la SUNEDU, ni Mora, se habían atrevido a cuestionar la norma que rige los destinos de la Universidad. Y, con total desparpajo y cometiendo un gravísimo legicidio, el rector pisotea el Estatuto de la UNT, los derechos de los Decanos, en la creencia que todos los docentes y la colectividad trujillana somos minusválidos mentales. Su abuso de autoridad ha enervado los ímpetus de sus decanos interinos quienes junto con docentes sin moral, ni argumentos y solo poseídos por la angurria del poder efímero, se han presentado solícitos al día siguiente, a cumplir con los designios que programaron desde la nocturnidad y desde la ilegalidad.
Ese carácter vertical y antidemocrático, además de falaz, que destila la resolución rectoral de marras, demuestra no solo el aprovechamiento interno frente a los acontecimientos que desangra a la autonomía universitaria, sino la careta real de las intenciones del grupo político que lo ha secuestrado que, de ninguna manera, están preocupados por el desarrollo de la Universidad y su prestigio. Tampoco les interesa la calidad y los proyectos visionarios, ni menos resguardan los intereses de los alumnos. Todo ello se evidencia cuando rompen el Estado de Derecho y saltan con garrocha el debido proceso para ejecutar lo que dispone la resolución de la vergüenza.
Sus decanos interinos, algunos de ellos, de dudosa trayectoria y carentes de los requisitos legales mínimos, corrobora el carácter fascista e ilegal de su gestión que lo encamina a su vacancia, conforme a lo establecido por la normatividad vigente.
Al amparo de la nueva Ley Universitaria, y el estatuto de la UNT que están por encima de todo dispositivo o normativa, como son las reglamentaciones incongruentes y contradictorias emanadas de la SUNEDU, indican que los señores decanos elegidos democráticamente, detentan legítimamente los cargos y sólo dejarán sus funciones cuando se convoquen a elecciones al cumplir el período por el cual fueron elegidos, como así lo señalan las disposiciones transitorias de esta Ley y a la cual se acogieron los asambleístas estatutarios para elaborar el cronograma de elecciones que el Comité Electoral Universitario Transitorio Autónomo debía ejecutar.
El delito más grave que se acaba de perpetrar con esta medida rectoral, es la violación de la Autonomía Universitaria que señala la Ley (Arts. 18 y 57) cuya vigencia ha sido reiterado por el Tribunal Constitucional y admitido también por la misma SUNEDU, verbigracia: "Esta superintendencia no desconoce la existencia de conflictos internos al interior de las casas de estudios superiores, siendo respetuosa de la autonomía universitaria, así como de las decisiones judiciales que sobre el particular se den…"(numeral 36 del oficio 0274-2015-SUNEDU/DS de fecha 17 de julio, firmado por Lorena de Guadalupe Masías Q.).
Como se sabe, los señores decanos, en uso de sus derechos constitucionales y del Estado de Derecho, han presentado al poder judicial sus demandas respectivas habiendo sido admitidas algunas de ellas; es decir, el caso está judicializado. Al respecto, Se debe hacer conocer que en las atribuciones del Rector, el ESTATUTO no le confiere poderes para cesar a los decanos; en todo caso, debería hacerlo respetando el debido proceso (norma procesal sagrada en el ejercicio del Derecho); es decir, que no hay observaciones de las causales de vacancia señaladas en el Estatuto y, en definitiva, no se ha respetado los derechos adquiridos por los señores decanos.
La resolución rectoral emitida autocráticamente significa también la violación de la juridicidad más elemental, violentando, además, la jerarquía de las normas legales, por lo que tenemos que recordarle que por encima de todo está, primero, la Constitución Política del Perú, luego la Ley Universitaria y enseguida, el Estatuto de la UNT. En ese sentido, ni las disposiciones dadas por la SUNEDU, ni menos aún su disparatada resolución de cese de decanos tiene valor legal alguno. Por ello, con justa razón y en resguardo de sus derechos adquiridos, los señores decanos tienen todo el derecho a la resistencia y desobediencia a esta disposición al amparo de la propia Constitución, por constituir acto delictivo flagrante tipificado como abuso de autoridad; por lo cual a la Asamblea Universitaria Transitoria le queda expedito el camino inevitable de declarar la vacancia del rector.
No han sido los Decanos ni los docentes respetuosos de la Ley Universitaria, del Estatuto y de las normas internas, quienes han violentado la institucionalidad de la UNT. Han sido, ¿qué duda cabe ahora?, el propio rector, sus vicerrectores y sus allegados quienes lo han sumido en un atolladero legal, en un callejón sin salida.
¿Qué dirá ahora la SUNEDU que se ha llenado la boca en todos los idiomas de que las Asambleas Universitarias Estatutarias, convertidas luego a Asambleas Universitarias Transitorias, al amparo de la Ley Universitaria reciente, son los órganos de máxima decisión en la Universidad, hasta que se renueven todas las autoridades, luego de haberse aprobado su estatuto y su cronograma electoral?
Finalmente, es bueno recordar, que la primera universidad que encaminó su proceso de adaptación a la nueva ley universitaria fue la UNT, cumpliendo escrupulosamente con cada uno de los pasos legales señalados en la misma.
Dentro de esa autonomía normativa que concede la Ley 30220, cada universidad elabora su propio estatuto de acuerdo a su realidad y ésta prevalece por sobre las decisiones antojadizas y las consignas políticas de Daniel Mora, el congresista Becerril y del lobista Zenón De Paz utilizando el poder de la SUNEDU, bajo cuyas alas se cobijan los lobos disfrazados de corderos de nuestra universidad, como son los Rojas, los Cuti, los Quevedo, los Arellano y Zerpa, cuyo objetivo final es, cueste lo que cueste, apoderarse de la casa de Bolívar y Sánchez Carrión para sumirla en el caos, la mediocridad y el desgobierno anarquista que los caracteriza, recurriendo para ello a las detestables encargaturas, con las que encubren el maloliente clientelaje y losdesmedidos apetitos de sus allegados.