Mensaje
: Las tantas reformas educativas promovidas en el Perú por los gobernantes republicanos se han caracterizado, con mayor o menor dosis, por sus planteamientos superficiales al no haber respondido a las causas históricas y estructurales de la crisis de nuestra educación. También por su tendencia al trasplante de ideas y programas, cuando no de órdenes expresas, de reformas extranjeras. Una tercera característica que se observa es el empirismo de las políticas educativas, que lleva a visiones parciales y a medidas de la misma naturaleza, creyendo que tocando uno de los elementos se resuelve el sistema en su conjunto. Lo que han hecho, en el fondo, es ahondar más la crisis y generar mayores desigualdades culturales y educacionales. En las dos oleadas de reformas educacionales patrocinadas por el Banco Mundial en América Latina (décadas de los 60 y 70 y la iniciada en los 80-90 del pasado siglo XX), los gobernantes peruanos han participado con especial euforia, endeudando al país para obtener nada menos que rotundos fracasos. Consciente de que todos los reacomodos que viene haciendo a la reforma educativa neoliberal que impusiera el fujimorismo y que, con algunos toques tecnocráticos (Plan Huascarán, por ejemplo) continuara el gobierno de don Alejandro Toledo, el actual gobierno aprista ha lanzado su proyecto de "colegios emblemáticos", sobre la base de los restos de un pasado educativo que hace tiempo periclitó: los antiguos colegios de origen virreinal-republicano y las grandes unidades escolares que fundara la dictadura de don Manuel A. Odría. En el fondo, los muertos se reencarnan en el supuesto modernismo de los neoliberales para esconder los verdaderos objetivos de la "nueva propuesta emblemática". Nuevamente el entusiasmo que generó el fracasado bachillerato del fujimorismo en caída libre de sus últimos 3 años de latrocinio. ¿Emblemas con el neoliberalismo? La educación peruana actual se rige hoy por la Ley General de Educación 28044 (2003) que legaliza e institucionaliza toda la reforma educativa neoliberal de los mencionados años 90. Su espíritu y sus objetivos estratégicos se enmarcan en el Estado neoliberal, economía de libre mercado, tendencia privatizadora fundamental, desregulación laboral de los trabajadores en la educación a través de las evaluaciones estandarizadas, recorte sistemático del presupuesto para la escuela pública con municipalización de la educación de por medio, recomposición del currículo constructivista del "nuevo enfoque" cuya cuarta versión constituye el Diseño Curricular Nacional 2009, para no mencionar otros elementos de la reforma fujimorista. En este escenario de reforma fracasada, aparece la propuesta de "colegios emblemáticos" con una inversión que permita remozar las viejas estructuras, hacer atractivos los ambientes físicos, alargar el horario de trabajo docente, garantizar alimentación a los estudiantes y, por cierto, dar la imagen de una preocupación importante por "mejorar la calidad de la educación", como han venido pregonando los reformadores neoliberales de los últimos 20 años. Es indudable que los directores de los colegios seleccionados y, seguramente, la plana docente, debe sentirse honrada por la propuesta, como ocurrió, en su momento, cuando el fujimorismo convirtió a ciertos colegios en pilotos de su ramplón bachillerato. Es lamentable que en el Perú se pueda aún considerar como plausible la posibilidad del neoliberalismo para producir emblemas en el campo de la cultura y la educación. Un emblema es el resultado de un proceso de cambios fundamentales en la estructura de una sociedad; no la imposición de una medida política para maquillar el fracaso de una política educativa como la actual. Lo emblemático es el resultado de las nuevas fuerzas espirituales que se despliegan para abrir los horizontes de una nueva vida. Creer que bajo el imperio del neoliberalismo, en evidente proceso de fracaso, se puede construir un emblema, no pasa de ser una utopía, cuando no una nueva maniobra demagógica de la cultura política criolla que nos domina. En el fondo de la propuesta hay motivaciones que la propaganda desplegada y la no poca complicidad de los medios de comunicación con las reformas neoliberales, impiden ver con claridad. El maquillaje del fracaso El gobierno aprista ya está al final de su segunda tanda de fracaso gubernamental. Ha sido incapaz de dotar a la democracia burguesa en crisis de, por lo menos, un ápice de funcionamiento normal. Ejecutivo y Legislativo, dos pilares de actuación gubernamental, actúan y legislan como en la "república de los cerdos" que Orwell, con su espíritu antisocialista, escribiera a partir de evidentes problemas de dirección en la construcción del socialismo, pero que cae muy bien para las republicas burguesas, cuyos cerdos hoy se acusan de haber producido la crisis financiera mundial. En materia educativa, usando el concepto elitista de la "meritocracia" profesional, quiso imponer el "tercio superior" que el propio Ministro Chang no pudo sortear como alumno de la Universidad Católica, viene aplicando las evaluaciones estandarizadas que han fracasado en los países donde se han impuesto bajo la batuta del Banco Mundial, y se ha propuesto despojar a los maestros de todos sus derechos profesionales para convertirlos en permanentes competidores para lograr algunos "incentivos" dentro de una nueva Carrera Pública Magisterial (Ley29062) que es, en realidad, la desprofesionalización de la carrera docente. ¿Qué se pretende maquillar con los "colegios emblemáticos? Primero, la ausencia de un proyecto educativo nacional integral y nuevo, democrático y moderno, con una escuela pública como soporte principal de la nueva educación que el Perú requiere. Segundo, en su lugar, una medida parcial para engañar al pueblo, concentrando un cierto porcentaje de la inversión educativa en un sector insignificante de la población escolar, que se convertiría en sector privilegiado frente a los millones de niños de las escuelas publicas realmente abandonadas, con un magro presupuesto que disminuye año tras año. Tercero, el objetivo político de segmentar a los maestros en "mejores" y "peores" para impedir su unificación que les permita luchar por sus derechos profesionales, situando a los "mejores" en los denominados "colegios emblemáticos", maestros que, en adelante, orientados por la psicología del pequeño burgués arribista, se sentirán, efectivamente, "los mejores" del país, como antes se autopercibían los maestros de educación secundaria frente a los del nivel primario, conducta que no es sino la expresión de uno de los elementos de la cultura criolla dominante que han estudiado nuestros más esclarecidos sociólogos. Cuarto, lo que mejor se maquilla con la propuesta "emblemática" es la concepción elitista de la cultura y la educación que campea en los predios neoliberales y que también orientó el pensamiento y la acción educativa de reformadores como Alejandro Deustua, quien pretendía impulsar el progreso del Perú educando a una élite, sin interesarse por las grandes mayorías indígenas de ese tiempo (fines del siglo XIX y principios del XX). Esta concepción elitista tiene, en el Perú de hoy, muchos promotores, generalmente dueños de centros de educación privados, verdaderos empresarios del negocio educativo, como el propio Ministro José Antonio Chang. Un conocido "educador", como León Trahtenbert, ha venido proponiendo la formación de élites magisteriales para que sus integrantes vayan multiplicando su sapiencia entre los demás, supuestamente "ignorantes", llegando a proponer, inclusive, el despido de no menos del 50% de los maestros en actividad. Estamos, pues, ante una nueva expresión de exclusión educativa en aras de formar élites por encima de los demás. La concepción del "goteo" y del "chorreo" que los neoliberales no han podido demostrar en la realidad, hoy se traslada al "chorreo" de la educación de una supuesta élite hacia abajo, como un efecto casi mecánico. Vana opción de los que ayer tanto pregonaban la "justicia social". Nada más oportuno hoy que fortalecer la lucha ideológica, política y pedagógica para la construcción de una alternativa de nueva educación: transformadora y liberadora, integral, democrática, patriótica, científica, gratuita y universal, laica y de coeducación obligatoria, financiada con no menos del 8% del PBI para la escuela pública renovada, dentro de nuevas condiciones económicas, políticas y sociales definidas en un proyecto nacional de desarrollo de largo plazo. Esta alternativa es diferente y opuesta a la del neoliberalismo y, en general, al capitalismo dominante. Aquí también se da el dilema que planteara José Carlos Mariátegui: capitalismo o socialismo. Iquitos, corazón de la Amazonía peruana, noviembre 6 del 2009. Por: José Ramos Bosmediano, educador, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en América, ex Secretario General del SUTEP
Enviado por http://blog.unijimpe.net
¡UNIDAD PARA LUCHAR,UNIDAD PARA VENCER!
Estimados maestros y maestras:
Estamos atravesando circunstancias difíciles para el magisterio y la educación pública. El mensaje presidencial por fiestas patrias ha hecho más evidente el abandono, por parte de Ollanta, de sus compromisos electorales y la continuidad del modelo neoliberal.
Lejos de cumplir con lo ofrecido al magisterio y lo avanzado en la mesa de diálogo, respecto del urgente incremento de remuneraciones y pensiones, así como el pago de la deuda histórica, lo que tenemos es una propuesta de una "Ley de Desarrollo Docente" que, por presión de los defensores de la mal llamada Ley de CPM, hasta le han cambiado de nombre y, hasta donde se conoce por la versión no oficial que está circulando, en el marco del ahorro fiscal que exige el Ministerio de Economía, por orden del FMI, pretende anular los más importantes beneficios económicos y hasta rebajar los niveles alcanzados por los maestros comprendidos en la Ley 24029 – 25212.
Sin embargo, el SUTEP cuenta con el Anteproyecto de Ley del Profesorado, que luego de ser aprobado en dos convenciones nacionales sucesivas y de una amplia difusión, ha sido presentado al Congreso de la República por intermedio del Colegio de Profesores del Perú. Tal como lo ha aprobado la V Asamblea Nacional de Delegados del SUTEP, del 02 de agosto, exigimos el más amplio debate de ambas propuestas con la participación de los directamente involucrados como somos los maestros.
Entre otras cosas, debemos exigir:
1) Aumento para todos los maestros (desde el piso salarial) y proporcionalmente a los niveles. ¡No a la rebaja de los sueldos!
2) Respeto a los niveles alcanzados en las respectivas leyes (24029 y 29062) no a las "reubicaciones" arbitrarias y sin criterio pedagógico. ¡No a la rebaja de niveles!
3) Carrera de 5 niveles y desarrollo meritocrático (por evaluación) para los ascensos.
4) Evaluación que incida principalmente en el desempeño en el aula o la función que se ejerza.
5) Respeto a todas las bonificaciones y asignaciones conquistadas.
6) Respeto de la estabilidad laboral.
7) Desarrollo magisterial con equidad, no a la condena del 70% de maestros a una "carrera" de dos niveles (29062).
Lamentablemente en esta lucha tenemos dos distractivos: por un lado los defensores de la mal llamada Ley de CPM de Chang y García, que plantean no tocar ese engendro y "ni un sol de aumento si no es previa evaluación"; y, por otro lado el anarquismo divisionista que le hace el juego a los enemigos del magisterio y que tras el objetivo de legitimar al movadef de sendero luminoso, para buscar la amnistía de Fujimori, Montesinos y Abimael Guzmán, han promovido una huelga de una minoría del magisterio del sur del país, generando ante la opinión pública la imagen de un sindicato dividido, que sólo favorece a los implementadores de la reforma educativa neoliberal, privatista y antimagisterial. No es la primera vez que lo hacen: en el 2003, con su accionar divisionista, dieron motivo para la declaratoria del estado de emergencia y la posterior aprobación de la Ley General de Educación 28044 que da inicio a la "evaluación para la permanencia"; en el 2007, igualmente promovieron una huelga divisionista que permitió la dación de la Ley 29062 mal llamada de CPM de Chang.
Hoy requerimos de la más amplia unidad para enfrentar esta situación. Además del amplio debate para el que debemos estar preparados, en base a nuestra propuesta, necesitamos estar mentalizados para las más diversas acciones de masas que debemos implementar en el momento oportuno, sobre todo cuando se inicie el debate en el Congreso, incluida la huelga. Participemos activamente en las reuniones de estudio y debate de la Ley el 10 de agosto y garanticemos la presencia de nuestros delegados en la Convención Nacional Extraordinaria del 18 de agosto. Pongamos en tensión todas nuestras fuerzas.
Rene Ramírez Puerta
Secretario General SUTEP