CALIDAD DE LA EDUCACIÓN : SU HISTORIA
Oscar Felipe Ventura
El nivel general de la educación en América Latina es uno de los más bajos del mundo, con una notoria excepción – Cuba –, que obtiene en todas las pruebas los mejores resultados. La respuesta a este problema es el mejoramiento de la calidad educativa. La calidad de la educación, como objetivo, se ha convertido en un concepto estratégico en las formulaciones de política educativa en la gran mayoría de los países.
El interés en la calidad de la educación surgió por primera vez en Estados Unidos en 1983, con la publicación del Informe de la Comisión Nacional de Excelencia Educativa, según el cual el estado de la educación en ese país había puesto en peligro la competitividad e integridad de la sociedad estadounidense y que era necesario introducir medidas que produjeran cambios, para revertir la situación. En 1984, las autoridades de EE.UU. con la OCDE (Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico) organizaron una reunión internacional de Ministros de Educación, la que concluyó en que la calidad de la educación básica debía transformarse en una tarea prioritaria para los países de la OCDE. Esto motivó diversas reuniones internacionales orientadas a vincular la calidad con distintos componentes de la educación como: el currículo (1985), la dirección escolar (1986), los docentes (1986), la evaluación y la supervisión (1986). Todos convergen en el informe internacional “Escuelas y Calidad de la enseñanza” (1990) y en el Debate Ministerial sobre Educación y Formación de Calidad para todos (1992).
El problema era cómo medir la calidad de la educación. A mediados de los 80, la opinión predominante estuvo centrada en los años de escolaridad. Se decía que un país ofrecía una mejor educación cuando sus tasas de matrícula eran más elevadas, los niños permanecían más tiempo en el sistema escolar y las tasas de graduación exhibían índices superiores a los de otro país. Se optó por una respuesta de tipo cuantitativo. Calidad se hizo equivalente a más años de escolaridad, permanencia y/o tasas de graduación. Pero si todos los países tenían una cantidad de años similar, no era posible discriminar entre ellos y determinar el elemento residual que explicara las diferencias de competitividad observadas entre las naciones.
Surgió así la demanda por la medición. Tras sucesivos ensayos se llegó a fijar la calidad de la educación, en la observación y medición del logro académico (identificar y medir niveles de aprendizaje). Se definió calidad de la educación como el nivel aceptable en cuanto al rendimiento o logro académico, y se consideró como rendimiento o logro académico al puntaje que se obtiene de respuestas correctas en ítems de las pruebas de lenguaje y matemática. Es una visión restringida e incompleta. ¿Por qué sólo se mide lenguaje y matemática?. ¿Y las otras áreas del conocimiento?.¿Y la formación de capacidades y valores?. Se necesita tener una visión integral para referirse a la calidad de la educación, la que se logra por la integración de diversos factores: efectos de la educación preescolar, materiales educativos, bibliotecas, infraestructura, estatus socio-económico, etc.
T. 06.02.2008
¡UNIDAD PARA LUCHAR,UNIDAD PARA VENCER!
Estimados maestros y maestras:
Estamos atravesando circunstancias difíciles para el magisterio y la educación pública. El mensaje presidencial por fiestas patrias ha hecho más evidente el abandono, por parte de Ollanta, de sus compromisos electorales y la continuidad del modelo neoliberal.
Lejos de cumplir con lo ofrecido al magisterio y lo avanzado en la mesa de diálogo, respecto del urgente incremento de remuneraciones y pensiones, así como el pago de la deuda histórica, lo que tenemos es una propuesta de una "Ley de Desarrollo Docente" que, por presión de los defensores de la mal llamada Ley de CPM, hasta le han cambiado de nombre y, hasta donde se conoce por la versión no oficial que está circulando, en el marco del ahorro fiscal que exige el Ministerio de Economía, por orden del FMI, pretende anular los más importantes beneficios económicos y hasta rebajar los niveles alcanzados por los maestros comprendidos en la Ley 24029 – 25212.
Sin embargo, el SUTEP cuenta con el Anteproyecto de Ley del Profesorado, que luego de ser aprobado en dos convenciones nacionales sucesivas y de una amplia difusión, ha sido presentado al Congreso de la República por intermedio del Colegio de Profesores del Perú. Tal como lo ha aprobado la V Asamblea Nacional de Delegados del SUTEP, del 02 de agosto, exigimos el más amplio debate de ambas propuestas con la participación de los directamente involucrados como somos los maestros.
Entre otras cosas, debemos exigir:
1) Aumento para todos los maestros (desde el piso salarial) y proporcionalmente a los niveles. ¡No a la rebaja de los sueldos!
2) Respeto a los niveles alcanzados en las respectivas leyes (24029 y 29062) no a las "reubicaciones" arbitrarias y sin criterio pedagógico. ¡No a la rebaja de niveles!
3) Carrera de 5 niveles y desarrollo meritocrático (por evaluación) para los ascensos.
4) Evaluación que incida principalmente en el desempeño en el aula o la función que se ejerza.
5) Respeto a todas las bonificaciones y asignaciones conquistadas.
6) Respeto de la estabilidad laboral.
7) Desarrollo magisterial con equidad, no a la condena del 70% de maestros a una "carrera" de dos niveles (29062).
Lamentablemente en esta lucha tenemos dos distractivos: por un lado los defensores de la mal llamada Ley de CPM de Chang y García, que plantean no tocar ese engendro y "ni un sol de aumento si no es previa evaluación"; y, por otro lado el anarquismo divisionista que le hace el juego a los enemigos del magisterio y que tras el objetivo de legitimar al movadef de sendero luminoso, para buscar la amnistía de Fujimori, Montesinos y Abimael Guzmán, han promovido una huelga de una minoría del magisterio del sur del país, generando ante la opinión pública la imagen de un sindicato dividido, que sólo favorece a los implementadores de la reforma educativa neoliberal, privatista y antimagisterial. No es la primera vez que lo hacen: en el 2003, con su accionar divisionista, dieron motivo para la declaratoria del estado de emergencia y la posterior aprobación de la Ley General de Educación 28044 que da inicio a la "evaluación para la permanencia"; en el 2007, igualmente promovieron una huelga divisionista que permitió la dación de la Ley 29062 mal llamada de CPM de Chang.
Hoy requerimos de la más amplia unidad para enfrentar esta situación. Además del amplio debate para el que debemos estar preparados, en base a nuestra propuesta, necesitamos estar mentalizados para las más diversas acciones de masas que debemos implementar en el momento oportuno, sobre todo cuando se inicie el debate en el Congreso, incluida la huelga. Participemos activamente en las reuniones de estudio y debate de la Ley el 10 de agosto y garanticemos la presencia de nuestros delegados en la Convención Nacional Extraordinaria del 18 de agosto. Pongamos en tensión todas nuestras fuerzas.
Rene Ramírez Puerta
Secretario General SUTEP