Mensaje
.La Habana. Con la misma prontitud que hace casi 12 años se movilizaron para atender a la población haitiana como resultado del devastador huracán George, que azotó a la región sureste de Haití causando la muerte a miles de personas, hoy, médicos cubanos, sin perder un minuto, prestan asistencia médica a los heridos por el destructor terremoto que sacudió a esa nación el 12 de enero pasado. La vocación humanista e internacionalista de Cuba se puso de manifiesto al iniciar su trabajo la Brigada Médica que ofrece sus servicios solidarios en Puerto Príncipe, la capital, apenas se dejó de sentir el temblor de siete grados en la escala de Richter, ocurrido a las 16:53 horas locales, y al que siguieron dos réplicas de 5,9 y 5,5 grados. Los galenos de la Isla que se encontraban en ese país brindando atención gratuita a millones de haitianos en los momentos en que ocurrió el potente sismo de inmediato formaron un hospital de campaña en una instalación anexa al centro hospitalario que sufrió derrumbes en sus instalaciones. Eran las primeras horas amargas después del sismo, que dejó miles de fallecidos, entre mujeres, hombres y niños. En las primeras 24 horas los hombres y mujeres de batas blancas atendieron a unos 1102 pacientes y habían realizado 19 intervenciones quirúrgicas. A ellos se les unió pocas horas después de la catástrofe, causante de más de cien mil víctimas fatales (según primeras estimaciones oficiales) la brigada médica cubana creada para situaciones de desastres naturales, que llevó a la hermana nación medicamentos, avituallamiento, alimentos, bolsas de suero y de plasma. También viajaron a la Isla caribeña jóvenes haitianos que estudian medicina en Santiago de Cuba. Una semana después, son más de 11 mil las personas que han pasado por las manos de los médicos cubanos, quienes han practicado alrededor de 400 cirugías. Algunos de estos galenos vivieron momentos trágicos como este y trabajaron también en situaciones muy difíciles cuando prestaron servicios a la población de Pakistán tras el devastador terremoto que sacudió a ese país hace pocos años. Haití, que significa "tierra de montañas", es considerada la segunda Isla más grande del Caribe con una extensión territorial de 27.750 km2. Está dividida en 10 departamentos y cerca del 95% de su población es descendiente de esclavos africanos negros; el resto son mulatos descendientes de africanos y franceses. Con una población estimada en nueve millones de habitantes, el 80% vive en condiciones precarias. En Haití, donde solo en las cabeceras departamentales un hospital estatal ofrece algunos servicios específicos que hay que pagar, el pasado año constructores haitianos e ingenieros cubanos trabajaban en la edificación de diez Centros de Diagnóstico Integral (CDI) para la atención gratuita de cientos de miles de personas pobres. En los ya inaugurados, construidos con presupuesto venezolano y equipados con tecnología cubana, se brindan servicios de rayos x, ultrasonido, endoscopía, electrocardiografía, cirugía, ginecobstetricia, terapia intensiva, hospitalización, laboratorio clínico y cuerpo de guardia, y en ellos trabajan, junto a los galenos cubanos, jóvenes haitianos graduados en la Mayor de las Antillas. Cuba fue uno de los primeros países en ofrecer su ayuda solidaria a Haití, donde son las mujeres y los niños los que más sufren las consecuencias de este terremoto ocurrido en una isla que no ha dejado de temblar en la última semana, con una réplica de seis grados registrada este martes, exactamente una semana después de la tragedia, causando nuevamente pánico entre la población. COLABORACIÓN DEL ALBA CON HAITÍ La Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) da muestras, una vez más, de sus principios solidarios y de cooperación, ahora con el hermano y vecino Haití. Los países del grupo solidarizados con la empobrecida nación caribeña afectada por el poderoso terremoto de la semana pasada comenzaron a enviar de inmediato ayuda humanitaria. La asistencia de Venezuela comenzó a llegar el mismo día que ocurrió el terremoto y continúa. Esta semana dos buques de la Armada Venezolana y otros dos del ALBA zarparon desde ese país con cinco mil 517 toneladas de alimentos. El ministro de Interior y Justicia Tareck El Aissami precisó que los dos buques de la Armada llevaban a bordo 616 toneladas de alimentos y diferentes rubros, más 116 toneladas de maquinarias pesadas. A su vez, 120 integrantes de la Brigada Humanitaria Simón Bolívar laboran en las tareas de reconstrucción, y con anterioridad viajó un primer grupo de 79 personas, entre ellos médicos, rescatistas y bomberos, que portaban medicina, herramientas y agua potable. Otro de los países del ALBA, Nicaragua, envío esta semana más medicinas y seis mil libras de arroz, frijol, aceite y leche para los niños, a la vez que viajaron ocho médicos nicaragüenses. También desde Bolivia llegó la ayuda solidaria con una tonelada de sangre y plasma, donada por el pueblo, además de varias toneladas de medicamentos y alimentos. Aunque algunos de estos países y otros procedentes de Europa y Asia organizaron brigadas de rescate éstas son insuficientes. Miles de fallecidos permanecen en las calles, mientras otros resisten el dolor y es grande el desorden en las calles antes la falta de electricidad, agua y la destrucción de cientos de edificaciones. Los países del ALBA, al igual que lo han hecho otras naciones del mundo, han criticado la presencia militar de Estados Unidos en Haití, un territorio en ruinas que no necesita de soldados sino de batas blancas para atender a los miles de heridos que dejó el terremoto. Mientras miles de hombres, mujeres y niños se encuentran entre la vida y la muerte y ese enlutado país depende de la ayuda internacional para socorrer a las víctimas de esta catástrofe, irónicamente Barack Obama, el presidente de la nación más poderosa del mundo, se ocupa en gastar millones de dólares en guerras injustificadas. Según medios de prensa, Obama pedirá al Congreso otros 33 000 millones de dólares para financiar las guerras de Afganistán e Iraq, que han costado la vida a miles de seres inocentes, una cifra que bien podría ayudar a reconstruir un país en ruinas. Por: Mariela Pérez Valenzuela http://www.mujeres.co.cu/articulo.asp?a=2010&num=472&art=10
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¡UNIDAD PARA LUCHAR,UNIDAD PARA VENCER!
Estimados maestros y maestras:
Estamos atravesando circunstancias difíciles para el magisterio y la educación pública. El mensaje presidencial por fiestas patrias ha hecho más evidente el abandono, por parte de Ollanta, de sus compromisos electorales y la continuidad del modelo neoliberal.
Lejos de cumplir con lo ofrecido al magisterio y lo avanzado en la mesa de diálogo, respecto del urgente incremento de remuneraciones y pensiones, así como el pago de la deuda histórica, lo que tenemos es una propuesta de una "Ley de Desarrollo Docente" que, por presión de los defensores de la mal llamada Ley de CPM, hasta le han cambiado de nombre y, hasta donde se conoce por la versión no oficial que está circulando, en el marco del ahorro fiscal que exige el Ministerio de Economía, por orden del FMI, pretende anular los más importantes beneficios económicos y hasta rebajar los niveles alcanzados por los maestros comprendidos en la Ley 24029 – 25212.
Sin embargo, el SUTEP cuenta con el Anteproyecto de Ley del Profesorado, que luego de ser aprobado en dos convenciones nacionales sucesivas y de una amplia difusión, ha sido presentado al Congreso de la República por intermedio del Colegio de Profesores del Perú. Tal como lo ha aprobado la V Asamblea Nacional de Delegados del SUTEP, del 02 de agosto, exigimos el más amplio debate de ambas propuestas con la participación de los directamente involucrados como somos los maestros.
Entre otras cosas, debemos exigir:
1) Aumento para todos los maestros (desde el piso salarial) y proporcionalmente a los niveles. ¡No a la rebaja de los sueldos!
2) Respeto a los niveles alcanzados en las respectivas leyes (24029 y 29062) no a las "reubicaciones" arbitrarias y sin criterio pedagógico. ¡No a la rebaja de niveles!
3) Carrera de 5 niveles y desarrollo meritocrático (por evaluación) para los ascensos.
4) Evaluación que incida principalmente en el desempeño en el aula o la función que se ejerza.
5) Respeto a todas las bonificaciones y asignaciones conquistadas.
6) Respeto de la estabilidad laboral.
7) Desarrollo magisterial con equidad, no a la condena del 70% de maestros a una "carrera" de dos niveles (29062).
Lamentablemente en esta lucha tenemos dos distractivos: por un lado los defensores de la mal llamada Ley de CPM de Chang y García, que plantean no tocar ese engendro y "ni un sol de aumento si no es previa evaluación"; y, por otro lado el anarquismo divisionista que le hace el juego a los enemigos del magisterio y que tras el objetivo de legitimar al movadef de sendero luminoso, para buscar la amnistía de Fujimori, Montesinos y Abimael Guzmán, han promovido una huelga de una minoría del magisterio del sur del país, generando ante la opinión pública la imagen de un sindicato dividido, que sólo favorece a los implementadores de la reforma educativa neoliberal, privatista y antimagisterial. No es la primera vez que lo hacen: en el 2003, con su accionar divisionista, dieron motivo para la declaratoria del estado de emergencia y la posterior aprobación de la Ley General de Educación 28044 que da inicio a la "evaluación para la permanencia"; en el 2007, igualmente promovieron una huelga divisionista que permitió la dación de la Ley 29062 mal llamada de CPM de Chang.
Hoy requerimos de la más amplia unidad para enfrentar esta situación. Además del amplio debate para el que debemos estar preparados, en base a nuestra propuesta, necesitamos estar mentalizados para las más diversas acciones de masas que debemos implementar en el momento oportuno, sobre todo cuando se inicie el debate en el Congreso, incluida la huelga. Participemos activamente en las reuniones de estudio y debate de la Ley el 10 de agosto y garanticemos la presencia de nuestros delegados en la Convención Nacional Extraordinaria del 18 de agosto. Pongamos en tensión todas nuestras fuerzas.
Rene Ramírez Puerta
Secretario General SUTEP