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miércoles, 25 de junio de 2014

LA ESCUELA, EL MAESTRO Y LA COMUNIDAD ( PARTE I)

De: Hans Mejia <hansmejiaguerrero@gmail.com>
Fecha: 24 de junio de 2014, 19:30

Mg. Hans Mejía Guerrero
Asesor y Consultor en Ciencias Pedagógicas y Políticas Educativas
RPC: 989090712





Pablo Miranda

¿Qué es la escuela?
 A través de los tiempos y en todas las culturas y pueblos, desde la aparición de la propiedad privada y de las clases sociales, la escuela en sí y por sí misma, juega un rol de trascendencia. Es uno de los engranajes de la sociedad. Existió y pervivirá para la reproducción del conocimiento.
La escuela hace parte de las superestructuras de la sociedad. Refleja los intereses materiales y espirituales de las clases y sectores dominantes. En las diversas etapas de la sociedad, la escuela responde a la base material, a la estructura económica y social. La escuela ha evolucionado y se ha revolucionado conforme se desenvolvía la vida de la sociedad.
Existen muchas definiciones de la Escuela, pero todas ellas se basan esencialmente en sus propósitos y en sus metodologías.
Nosotros esbozaremos una explicación que no pretende ser original, sino más bien la condensación de unas cuantas ideas, elaboradas y trazadas por varios autores.
La escuela es un proceso activo mediante el cual se produce la apropiación y reproducción de las ideas, las artes y las técnicas que han sido y son elaboradas por la humanidad a través de los tiempos.
Señalemos que al definir a la escuela como un proceso, hablamos de un sistema, de instituciones, de método y metodologías, de actores y protagonistas, de sujetos y propósitos.
Cuando hablamos de la apropiación y reproducción de las ideas, las artes y las técnicas nos referimos a los contenidos que se socializan, que se aprehenden y elaboran en el proceso mismo de la realización de la escuela
La Escuela recoge el conocimiento del pasado, recrea las ideas del presente y plantea perspectivas para el mañana.
La Escuela es un proceso históricamente determinado. A cada época corresponde una escuela concreta.

¿Cuál es el papel de la escuela en la sociedad?
Esta es una cuestión básica. La escuela está concebida, en todas las sociedades de clases para:
§  La reproducción de las ideas de las clases dominantes en el conjunto de la sociedad;
§  Subyugar las aspiraciones y las propuestas de las clases subordinadas;
§  La formación de la fuerza laboral necesaria para la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales  de la sociedad;
§  La construcción de una intelectualidad que preserve y sostenga el andamiaje social;
§  La formación de los futuros gobernantes;
§  La legitimación del poder y de la institucionalidad.
Esta cuestión fue de esta manera en el pasado, ocurre en el presente y será una realidad en el futuro.
En la sociedad ecuatoriana de nuestros días ese rol de la escuela tiene vigencia plena.
En la sociedad ecuatoriana las clases dominantes están conformadas por los grandes empresarios capitalistas, propietarios de los grandes medios de producción, que son socios y sustento de la explotación y dominación de los monopolios internacionales, principalmente norteamericanos.
Esas clases dominantes necesitan, para reproducir el  modo de vida, para generar la riqueza y la acumulación, formar mano de obra calificada, trabajadores que puedan manejar las maquinarias y aplicar las nuevas tecnologías y esa tarea la encarga a la escuela (aquí nos referimos a todos los niveles de la educación, a los colegios técnicos que forman a los trabajadores calificados de la industria moderna, a las universidades y escuelas politécnicas que forman los cuadros  técnicos y científicos, a las escuelas de marketing y publicidad que producen a los especialistas en estas áreas de la vida económica y material).
Esas mismas clases dominantes requieren que una parte de los trabajadores siga uncida a las labores manuales, a las formas de producción atrasadas, al azadón y al machete, al pico y a la pala y por consiguiente encarga esa responsabilidad a la escuela. (Hablamos de la escuela rural y de aquella de los barrios populares de las ciudades)
Los capitalistas necesitan de una intelectualidad que sostenga el estatus actual, que teorice y desenvuelva ideas y propuestas en el marco del sistema capitalista, que recree esa situación y le muestre soluciones en el marco del modo de vida.
Esa intelectualidad está constituida por los artistas y literatos, por los pensadores y filósofos, por los abogados y demás profesionales que constituyen la trama de la sociedad, por los profesores que tienen el rol de socializar los conocimientos y las ideas de los de arriba. 
Los dueños del país, los imperialistas y grandes burgueses imponen su modo de ver y pensar, su concepción del mundo, en definitiva su ideología; para cumplir estos propósitos requieren anular el pensamiento progresista de los trabajadores y los pueblos. La imposición de un modo de pensar exige la condena y el arrinconamiento de las ideas de los opositores.
Todo el sistema educativo está dirigido a cumplir esos objetivos. Desde la escuela parvularia hasta los altos niveles de la educación universitaria, los contenidos y las metodologías  registran y conducen esas ideas y sistemas. La escuela es uno de los pilares para la reproducción y legalización de sus ideas.      
La dirección del Estado y de la sociedad requiere de cuadros capacitados para cumplir sus responsabilidades. Los nuevos gobernantes, aquellos que constituyen la cúpula de institucionalidad, los presidentes y ministros, los jueces, los sacerdotes, los oficiales militares y de policía, el ejército de mandos medios que demanda la institucionalidad, han de formarse por parte de la escuela.
Para cumplir esos objetivos están las diversas instituciones educativas, la escuela, el colegio y las universidades. La gran mayoría de altos funcionarios de Economía y las Finanzas del Estado y de la empresa privada son egresados de las Universidades Particulares del país y del exterior.

La escuela a través de los tiempos
Es evidente que las necesidades de la sociedad van cambiando, conforme se desarrollan las fuerzas productivas. Esos cambios se reflejan también en la escuela.
La escuela ecuatoriana es una de las expresiones del desarrollo de la sociedad.
Hablaremos aquí solamente de la escuela de la República.
La escuela que construyeron los terratenientes servía de manera expresa a sus intereses, reproducía su modo de pensar, su ideología. La enseñanza era un privilegio para los hijos de los señores, estos podían tenerla completa, ir al colegio y a la Universidad, formarse para dirigir el país y las haciendas, para el comercio, podían ir a Europa. Los hijos de los campesinos y de los artesanos y comerciantes no tenían derecho a la escolaridad, mientras menos supieran eran una garantía para la explotación y opresión de que eran víctimas. Desde luego debían recibir la doctrina cristiana, la predica de la resignación y la humildad, del respeto a Dios y sus superiores. Por eso la escuela era encomendada a la iglesia, se limitaba a la enseñanza de destrezas para el trabajo manual, para la artesanía y el comercio.
La escuela que erigieron los capitalistas constituyó en el Ecuador un gran paso adelante, se inició con el triunfo de la revolución liberal y continúa desenvolviéndose en correspondencia con el desarrollo de las fuerzas productivas. Una primera cuestión a resolver fue la implantación del laicismo, la paulatina generalización a más amplios sectores de la ciudad y el campo; vinieron luego la incorporación de la mujer a la escuela y a la docencia; más adelante la enseñanza técnica.
La nueva escuela, aquella que construiremos los trabajadores y los pueblos del Ecuador, reproducirá también los intereses económicos, sociales y políticos de sus responsables. Será una escuela para la vida y el trabajo, para la forja de un mundo nuevo; será una escuela para la libertad, para la patria y para la solidaridad.

FUENTE:

Pablo Miranda (2004). La Escuela, el maestro y la comunidad. Ediciones UNE Nacional. Primera edición Quito Ecuador.  


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Publicado por Blogger para Mg. Hans Mejía Guerrero el 6/24/2014 05:23:00 p. m.


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