Por Carlos Castillo Peralta.
Existen importantes razones por las que las transnacionales inviertan en países en vía de desarrollo, y ninguna de ellas ofrece mayor beneficio al país destino de la inversión.
Incentivos fiscales
Los países en vías de desarrollo acostumbran ofrecer incentivos fiscales o «regímenes de excepción» al capital extranjero con el fin de atraer el interés de los inversionistas en invertir en sus países. Por tanto, el Estado deja de percibir importantes sumas de dinero por concepto de recaudación tributaria (vía impuestos directos, como el impuesto a la renta) y que en última instancia recae sobre todos los peruanos (vía impuestos indirectos, como el IGV).
Convenios de estabilidad jurídica
Los inversionistas extranjeros pueden celebrar convenios de estabilidad jurídica con el Estado estableciendo garantías y otorgando «salvaguardas» a su inversión. Así el Estado garantiza, por el período de vigencia del convenio, estabilidad en el régimen tributario vigente al momento de la suscripción del mismo, derecho a la libre convertibilidad de divisas, etc.
Mano de obra barata
La mano de obra en los países en vías de desarrollo es mucho más barata que en los países desarrollados. La legislación laboral de los países en vías de desarrollo es mucho más «flexible», es decir más permisiva con los empresarios que pueden desmejorar las condiciones laborales de sus trabajadores (disminución de derechos laborales, malas condiciones de trabajo, bajos salarios, etc.), lo que conlleva a un abaratamiento de los costos de producción en cuanto a mano de obra se refiere.
Legislación ambiental débil