De: <dsanchezlihon@aol.com>
CONFERENCIA
JULIO YOVERA
LA UNIVERSALIDAD
DE CÉSAR VALLEJO
AULA CAPULÍ
TACNA 118. MIRAFLORES
DEL 18 AL 20 DE MAYO, 2012
CAPULÍ 13,
VALLEJO Y SU TIERRA
PEREGRINACIÓN
A SANTIAGO DE CHUCO
TIERRA DE VALLEJO
CONFIRMACIONES
CARLOS HUAMÁN LÓPEZ
UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO
ALFRED ASÍS
POETA DE ISLA NEGRA,
REPÚBLICA DE CHILE
GUSTAVO ROJAS VELA
PRESIDENTE DE EDUCAP
JOSÉ LUIS AYALA
POETA NACIONAL
DE IDENTIDAD AYMARA
LIDIA VÁSQUEZ RUIZ
ABOGADA Y PROMOTORA
CULTURAL, PODER JUDICIAL
EDMUNDO TORREJÓN JURADO
SOCIEDAD DE ESCRITORES
DE BOLIVIA
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
PATRIARCA DEL VALLEJISMO
EN EL PERÚ
RAMÓN NORIEGA TORERO
DIRECTOR DE LA CÁTEDRA
DE SABIDURÍA ANDINA
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
CARLOS CASTILLO MENDOZA
DIRECTOR DE RELACIONES
INTERNACIONALES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
JAIME SÁNCHEZ LIHÓN
DIRECTOR DE PATRIMONIO
E IDENTIDAD DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA, EEUU
LUIS CARRASCO
DIRECTIVO DE ACUDES
SAMUEL CAVERO GALIMIDI
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN
DE ESCRITORES Y ARTISTAS
DEL ORBE, AEADO
ERIBERTO GALINDO CARO
POETA, PROMOTOR CULTURAL
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
MARA L. GARCÍA
PRESIDENTA DEL INSTITUTO
DE ESTUDIOS VALLEJIANOS
UTAH – EEUU
JAVIER DELGADO BENITES
MAESTRO Y ESCRITOR
DIRECTIVO DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
ENCARGADO DE LA FERIA DEL LIBRO
MAIDÚ DE UGAZ
POETA Y ESCRITORA
VILMACI VIANA
POETA Y ESCRITORA
BRAZIL
CARLOS GARRIDO CHALÉN
PRESIDENTE DE LA UNIÓN
HISPANOAMERICANA
DE ESCRITORES
JOSÉ CRUZADO
POETA, DESCENDIENTE
DE CÉSAR VALLEJO MENDOZA
ENMA GAMBOA
MAESTRA,
PROMOTORA CULTURAL
CATHERINE MASSANA
INSTITUTO DE ESTUDIOS
VALLEJIANOS DE PARÍS, FRANCIA
JORGE ALIAGA
ESCRITOR, MIEMBRO DE AEADO
Y SIPEA, ESPAÑA
JAVIER COTILLO CABALLERO
DIRECTOR SOCIEDAD UNIVERSAL
DE ARTISTAS Y LITERATOS
HUGO DÍAZ PLASENCIA
GRUPO LEONARDO DA VINCI
TRUJILLO
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
EXPRESIDENTE DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DEL PERÚ
BERTHA MORILLO
MAESTRA, DIRECTORA
DE RECURSOS Y BIENESTAR
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
FABIO GALLO GALLO
POETA, DIRECTOR
DE ACTIVIDADES CULTURALES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
DETH HAAK,
POETA DOS VENTOS
BRASIL
SARA FRACCHIA
GESTORA CULTURAL
BRASIL
MAIGUALIDA PÉREZ GONZÁLES
POETA,
GESTORA AMBIENTALISTA
VENEZUELA
PERFECTO RAMÓN CHÁVEZ GARCÍA
ESCRITOR Y POETA. MANTA, ECUADOR
GIANINA PICCIONI
SOCIEDAD VENEZOLANA
DE ARTE INTERNACIONAL
DE ESCRITORES
RICARDO ELÍAS ROSELLÓ
POETA, DECLAMADOR,DIRECTIVO
DE LA SOCIEDAD INTERNACIONAL
DE POETAS, ESCRITORES Y ARTISTAS
SIPEA-PERÚ
MAVI MÁRQUEZ ALCALDE
GESTORA CULTURAL
DIRECTIVO DE LA ASOCIACIÓN
DE ESCRITORES Y ARTISTAS
ROLDÁN DEL ÁGUILA GARCÍA
PROFESOR UNIVERSIDAD
CÉSAR VALLEJO. TARAPOTO
ANA MARÍA GUERRERO
MINISTERIO DE SALUD
TARAPOTO
ETHEL LINARES LOZANO
MINISTERIO DE SALUD
VÍCTOR CONTRERAS
POETA Y ACTOR TEATRAL
TRUJILLO
RAÚL CHÁVEZ
ESCRITOR.
DIRECTIVO DE EDELNOR
Y CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA.
ADDHEMAR H M SIERRALTA
POETA, ESCRITOR, PERIODISTA
PRESIDENTE DE "TIEMPO NUEVO"
FESTIVAL TRILCE
DE LA CANCIÓN, LA POESÍA
Y DANZA ANDINAS
PRIMERA NOCHE
ELEVACIÓN DE TRECE GLOBOS
EN EL CIELO NOCTURNO
DE SANTIAGO DE CHUCO
A CARGO DE LAS DELEGACIONES
VISITANTES Y POR LOS TRECE
AÑOS CUMPLIDOS DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
SEGUNDA NOCHE
QUEMA DE CASTILLO
DE LUCES ARTIFICIALES
DONACIÓN
DE ISABEL NARRO–LLANES
MADRINA DEL FESTIVAL TRILCE
DE LA CANCIÓN, POESÍA
Y DANZA ANDINA
Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República
Teléfonos Capulí:
420-3343, 420-3860
y 997-739-575
CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES
7 DE ABRIL
DÍA
MUNDIAL
DE LA SALUD
PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA
LA NIÑA
Y SU
CABELLERA
Danilo Sánchez Lihón
1.
La maestra no le prestaba a ella ninguna atención.
Quizá porque era una niña inexpresiva, que no se dejaba notar, que se ocultaba sentándose en el rincón más apartado y en el ángulo más oscuro del salón.
Casi siempre se escondía detrás del cuerpo de alguna compañera mucho más grande y ancha, ya que ella era más bien enjuta y aparecía empequeñecida.
Quizá por eso la maestra no le daba mayor importancia y ella tampoco la buscaba.
Había niñas inquietas, participativas y simpáticas, que sí le daban interés y hasta emoción a su clase. Aquella en cambio era una de esas niñas, que como casi siempre ocurre, respondería seguramente mal en sus exámenes.
Y mucho peor si es que viniera el supervisor. Si se fijara en ella la haría quedar mal si la preguntara sobre algún contenido o tema del programa de estudios. Y entonces, además de hacerle pasar una vergüenza y hasta reprimenda, podrían amonestarla.
2.
Y si había que aprobarla se tendría que ponerle una nota de conmiseración.
Pero, además, no era ni siquiera puntual; porque hay otras que son feítas pero al menos llegan temprano y se sientan calladamente en su carpeta.
Esta no. Llegaba tarde. No era ni cuidadosa en su vestir ni agraciada. Nada por lo cual tener ninguna contemplación.
Mientras deje de venir, mejor para el salón.
Porque aprobarla sería cargar con ella un año más y desaprobarla siempre era un desasosiego, por haber fracasado en algo.
La maestra concluyó que en realidad: no es que no la tenía en cuenta sino que sentía hacia ella hasta cierto fastidio.
Además, siempre tenía un pañuelo descolorido amarrado a la cabeza, hecho que le daba una apariencia no solo desvalida sino deprimente.
Hasta un día en que la maestra recibió un informe confidencial en la dirección de la escuela, dirigido a ella como a otros profesores.
3.
¿Qué se decía en él? Que la alumna Diana Ayaipoma Sulca había intentado suicidarse.
– ¿Quién es? –Fue la primera expresión de todos los profesores.
Nadie la conocía.
¿En qué salón está? –Fue la pregunta unánime.
– ¿Quién es Diana Ayaipoma Sulca? –Preguntó ya en su aula de clases la maestra–. ¿Es alumna de esta sección?
– ¿Será quizá Elena, señorita? Porque Elena apellida Ayaipoma.
– ¿Pero también se llama Diana?
– No sé. Eso si no sé.
– ¿Y quién entonces es Elena Ayaipoma?
– Es la niña que siempre tiene el pañuelo amarrado a su cabeza.
– ¡Ah, gracias! ¿Y, la han visto?
– Hace varios días que no viene a la escuela señorita.
– Cuando venga me avisan, por favor.
4.
En otro informe, en donde además de explicar que el intento de suicidio había sido grave, y del cual apenas de milagro había podido salvarse, le recomendaban a ella –dado que la niña pertenecía a su aula– ayudarla en lo posible a salir del proceso de depresión por el cual atravesaba.
Revisando su registro comprobó que en ninguna oportunidad había participado, entre los cincuenta alumnos de su aula. Y que hacía varios días que faltaba de manera continua.
Tres días después de recibir el informe y luego de la primera jornada de clases, al salir al patio las alumnas le avisaron que a un costado del mismo y sin haber entrado al salón, sentada al filo del corredor, estaba Diana Elena, como ahora la llamaban.
– ¿Dónde? ¿Dónde está?
– Allá, la que está sentada a un costado del corredor, señorita.
– ¿Dónde, que no la veo?
– Allá. Mire, la del pañuelo en la cabeza.
5.
Terminó de decir esto y la compañera que había dado el aviso desapareció corriendo a unirse con sus demás amigas para seguir jugando.
– Hola Diana, ¿cómo estás? –dijo, ya a su lado, la profesora.
La niña se sorprendió de esta aproximación. Hizo un gesto confuso con la cabeza, como queriendo decir: "No sé", o "¿Por qué me pregunta?"
– ¡Qué lindo es tu nombre Diana! –Recalcó sentándose a su lado
– Gracias, señorita.
Y allí estuvo un rato en silencio, amable junto a ella.
– No.
– Sí, significa "Amanecer". También "Luz de la mañana". Hay personas famosas con ese nombre. Una de ellas es la Princesa Diana de Inglaterra.
La niña esbozó una leve sonrisa en su rostro casi cetrino.
6.
Aquel día no hablaron más sino que estuvieron sentadas una al lado de la otra, mirando como las chicas jugaban en el patio.
Y cómo otras correteaban o se entretenían en unos y otros juegos por los corredores.
Al otro día la maestra trajo unos libros sencillos con imágenes y los estuvo leyendo en voz alta al lado de la niña que prestó algún interés en el contenido de las historias.
Ese día la maestra puso sus manos en el hombro de la niña y de ese modo, casi abrazándola, ingresaron al salón de clases.
Así, la maestra la buscaba todos los días en el patio de la escuela donde pasaban juntas, la maestra leyéndole historias.
Descubrió que tenía una linda sonrisa, pues al leerle un pasaje se rieron de las travesuras de uno de los personajes de un cuento.
Y así siguieron leyendo libro tras libro.
7.
En una ocasión, al ladeársele el pañuelo de la cabeza de la niña, la maestra descubrió, con un estremecimiento, que la niña no tenía cabello y que era completamente calva.
– Tu papá en qué trabaja –preguntó con toda naturalidad la maestra.
– Es chofer de una combi.
– ¡Ah, es chofer! ¿Y te quiere mucho tu papá?
– No.
– Pero ¿tú lo quieres?
La niña no contestó nada y por primera vez en la relación que habían establecido pareció sentirse incómoda
– Casi no lo veo, señorita.
– ¡Ah!, entonces tu papá trabaja mucho.
– Cuando lo veo siempre le está pegando a mi mamá.
– ¿Así? ¿La pega? ¿Y, por qué?
– Siempre llega molesto, con cólera. Mi mamá me saca de la casa, pero desde afuera veo por las esteras cómo la pega y la patea en el suelo.
8.
La campana de fin de recreo sonó y tuvieron que interrumpir su conversación, pero la maestra estaba conmovida.
Al otro día la niña le pidió a la maestra releer el cuento De vuelta a casa, que trata de cómo un hermano recupera a su hermana que la habían regalado para que la críe una tía solterona y ya vieja.
De repente la niña se echó a llorar.
– ¿Qué ocurre?
– Mi papá le ha pegado a mi mamá y esta vez casi se ha muerto. Hoy no se ha podido poner de pie. Y yo tengo mucho miedo.
La maestra disimuló su alteración e impaciencia.
– No sufras, –la consoló como pudo–. A veces, cuando uno menos lo piensa, hay una solución.
Sin que la niña lo sepa la maestra habló primero con la madre.
–Ya no sé qué hacer, señorita.
9.
– Si usted se deja maltratar, señora, le está causando un daño irreparable a su hija. Hay dependencias a las cuales usted puede recurrir.
Y después habló con el padre acerca del daño que estaban causando en la niña.
– Reflexione –le dijo–. La niña es posible que nuevamente intente llegar a una decisión desesperada.
– Son las tensiones naturales del trabajo que tengo. –Se disculpó el padre.
– ¿Así? Pues veo que usted toma estas cosas como naturales. Domine pues sus tensiones. Su hija ha intentado suicidarse. Pero le advierto que si esta situación continúa yo misma, como maestra de la escuela, sentaré la denuncia y haré que le pongan en la cárcel. Pero no lo haga por la amenaza sino por amor a una criatura a quien usted si no cambia va a causarle la muerte.
Maestra y niña siguieron con su práctica de lectura en el patio. Indirectamente la indagaba si se volvía a producir una situación violenta en su casa.
– Mi papá se ha vuelto bueno –le confesó un día–.
10.
La maestra vio asombrada cómo el cabello de la niña había crecido abundante y coposo, aunque seguía envuelto en el pañuelo descolorido.
Esto le causó tanta emoción que se puso a llorar. Y lloraba con tanto sentimiento que la niña en un momento se asustó que algo la hubiese hecho daño.
– No me hagas caso. Lloro de contenta, de cómo te ha crecido tu cabello. Y de la mala maestra que era antes de conversar contigo y conocerte.
– Gracias señorita.
– Gracias a ti, Diana. Tú me has enseñado que ser maestra no es dictar cursos. Y quiero hacerte una propuesta.
– Sí, señorita.
– No descubras tu cabello hasta que les demos a las muchachas del salón una sorpresa, ¿qué te parece? Vamos a sorprenderlas del lindo cabello que tú tienes. ¡Nadie se lo espera!
Pronto la muchacha salió de su escondrijo del fondo del salón y la maestra la situó adelante, entre las primeras filas de los asientos.
11.
Prepararon, durante varios días, un cuadro dramático. El guión la maestra lo escribió expresamente para ella.
Se trataba de una niña que siempre tenía un pañuelo amarrado a la cabeza, tanto que una y otra compañera la fastidiaban.
Y la acosaron tanto para que se lo descubra, haciendo mil suposiciones acerca de su cabello.
– Tienes el cabello feo. –Le decían casi haciendo una ronda.
– ¡Es motoso!
– ¡Es trinchudo!
Hasta que una alumna casi gritó diciendo:
– ¡No tiene cabello! ¡Es calva!
Esto causó un estremecimiento general.
Elena, o Diana, actuó de maravillas.
Sus compañeras nunca la habían visto tan linda y atractiva mientras hacía su representación que en ella resultaba casi natural.
El desenlace final de la obra es cuando la niña, provocada por sus compañeras burlonas y malignas, se desata el pañuelo y se descubre la cabeza.
12.
Y ¡oh sorpresa!
Cae un cabello hermoso, negro y brillante como la seda.
– ¡Oh!, qué hermoso cabello.
– ¿Por qué lo tenías escondido?
– ¡Qué brillante, qué negro y qué abundante que es!
Y, luego, en un aplauso largo y resonante que duró varios minutos, todos espontáneamente empezaron a abrazarla.
La maestra entonces dijo:
– Aprendamos a reconocer que detrás de algo aparentemente humilde hay maravillas y tesoros.
Después ella se estrechó en un abrazo largo e interminable con Elena Diana.
La maestra sintió cómo su blusa, a la altura de sus hombros, se humedecía por el llanto de gozo y reconocimiento de la niña.
– Ahora anda con el cabello suelto por la calle. Y enséñales a tu mamá y a tu papá en tu casa.
Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente
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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA Y
CONSTRUCCIÓN DE LOS ANDENES NUEVOS
ABRIL, MES DE LA PALABRA,
LA CREATIVIDAD LITERARIA E
INMORTALIDAD DE CÉSAR VALLEJO
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA:
SÁBADOS 7 PM. AULA CAPULÍ:
CONFERENCIAS Y SIMPOSIOS
SOBRE CULTURA ANDINA
SÁBADO 7 DE ABRIL 7 PM:
CELEBRACIÓN
DEL DÍA MUNDIAL
DE LA SALUD
HOMENAJE A
MARIANO QUEROL
CONFERENCIA MAGISTRAL
"VIDA, SALUD Y ESPÍRITU"
MARIANO QUEROL
SÁBADO 14 DE ABRILHOMENAJE
A CÉSAR VALLEJO
CONFERENCIA
JULIO YOVERA
LA UNIVERSALIDAD
DE CÉSAR VALLEJO
AULA CAPULÍ
TACNA 118. MIRAFLORES
DEL 18 AL 20 DE MAYO, 2012
CAPULÍ 13,
VALLEJO Y SU TIERRA
PEREGRINACIÓN
A SANTIAGO DE CHUCO
TIERRA DE VALLEJO
CONFIRMACIONES
ANTERIORES Y RECIENTES
DE PERSONALIDADES
QUE ASISTIRÁN A CAPULÍ 13,
VALLEJO Y SU TIERRA
DE PERSONALIDADES
QUE ASISTIRÁN A CAPULÍ 13,
VALLEJO Y SU TIERRA
CARLOS HUAMÁN LÓPEZ
UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO
ALFRED ASÍS
POETA DE ISLA NEGRA,
REPÚBLICA DE CHILE
GUSTAVO ROJAS VELA
PRESIDENTE DE EDUCAP
JOSÉ LUIS AYALA
POETA NACIONAL
DE IDENTIDAD AYMARA
LIDIA VÁSQUEZ RUIZ
ABOGADA Y PROMOTORA
CULTURAL, PODER JUDICIAL
EDMUNDO TORREJÓN JURADO
SOCIEDAD DE ESCRITORES
DE BOLIVIA
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
PATRIARCA DEL VALLEJISMO
EN EL PERÚ
RAMÓN NORIEGA TORERO
DIRECTOR DE LA CÁTEDRA
DE SABIDURÍA ANDINA
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
CARLOS CASTILLO MENDOZA
DIRECTOR DE RELACIONES
INTERNACIONALES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
JAIME SÁNCHEZ LIHÓN
DIRECTOR DE PATRIMONIO
E IDENTIDAD DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA, EEUU
LUCINDA MARTÍNEZ ZUZUNAGA
POETA,
PRESIDENTA DE SIPEA-PERÚ
POETA,
PRESIDENTA DE SIPEA-PERÚ
LUIS CARRASCO
DIRECTIVO DE ACUDES
SAMUEL CAVERO GALIMIDI
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN
DE ESCRITORES Y ARTISTAS
DEL ORBE, AEADO
ERIBERTO GALINDO CARO
POETA, PROMOTOR CULTURAL
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
MARA L. GARCÍA
PRESIDENTA DEL INSTITUTO
DE ESTUDIOS VALLEJIANOS
UTAH – EEUU
JAVIER DELGADO BENITES
MAESTRO Y ESCRITOR
DIRECTIVO DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
ENCARGADO DE LA FERIA DEL LIBRO
MAIDÚ DE UGAZ
POETA Y ESCRITORA
VILMACI VIANA
POETA Y ESCRITORA
BRAZIL
CARLOS GARRIDO CHALÉN
PRESIDENTE DE LA UNIÓN
HISPANOAMERICANA
DE ESCRITORES
JOSÉ CRUZADO
POETA, DESCENDIENTE
DE CÉSAR VALLEJO MENDOZA
ENMA GAMBOA
MAESTRA,
PROMOTORA CULTURAL
CATHERINE MASSANA
INSTITUTO DE ESTUDIOS
VALLEJIANOS DE PARÍS, FRANCIA
JORGE ALIAGA
ESCRITOR, MIEMBRO DE AEADO
Y SIPEA, ESPAÑA
JAVIER COTILLO CABALLERO
DIRECTOR SOCIEDAD UNIVERSAL
DE ARTISTAS Y LITERATOS
HUGO DÍAZ PLASENCIA
GRUPO LEONARDO DA VINCI
TRUJILLO
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
EXPRESIDENTE DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DEL PERÚ
BERTHA MORILLO
MAESTRA, DIRECTORA
DE RECURSOS Y BIENESTAR
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
FABIO GALLO GALLO
POETA, DIRECTOR
DE ACTIVIDADES CULTURALES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
DETH HAAK,
POETA DOS VENTOS
BRASIL
SARA FRACCHIA
GESTORA CULTURAL
BRASIL
MAIGUALIDA PÉREZ GONZÁLES
POETA,
GESTORA AMBIENTALISTA
VENEZUELA
PERFECTO RAMÓN CHÁVEZ GARCÍA
ESCRITOR Y POETA. MANTA, ECUADOR
GIANINA PICCIONI
SOCIEDAD VENEZOLANA
DE ARTE INTERNACIONAL
DE ESCRITORES
RICARDO ELÍAS ROSELLÓ
POETA, DECLAMADOR,DIRECTIVO
DE LA SOCIEDAD INTERNACIONAL
DE POETAS, ESCRITORES Y ARTISTAS
SIPEA-PERÚ
MAVI MÁRQUEZ ALCALDE
GESTORA CULTURAL
DIRECTIVO DE LA ASOCIACIÓN
DE ESCRITORES Y ARTISTAS
AEADO. CHILE
ROLDÁN DEL ÁGUILA GARCÍA
PROFESOR UNIVERSIDAD
CÉSAR VALLEJO. TARAPOTO
ANA MARÍA GUERRERO
MINISTERIO DE SALUD
TARAPOTO
ETHEL LINARES LOZANO
MINISTERIO DE SALUD
VÍCTOR CONTRERAS
POETA Y ACTOR TEATRAL
TRUJILLO
RAÚL CHÁVEZ
ESCRITOR.
DIRECTIVO DE EDELNOR
Y CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA.
ADDHEMAR H M SIERRALTA
POETA, ESCRITOR, PERIODISTA
PRESIDENTE DE "TIEMPO NUEVO"
DE MIAMI, EE.UU.
FESTIVAL TRILCE
DE LA CANCIÓN, LA POESÍA
Y DANZA ANDINAS
PRIMERA NOCHE
ELEVACIÓN DE TRECE GLOBOS
EN EL CIELO NOCTURNO
DE SANTIAGO DE CHUCO
A CARGO DE LAS DELEGACIONES
VISITANTES Y POR LOS TRECE
AÑOS CUMPLIDOS DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
SEGUNDA NOCHE
QUEMA DE CASTILLO
DE LUCES ARTIFICIALES
DONACIÓN
DE ISABEL NARRO–LLANES
MADRINA DEL FESTIVAL TRILCE
DE LA CANCIÓN, POESÍA
Y DANZA ANDINA
Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 3 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República
Teléfonos Capulí:
420-3343, 420-3860
y 997-739-575
CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES
7 DE ABRIL
DÍA
MUNDIAL
DE LA SALUD
PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA
LA NIÑA
Y SU
CABELLERA
Danilo Sánchez Lihón
1.
La maestra no le prestaba a ella ninguna atención.
Quizá porque era una niña inexpresiva, que no se dejaba notar, que se ocultaba sentándose en el rincón más apartado y en el ángulo más oscuro del salón.
Casi siempre se escondía detrás del cuerpo de alguna compañera mucho más grande y ancha, ya que ella era más bien enjuta y aparecía empequeñecida.
Quizá por eso la maestra no le daba mayor importancia y ella tampoco la buscaba.
Había niñas inquietas, participativas y simpáticas, que sí le daban interés y hasta emoción a su clase. Aquella en cambio era una de esas niñas, que como casi siempre ocurre, respondería seguramente mal en sus exámenes.
Y mucho peor si es que viniera el supervisor. Si se fijara en ella la haría quedar mal si la preguntara sobre algún contenido o tema del programa de estudios. Y entonces, además de hacerle pasar una vergüenza y hasta reprimenda, podrían amonestarla.
2.
Y si había que aprobarla se tendría que ponerle una nota de conmiseración.
Pero, además, no era ni siquiera puntual; porque hay otras que son feítas pero al menos llegan temprano y se sientan calladamente en su carpeta.
Esta no. Llegaba tarde. No era ni cuidadosa en su vestir ni agraciada. Nada por lo cual tener ninguna contemplación.
Mientras deje de venir, mejor para el salón.
Porque aprobarla sería cargar con ella un año más y desaprobarla siempre era un desasosiego, por haber fracasado en algo.
La maestra concluyó que en realidad: no es que no la tenía en cuenta sino que sentía hacia ella hasta cierto fastidio.
Además, siempre tenía un pañuelo descolorido amarrado a la cabeza, hecho que le daba una apariencia no solo desvalida sino deprimente.
Hasta un día en que la maestra recibió un informe confidencial en la dirección de la escuela, dirigido a ella como a otros profesores.
3.
¿Qué se decía en él? Que la alumna Diana Ayaipoma Sulca había intentado suicidarse.
– ¿Quién es? –Fue la primera expresión de todos los profesores.
Nadie la conocía.
¿En qué salón está? –Fue la pregunta unánime.
– ¿Quién es Diana Ayaipoma Sulca? –Preguntó ya en su aula de clases la maestra–. ¿Es alumna de esta sección?
– ¿Será quizá Elena, señorita? Porque Elena apellida Ayaipoma.
– ¿Pero también se llama Diana?
– No sé. Eso si no sé.
– ¿Y quién entonces es Elena Ayaipoma?
– Es la niña que siempre tiene el pañuelo amarrado a su cabeza.
– ¡Ah, gracias! ¿Y, la han visto?
– Hace varios días que no viene a la escuela señorita.
– Cuando venga me avisan, por favor.
4.
En otro informe, en donde además de explicar que el intento de suicidio había sido grave, y del cual apenas de milagro había podido salvarse, le recomendaban a ella –dado que la niña pertenecía a su aula– ayudarla en lo posible a salir del proceso de depresión por el cual atravesaba.
Revisando su registro comprobó que en ninguna oportunidad había participado, entre los cincuenta alumnos de su aula. Y que hacía varios días que faltaba de manera continua.
Tres días después de recibir el informe y luego de la primera jornada de clases, al salir al patio las alumnas le avisaron que a un costado del mismo y sin haber entrado al salón, sentada al filo del corredor, estaba Diana Elena, como ahora la llamaban.
– ¿Dónde? ¿Dónde está?
– Allá, la que está sentada a un costado del corredor, señorita.
– ¿Dónde, que no la veo?
– Allá. Mire, la del pañuelo en la cabeza.
5.
Terminó de decir esto y la compañera que había dado el aviso desapareció corriendo a unirse con sus demás amigas para seguir jugando.
– Hola Diana, ¿cómo estás? –dijo, ya a su lado, la profesora.
La niña se sorprendió de esta aproximación. Hizo un gesto confuso con la cabeza, como queriendo decir: "No sé", o "¿Por qué me pregunta?"
– ¡Qué lindo es tu nombre Diana! –Recalcó sentándose a su lado
– Gracias, señorita.
Y allí estuvo un rato en silencio, amable junto a ella.
– Diana significa "amanecer", ¿lo sabías?
– No.
– Sí, significa "Amanecer". También "Luz de la mañana". Hay personas famosas con ese nombre. Una de ellas es la Princesa Diana de Inglaterra.
La niña esbozó una leve sonrisa en su rostro casi cetrino.
6.
Aquel día no hablaron más sino que estuvieron sentadas una al lado de la otra, mirando como las chicas jugaban en el patio.
Y cómo otras correteaban o se entretenían en unos y otros juegos por los corredores.
Al otro día la maestra trajo unos libros sencillos con imágenes y los estuvo leyendo en voz alta al lado de la niña que prestó algún interés en el contenido de las historias.
Ese día la maestra puso sus manos en el hombro de la niña y de ese modo, casi abrazándola, ingresaron al salón de clases.
Así, la maestra la buscaba todos los días en el patio de la escuela donde pasaban juntas, la maestra leyéndole historias.
Descubrió que tenía una linda sonrisa, pues al leerle un pasaje se rieron de las travesuras de uno de los personajes de un cuento.
Y así siguieron leyendo libro tras libro.
7.
En una ocasión, al ladeársele el pañuelo de la cabeza de la niña, la maestra descubrió, con un estremecimiento, que la niña no tenía cabello y que era completamente calva.
– Tu papá en qué trabaja –preguntó con toda naturalidad la maestra.
– Es chofer de una combi.
– ¡Ah, es chofer! ¿Y te quiere mucho tu papá?
– No.
– Pero ¿tú lo quieres?
La niña no contestó nada y por primera vez en la relación que habían establecido pareció sentirse incómoda
– Casi no lo veo, señorita.
– ¡Ah!, entonces tu papá trabaja mucho.
– Cuando lo veo siempre le está pegando a mi mamá.
– ¿Así? ¿La pega? ¿Y, por qué?
– Siempre llega molesto, con cólera. Mi mamá me saca de la casa, pero desde afuera veo por las esteras cómo la pega y la patea en el suelo.
8.
La campana de fin de recreo sonó y tuvieron que interrumpir su conversación, pero la maestra estaba conmovida.
Al otro día la niña le pidió a la maestra releer el cuento De vuelta a casa, que trata de cómo un hermano recupera a su hermana que la habían regalado para que la críe una tía solterona y ya vieja.
De repente la niña se echó a llorar.
– ¿Qué ocurre?
– Mi papá le ha pegado a mi mamá y esta vez casi se ha muerto. Hoy no se ha podido poner de pie. Y yo tengo mucho miedo.
La maestra disimuló su alteración e impaciencia.
– No sufras, –la consoló como pudo–. A veces, cuando uno menos lo piensa, hay una solución.
Sin que la niña lo sepa la maestra habló primero con la madre.
–Ya no sé qué hacer, señorita.
9.
– Si usted se deja maltratar, señora, le está causando un daño irreparable a su hija. Hay dependencias a las cuales usted puede recurrir.
Y después habló con el padre acerca del daño que estaban causando en la niña.
– Reflexione –le dijo–. La niña es posible que nuevamente intente llegar a una decisión desesperada.
– Son las tensiones naturales del trabajo que tengo. –Se disculpó el padre.
– ¿Así? Pues veo que usted toma estas cosas como naturales. Domine pues sus tensiones. Su hija ha intentado suicidarse. Pero le advierto que si esta situación continúa yo misma, como maestra de la escuela, sentaré la denuncia y haré que le pongan en la cárcel. Pero no lo haga por la amenaza sino por amor a una criatura a quien usted si no cambia va a causarle la muerte.
Maestra y niña siguieron con su práctica de lectura en el patio. Indirectamente la indagaba si se volvía a producir una situación violenta en su casa.
– Mi papá se ha vuelto bueno –le confesó un día–.
Ahora nos quiere a mí y a mi mamá. Y mire ¡mi cabello está creciendo!
10.
La maestra vio asombrada cómo el cabello de la niña había crecido abundante y coposo, aunque seguía envuelto en el pañuelo descolorido.
Esto le causó tanta emoción que se puso a llorar. Y lloraba con tanto sentimiento que la niña en un momento se asustó que algo la hubiese hecho daño.
– No me hagas caso. Lloro de contenta, de cómo te ha crecido tu cabello. Y de la mala maestra que era antes de conversar contigo y conocerte.
– Gracias señorita.
– Gracias a ti, Diana. Tú me has enseñado que ser maestra no es dictar cursos. Y quiero hacerte una propuesta.
– Sí, señorita.
– No descubras tu cabello hasta que les demos a las muchachas del salón una sorpresa, ¿qué te parece? Vamos a sorprenderlas del lindo cabello que tú tienes. ¡Nadie se lo espera!
Pronto la muchacha salió de su escondrijo del fondo del salón y la maestra la situó adelante, entre las primeras filas de los asientos.
11.
Prepararon, durante varios días, un cuadro dramático. El guión la maestra lo escribió expresamente para ella.
Se trataba de una niña que siempre tenía un pañuelo amarrado a la cabeza, tanto que una y otra compañera la fastidiaban.
Y la acosaron tanto para que se lo descubra, haciendo mil suposiciones acerca de su cabello.
– Tienes el cabello feo. –Le decían casi haciendo una ronda.
– ¡Es motoso!
– ¡Es trinchudo!
Hasta que una alumna casi gritó diciendo:
– ¡No tiene cabello! ¡Es calva!
Esto causó un estremecimiento general.
Elena, o Diana, actuó de maravillas.
Sus compañeras nunca la habían visto tan linda y atractiva mientras hacía su representación que en ella resultaba casi natural.
El desenlace final de la obra es cuando la niña, provocada por sus compañeras burlonas y malignas, se desata el pañuelo y se descubre la cabeza.
12.
Y ¡oh sorpresa!
Cae un cabello hermoso, negro y brillante como la seda.
– ¡Oh!, qué hermoso cabello.
– ¿Por qué lo tenías escondido?
– ¡Qué brillante, qué negro y qué abundante que es!
Y, luego, en un aplauso largo y resonante que duró varios minutos, todos espontáneamente empezaron a abrazarla.
La maestra entonces dijo:
– Aprendamos a reconocer que detrás de algo aparentemente humilde hay maravillas y tesoros.
Después ella se estrechó en un abrazo largo e interminable con Elena Diana.
La maestra sintió cómo su blusa, a la altura de sus hombros, se humedecía por el llanto de gozo y reconocimiento de la niña.
– Ahora anda con el cabello suelto por la calle. Y enséñales a tu mamá y a tu papá en tu casa.
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