Fecha: 3 de febrero de 2014, 16:49
LAS LÁGRIMAS DE COCODRILO DEL NEOLIBERALISMO EN LA EDUCACIÓN
Luis Miguel MARAVÍ ZAVALETA
I. E. Nº 80915 “Miguel Grau Seminario”
C. P. El Pallar , Huamachuco, La Libertad
El fallo de la Corte Internacional de Justicia acerca de la delimitación marítima entre Chile y Perú, últimamente acontecido, originó la inadvertencia de dos sucesos aparentemente muy lejanos y desvinculados entre sí: el World Economic Forum (WEF) de Davos y el proceso de evaluación magisterial para acceder a una plaza de contrato, llevado a cabo en cada una de las regiones mediante una Prueba Única (PUR). Ambos acontecimientos han sido ampliamente seguidos por la prensa de nuestro país, con la guarnición de una serie de sofismas.
Empecemos por el certamen suizo. Llamaron poderosamente nuestra atención las siguientes afirmaciones:
Muhammad Yunus, premio Nobel de la Paz 2006 (…) señaló que la ética no está en la esencia del capitalismo sino que hay que incluirla en él. Los seres humanos no somos “máquinas de hacer dinero” sino que somos altruistas por naturaleza y esto es precisamente lo que hay que resaltar del capitalismo: su dimensión cooperativa, dijo (…) Stanley Bergman, CEO de Henry Schein (…) sostuvo que hace 200 años el 85 % de la población mundial estaba en situación de pobreza abyecta, mientras que actualmente el 16 % se encuentra en esa condición. “Eso quiere decir que los mercados libres funcionan”, aseveró.[1]
¡Qué interesantes son los esfuerzos del capitalismo por aggiornarse luego de la escandalosa quiebra de 2008 – 2010! Una cara feliz, una pose amable, la “responsabilidad social”, la “inclusión” de personas discapacitadas en las empresas o el comercio “verde”, no hacen sino encubrir la sangre y el lodo con la que se continúa generando la riqueza. ¿Cómo puede hablarse de ética si no es en el aspecto fenoménico, que no en la esencia, como lo admite el señor Yunus? La afirmación más curiosa es la de Mr. Bergman: con absoluto desconocimiento de la Historia Universal, olvida las condiciones concretas bajo las que, 200 años atrás, el capitalismo todavía tenía rasgos progresivos, pues aniquilaba antiguas relaciones de producción feudales en la propia Europa. Tampoco fue todo obra del mercado: en ese lapso de dos siglos olvida incluir, además, el impacto positivo en el desarrollo humano del antiguo sistema socialista mundial, que hizo que muchos pueblos recorran en corto tiempo el camino que otros avanzaron en muchísimo más tiempo. Bergman repite el razonamiento que un señor feudal haría sobre el pretérito esclavismo, o el que un esclavista realizaría sobre la antigua comunidad primitiva. Todos ellos (Bergman, el esclavista y el feudal) padecen del mismo mal: creen en la eternidad y perfección del modo de producción en el que viven…sin sentir a las nuevas relaciones de producción que avanzan sepultando a las antiguas, tal como José María Arguedas nos lo describe en los últimos párrafos de “Todas las sangres”.
¿Sobre qué datos habrá fundado el señor Bergman su comparación del nivel de pobreza? En cambio, en América Latina sabemos acerca de los logros obtenidos por el neoliberalismo: inflación del 6,5 % en 2005, más baja que en décadas anteriores (a fuer de una preocupación inaudita por la moneda), pero en cambio el desempleo abierto urbano (sin contar las zonas rurales y sin datos acerca del empleo informal generado) ascendió a 10,5 % el año 2000[2]. Cifras de inequidad, de pobreza, de falta de acceso a servicios de saneamiento o de educación, a pesar de los esfuerzos cosméticos de los gobiernos de tendencia afín, son lapidariamente confirmadas con palabras de J. Stiglitz, ex vicepresidente del Banco Mundial, frases que nos hacen recordar las chorreantes afirmaciones de cierto ex presidente peruano:
Las políticas del Consenso de Washington casi no prestaron atención a cuestiones de distribución y equidad. Si eran presionados, muchos de sus partidarios replicarían que la mejor manera de ayudar a los pobres era conseguir que la economía creciera. Creían en la economía de la filtración que afirma que finalmente los beneficios del crecimiento se filtran y llegan incluso a los pobres. La economía de la filtración nunca fue mucho más que una creencia, un artículo de fe.[3]
Va en la línea de los argumentos anteriores considerar a la educación con la responsabilidad de “asegurar la continuidad del crecimiento, la generación del empleo y riqueza, así como sacar a más personas de la pobreza y sumarlas a la clase media”[4]. Mucho más si, como indica el mismo articulista, luego de entrevistar a seis especialistas acerca de lo que se debe hacer para lograr lo anterior, obtiene respuestas que, ojalá se hubiesen transcrito textualmente para que conste la paternidad intelectual concreta de las tesis:
o Implementar evaluaciones y remuneraciones diferenciadas para maestras y maestros. Permitir la enseñanza de profesionales de otras ramas en las escuelas.
o Eliminar las plazas que sobran en educación primaria (¿50 000?) e incrementar las de inicial.
o Otorgar incentivos de renuncia a profesores que no cumplan con las exigencias, aún con la oposición del SUTEP.
o Convertir al profesor en facilitador, que enseñe con un libreto rígido el uso de materiales de iniciativas “exitosas” como “Leer es estar adelante” (BBVA) o “Matemáticas para todos” (Apoyo). “Con el tiempo, el profesor también habrá de aprender”, pues “no hay ninguna reforma ni medida que vaya a ser mínimamente efectiva si no se hace algo drástico con las capacidades de los profesores”.[5]
Todas estas propuestas son hipócritas y peligrosas. Hipócritas porque, en aras de un objetivo engañoso, se persiste en las mismas medidas que aparejó la liberalización de la educación, ejecutada por el gobierno fujimorista y que ninguno de sus sucesores ha osado reformar ni eliminar. Cuando observamos la instalación de escuelas hasta Facultades de Educación en la cocina de una vivienda (pues de eso se trata la libertad en el mercado educativo), ¿tiene sentido preocuparse por la calidad educativa? Causa hilaridad observar a la Sra. Cabanillas, antiquísima Ministra de Educación y reputada experta en temas del ramo, preocupada por el alto número de maestras y maestros desaprobados en la PUR, lo que ha sido provocado (en sus palabras) por la pésima calidad de los Institutos Pedagógicos y otras entidades formadoras. ¿Acaso no fue su partido en el poder, el APRA, el que instauró la medida efectista de la “nota 14” para acceder a los ISP, mientras permitía el crecimiento de filiales, la mutación de rubro de varias de aquellas entidades o la reducción de alumnos en los ISP de Educación Bilingüe? ¿Acaso no fueron pocas las instituciones privadas que continuaron funcionando en Trujillo y en el resto del país con alumnado fantasma? Calidad educativa (y no se hable de equidad, eficacia o eficiencia) es algo incompatible con el neoliberalismo. Y mientras maestras y maestros no comprendamos esto, seguiremos confiando los destinos de nuestro país a hijos o nietos del Consenso de Washington que nos continuarán pegando abajo.
Pero las tesis consignadas por Davelouis son, además, peligrosas porque significan un retroceso hacia épocas que se creían ya superadas en la historia la formación profesional, de los derechos de los trabajadores, así como de la gestión educativa. ¿Así que otros profesionales pueden enseñar en las escuelas? No dudo que existan buenos matemáticos, físicos, químicos, historiadores, geógrafos, etc. que enseñen con solvencia, pero ellos no fueron formados principalmente para esa tarea, como si lo hemos sido los maestros. ¿Qué tenemos problemas en nuestra formación inicial, hábil y oportunistamente explotados por quienes quieren cargar toda la responsabilidad del problema educativo en nosotros? Esos son los resultados de la liberalización educativa ¿La liberalización de la profesión no es acaso otra medida al buen tuntún, como a las que ya nos tiene acostumbrados el neoliberalismo, para que en quince años apreciemos los frutos hueros de tal apuesta, digna hija de la carencia de un Proyecto Nacional de Desarrollo? Lamentablemente, se sigue jugando al divisionismo: con sueldos diferenciados, en la dinámica capitalista, no cabe hablar de solidaridad, mucho menos de sindicato. Vistas así las cosas, ¿por qué no nos apartamos de una vez de la OIT? Total, el SUTEP no interesa, con el beneplácito de sus enemigos externos e internos (sí, lamentablemente, también existen de estos últimos dentro del magisterio nacional). Ironías aparte y a despecho de quienes sostienen su inutilidad o desean, en los hechos, su fragmentación, nuestro SUTEP es el único enemigo serio que tiene el pensamiento neoliberal en la educación. A diferencia de lo ocurrido en nuestros días con otros sindicatos (donde es relativamente sencillo desaparecerlos con la eliminación de la dirigencia y la inexistencia de una propuesta unificadora), el SUTEP repite desde hace más de 40 años la estrategia de los araucanos en su enfrentamiento con los españoles, tal como relató Garcilaso de la Vega. ¿Conque eliminar plazas “sobrantes” para crear otras? A eso se le llama coloquialmente “desvestir a un santo para vestir a otro”. Las plazas sobran porque, o persisten dificultades administrativas que no permiten su cobertura, o se encuentran en lugares tan olvidados por el Estado, que la maestra o el maestro no desean viajar allá. Se nota la ignorancia acerca de la reacción que una comunidad rural tiene cuando le quitan un maestro y ni hablar de la cancelación de su escuela. Cuando despuntaba la enseñanza programada se llegó a creer que las computadoras podrían desplazar a maestras y maestros. Tal “ideal” es perfectamente compatible con la reducción del rol de aquellos a la facilitación y aplicación. Es decir: trabaja nomás, no importan las condiciones, no pienses, no critiques, sigue la receta exitosa. Deja de ser una persona, en otras palabras. ¡Todo lo reseñado es el corazón del neoliberalismo en educación, aquel mismo grado de capitalismo en el que es necesario “introducir la ética” como afirma el sr. Yunus!
Pero la “cereza” de la torta de los últimos acontecimientos vinculados a la Educación consistió en el examen de la PUR: en varias regiones no fueron pocos los maestros desaprobados. No es motivo de este texto averiguar las verdaderas razones de lo sucedido, aunque una investigación seria sobre ese fenómenos es necesaria ante tanta correlación espuria con los resultados de PISA – 2012, ante tanto golpe de pecho, útil como el peine al calvo: tal vez la excesiva premura del Ministerio en difundir las cacareadas Rutas de Aprendizaje, sin hablar de los factores muy personales del nerviosismo o la poca preparación de maestras y maestros. Lo importante acá es resaltar cómo es que el capitalismo neoliberal, por la boca de sus voceros y luego de verter las lágrimas de cocodrilo “preocupado por la calidad educativa”, se las limpia y muestra sus verdaderas fauces: “La Industria” de Trujillo, ante los 300 colegas que obtuvieron cero en la PUR, escribió lo siguiente en su Editorial[6]:
Más allá de que esos profesores se quedaron sin ninguna posibilidad de trabajar en el sector público, es bueno que se conozca sus nombres para que tampoco puedan refugiarse en escuelas particulares. Sobre todo en los colegios privados pequeños, que pagan sueldos muy bajos y explotan a sus maestros, hay a veces la tendencia de contratar a profesionales de muy bajo nivel académico (…) No es para hacer escarnio ni mofa. Es para salvaguardar a miles de escolares de la región.
Luego de sufrir la formación inicial de perlas brindada por el liberalismo educativo, ¿el apartheid? Claro que un engendro como el propuesto por el Decano de la prensa regional es muy difícil de llevar a cabo, pero el periódico no miente en las condiciones de trabajo de muchos colegios privados. El imperio de la máxima tasa de ganancia es despiadado: eso lo saben muchos colegas que lucen impecables uniformes y son excelentes maestros, aun con el alma llena de mortificaciones por el hoy y el mañana. Lamentablemente, no son pocos los colegas que no son conscientes de la frase “ser competitivo”: si ganas, excelente, pero si pierdes, considérate fuera. Mientras rija, todos los ideólogos del “capitalismo ético”, del “capitalismo con rostro humano” están profiriendo paparruchas. Y el neoliberalismo es mucho peor que trecientos profesores “jalados”, porque moldea a las jóvenes generaciones en una forma de ser adaptada a la jungla social donde impera el más fuerte y los más débiles son sacrificados a Moloch.
¿Qué hacer? Más arriba escribí acerca de la inutilidad de los golpes de pecho de los especialistas así como de la acusación superficial, ignorante y nihilista de no pocos periodistas[7], cuando no francamente fascista como la del editorial de “La Industria” ya mencionado. El denominador común de todas estas ideas es resolver los problemas educativos generados por el neoliberalismo con más neoliberalismo. Al menos son más sinceros que los informantes del WEF de Davos, que solo se quedaron en la etapa de las lágrimas de cocodrilo pero no han cazado a la presa todavía. Afortunadamente, las presas han levantado cabeza y han demostrado que unidas pueden enfrentar al cocodrilo. Los pueblos latinoamericanos han demostrado su voluntad de unirse y plantear alternativas superiores al neoliberalismo. Si esa es la respuesta internacional, en nuestro país debemos hacer algo igual. A grandes problemas, grandes soluciones: maestras y maestros debemos ser conscientes de la importancia de la Unidad en nuestras luchas, unidad que debe darse en el seno del SUTEP. Es hora de encarnar las propuestas pedagógicas, curriculares y sindicales que nuestro gremio tiene y convencernos que quienes confunden, distraen y difaman están, en los hechos, a favor del statu quo. Empero, todo lo anterior, con ser necesario no es suficiente. Cada uno de nosotros debe estar convencido que un Nuevo Curso para nuestra Patria es imperativo para alejarnos del abismo hacia el que vamos rodando con el neoliberalismo. Así mismo, debemos estar convencidos que nuestra actividad y elección política ya no debe estar a favor del continuismo, sino del cambio democrático y popular. Por ello, es hora de ser inteligentes y calar el campo en el que juegan aquellos que se disputan nuestro voto, para preferir a quienes aspiran al Socialismo, en Frente Amplio con las demás fuerzas progresistas y patrióticas. Mañana puede ser muy tarde: el cocodrilo nos comerá una y otra vez mientras sigamos creyendo en sus lágrimas.
Trujillo, 3 de febrero de 2014
[1] Portafolio: Economía & Internacional, p. 13, suplemento del Diario El Comercio, 26 de enero de 2014.
[2] O. Martínez (2007). La compleja muerte del neoliberalismo. La Habana: Ciencias Sociales. Pp. 31 – 33.
[3] O. Martínez, op. cit., p. 34.
[4] Davelouis, L. “La educación en el quirófano o cómo evitar que se nos pase el tren”. Portafolio: Economía & Internacional, p. 6, suplemento del Diario El Comercio, 12 de enero de 2014
[5] Davelouis, L., op. cit., pp. 6 – 7.
[6] Editorial del Diario “La Industria” de Trujillo, 22 de enero de 2014.
[7] Por ejemplo el reportaje emitido en el programa “Punto final” de Frecuencia Latina, el domingo 2 de febrero de 2014.