Fue una reunión bastante concurrida, como ninguna otra en los últimos tiempos tratándose de un evento literario, según me contaron. Alfredo Pita explicó las bondades de la novela "El espanto enmudeció los sueños" dentro del contexto de la convulsión política que vivió el Perú durante la guerra interna o de "baja intensidad" y su respuesta desde la literatura. Lenin Solano se ocupó, con bisturí a la mano, de explicar la trama ficcional de los cuentos contenidos en "La ingeniosa muerte de Malena", para finalmente, Abraham Prudencio, con esa solemnidad académica que lo caracteriza, examinar las tramas y los traumas de la migración de la mano de las historias de "Los tocadores de la pocaelipsis". El escritor yurimagüino, Carlos Murayari Coral, junto a los miembros de la institución cultural LUPUNA estuvieron atentos a todo el quehacer organizativo. La presentación de mis diferentes libros obedece a una iniciativa del trío peruano-parisino: Abraham, Lenin y Carlos que comprende una gira extensa e intensa en el continente europeo que empezó en Colonia (Noviembre 2012), se debió continuar en Praga (Enero 2013) que no se llevó a cabo debido a un veto por parte de la embajada peruana en Praga contra mi persona atendiendo razones extraliterarias. Por suerte recibí el apoyo el apoyo solidario de los autores amigos y nadie asistió a la cita de Praga. Lo de Praga sugiere que siguen existiendo listas de "personas no gratas" (dígase opositores del gobierno acusados de terroristas u otro tipo de estigmas). Pero París sigue siendo una fiesta, como diría Mario Wong, "así es la vida en París, la cerveza y la fiesta son nuestro pan de cada día". Está reunión sirvió también para reencontrarme con viejos amigos y conocer a nuevos que incursionan en el arte de la literatura y la pintura. Conocí por fin al chimbotano Miguel Rodríguez Liñán y a Iván Blas. Jorge Tafur, como siempre, dando muestras de su profunda amistad, lo mismo que Mario Wong. Fue grato conversar con Alfredo Pita y una enorme alegría poder abrazar al poeta Elqui Burgos, aunque se perdió la foto de mi cámara. ¿Alguien la borró? También estuvo el siempre correcto y amable profesor Luis Dapelo, entre muchísimos más. Entre noches y amanecidas también hubo una entrevista de Abel Santa Cruz, responsable de la radio París Plural. Fue un fin de semana alucinante, casi no dormí, de un bar a otro bar, de una fiesta a otra fiesta, y la cerveza y el vino corrían a mares, aparecían sobre la mesa como por arte de magia... ¡Ay París, París, París...!