NUEVA REPÚBLICA
En 1821, cuando se inició la República del Perú, en reemplazo del Virreinato, se anunció la redención del indio, su emancipación, la abolición del esclavismo, un nuevo reparto de tierras, y fundamentalmente el surgimiento de una nueva clase gobernante, nuevas leyes y decretos y nueva Constitución, como base de la construcción de un país soberano, democrático y constitucional.
Sin embargo, después de casi 200 años, podemos decir que ese proceso no solo está inconcluso, sino que, además, ha fracasado, porque los que tenían el poder, los aristócratas latifundistas, conservaron sus privilegios feudales sobre el indio y sobre la tierra y, hasta la fecha, a pesar de ser ya un país capitalista, la masa indígena sigue marginada, sin tierra, sin soberanía y sin República que la reivindique, y han aparecido nuevas clases dominantes que nos gobiernan.
Para muchos peruanos, defensores del indio, la República es más culpable que el Virreinato, porque mientras éste fue un régimen extranjero que quitó el poder y sometió brutalmente a los indios en 1532, la República, siendo un régimen peruano agravó los problemas para los indios, negros y mestizos y les negó su reivindicación.
Los indios continuaron siendo explotados y pagando el tributo personal, los esclavos no fueron liberados, los soldados seguían peleando en guerras indeseadas, la deuda externa crecía y la moneda se devaluaba. Los criollos pasaron a gobernar exaltando su amor al suelo donde habían nacido, pero defendiendo sus intereses particulares.
La independencia solo tuvo un carácter político, porque en lo económico pasamos del colonialismo español a depender de países capitalistas como Inglaterra, Francia y finalmente Estados Unidos de América. Ni los tres militarismos, ni los partidos políticos civiles liberales y conservadores que nos gobernaron, ni las numerosas Constituciones que nos han regido, lograron redimir al indio y culminar la revolución peruana de la independencia de 1821.
Acaso, lo que requiere el Perú ahora, sea la fundación de una nueva República con una nueva Constitución, la construcción de un país verdaderamente independiente, democrático, patriótico, con justicia social e identidad nacional, y adecuado a la modernidad y a los nuevos cambios del futuro. En buena cuenta, esto significa continuar el camino abierto por Manco Inca, Túpac Amaru, Pumacahua, Atusparia, Cáceres, Grau, Bolognesi, Olaya, Mariátegui, Vallejo, Arguedas, Velasco y miles de visionarios y rebeldes decididos a luchar y ofrendar su vida por un nuevo Perú y un mundo nuevo.