La cara más cruel del bloqueo -

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:• Las afectaciones a la salud de la guerra económica impuesta por EE.UU. ascienden a 25 millones de dólares entre mayo del 2008 y abril del 2009 Lilliam Riera EL bloqueo contra Cuba, mantenido por más de cincuenta años por las sucesivas administraciones de EE.UU. con el propósito de rendir por hambre y enfermedades al pueblo, ha provocado, sólo entre mayo del 2008 y abril del 2009, afectaciones en el sector de la salud pública por un valor de 25 millones de dólares. En el informe titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, que será sometido a votación en la Asamblea General de la ONU el próximo 28 de octubre, se señala que el daño causado en esta sensible rama es particularmente cruel, no sólo por sus efectos materiales, sino por el sufrimiento que ocasiona a los pacientes y sus familiares y por la incidencia directa en la salud de la población, principalmente de los niños. Refiere el documento que la lista de infantes cubanos a ser operados a corazón abierto el año pasado se incrementó en ocho nuevos casos: Osdenis Díaz, 30 meses; Leinier Ramírez Pérez, 9 meses; Leidy Reyes Blanco, 2 años; José Luis Sanamé, 13 años; Yusmary Rodríguez Márquez, 12 años; Pedro P. Valle Ros, 5 años; Osniel Pérez Espinosa, 5 años, y Roilán Martínez Pérez, 3 años. El Cardiocentro del Hospital Pediátrico William Soler, de La Habana, se ha visto imposibilitado de adquirir dispositivos que se utilizan para el diagnóstico y tratamiento por cateterismo intervencionista en pequeños con cardiopatías congénitas complejas. A las empresas norteamericanas NUMED, AGA y BOSTON SCIENTIFIC se les prohíbe la venta de estos productos a Cuba. Igualmente niños que padecen de leucemia linfoblástica no han podido utilizar el medicamento Erwinia L-asparaginasa, conocido comercialmente como Elspar, porque a la empresa farmacéutica norteamericana Merck and Co se le niega la posibilidad de venderlo a la Isla. Los hospitales infantiles enfrentan serios obstáculos para la adquisición de materiales apropiados para niños pequeños, tales como sondas vesicales, digestivas y traqueales de mayor calidad y durabilidad, agujas Huber para traqueotomía y punciones lumbares, que son en su gran mayoría de procedencia norteamericana. El Centro Nacional de Genética Médica (CNGM), institución de referencia nacional para el Programa cubano de Diagnóstico, Manejo y Prevención de Enfermedades Genéticas y Defectos Congénitos, también sufre las afectaciones del cruel e injusto bloqueo. Desde el 2003, ese centro ha estado intentando adquirir, sin resultado, un equipo analizador de genes con capacidad de secuenciación automática y de análisis de fragmentos, imprescindible para el estudio del origen de enfermedades de alta incidencia en la población que se ubican entre las primeras causas de muerte: el cáncer de mama, de colon y de próstata; la hipertensión arterial; el asma; la diabetes mellitus y los trastornos mentales, entre otras. En una entrevista con Granma Internacional (publicada en el número 30, con fecha 26 de julio de 2009) la directora del CNGM, doctora Beatriz Marcheco Teruel, se refirió a este caso y apuntó que no lo habían podido adquirir porque la compañía ABI que produce el equipo y el software es norteamericana. La doctora Marcheco señaló también que la institución que ella dirige se ve obligada a pagar hasta tres veces más que cualquier otro laboratorio en el mundo para obtener determinados reactivos necesarios para las investigaciones que realiza. Otro de los varios ejemplos mencionados en el informe es el de MEDICUBA, entidad que solicitó, a través de la Empresa cubana Alimport, la compra de prótesis vasculares a la firma BARD, pinzas para biopsia endomiocardica a la Compañía CORDIS y dispositivos para inflado de uso con catéteres de balón a la BOSTON SCIENTIFIC. Sólo obtuvo la respuesta negativa de la firma BARD y la indicación de que no podía ofertarle a Cuba una cotización del producto solicitado debido a las leyes del bloqueo. Las otras ni siquiera respondieron a la solicitud. El bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba es la expresión más elevada de una política cruel e inhumana, carente de legalidad y legitimidad y deliberadamente diseñada para provocar hambre, enfermedades y desesperación en la población cubana. Ningún bloqueo ha sido tan abarcador y brutal contra un pueblo. Por un lado clasifica como un acto de genocidio, en virtud del inciso c del artículo II de la Convención de Ginebra de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio y, por otro, como acto de guerra económica, de acuerdo con lo establecido en la Declaración relativa al Derecho de la Guerra Marítima adoptada por la Conferencia Naval de Londres en 1909. El bloqueo contra Cuba, además, no es una cuestión bilateral entre nuestro país y los EE.UU. APLICACION EXTRATERRITORIAL DE UNA POLITICA GENOCIDA En el informe se destaca también cómo afecta al sector de la salud la aplicación extraterritorial de esa política genocida impuesta a Cuba por sucesivas administraciones norteamericanas a lo largo de más de cincuenta años. La repetida aplicación extraterritorial de las leyes norteamericanas y la persecución contra los legítimos intereses de empresas y ciudadanos de terceros países afectan significativamente la soberanía de muchos otros Estados. Al amparo de esa política, los enfermos cubanos no pueden beneficiarse, en muchas ocasiones, de nuevos medios de diagnóstico, tecnologías y medicamentos, aunque de ellos dependan sus vidas, porque independientemente de que éstos fueran producidos o estén disponibles en un tercer país, las leyes del bloqueo prohíben que la Isla los adquiera si alguno de sus componentes o programas proceden de los EE.UU. En este sentido, en el documento se explica cómo compañías que no son estadounidenses, como HITACHI y TOSHIBA, se niegan a vender a Cuba equipos de alta tecnología. La HITACHI, por ejemplo, se niega a vender un microscopio de transmisión electrónica, especializado para el uso en Anatomía Patológica, lo cual obliga a la mayor de las Antillas a buscar alternativas que encarecen el precio final del producto. Mientras que TOSHIBA lo hace con un equipo de punta como la Cámara Gamma (empleada para realizar estudios con isótopos radiactivos en Medicina Nuclear), la Resonancia Magnética y los ultrasonidos de alta precisión, por lo que se han visto afectados los servicios de salud a la población. Otro ejemplo muy elocuente es el de la empresa cubana GCATE S.A., especializada en la compra de equipamiento tecnológico para el sector de la salud, que ha enfrentado serias dificultades con la Philips Medical, dado que después de comprados e instalados una serie de equipos, esta compañía holandesa se niega a suministrar las piezas de repuesto y obliga a su compra a través de terceros países, lo que encarece notablemente el costo de los mismos y hace más difícil su mantenimiento. El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, dedicó el 6 de septiembre pasado una de sus reflexiones, titulada La doble traición de la Philips, a analizar el caso de esta compañía holandesa. Los daños económicos provocados por el bloqueo en el sector de la salud se deben, fundamentalmente, a la necesidad de adquirir productos y equipos en mercados más lejanos, a la utilización de intermediarios para tales fines y al consecuente incremento de los precios que esto trae aparejado. Igualmente la prohibición o el no otorgamiento de visas a científicos y especialistas cubanos de la salud para participar en numerosos congresos y eventos en EE.UU. constituye un obstáculo para la actualización profesional, la confrontación de técnicas utilizadas en el tratamiento de distintas afecciones y el intercambio de experiencias que en otras condiciones podría ser beneficioso para ambos países.
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