De: ALFONSO CALDERON OTOYA <saratoga_1915@hotmail.com>
Fecha: 27 de mayo de 2011 00:01
Asunto: Las mentes más brillantes no van a la universidad
El cofundador de la empresa de pagos online PayPal, Peter Thiel, que fue uno de los primeros que apostó por Facebook, está ahora detrás de este nuevo programa, que no es compatible con estudios universitarios.
"Hay demasiada obsesión por los títulos y las credenciales y no se presta suficiente atención a las habilidades y el talento", asegura a BBC Mundo Jim O'Neill, director de la Fundación Pether Thiel.
Explica que "hay muchos ejemplos de empresarios exitosos que crean un negocio muy rentable y no vuelven a la universidad como Bill Gates, de Microsoft o Steve Jobs, de Apple".
Jim aparcará sus carrera universitaria de momento para centrarse "cien por cien" en su investigación. Aunque a su madre al principio no le hacía mucha gracia que se marchara a California y dejara sus estudios, asegura que ahora le apoya absolutamente.
No cree que perder las clases sea muy problemático porque "cuando hay algo en lo que realmente estoy muy interesado me paso horas investigando en internet y lo aprendo por mí mismo".
En cambio está convencido de que es su momento. "Siento que la industria del automóvil está cambiando muy rápido y si esperase dos años a graduarme para crear mi empresa, además de generar más deudas a mis padres, llegaría muy tarde, quizá cuando la oportunidad ya hubiera pasado", señala.
Aunque la idea de "20 becas para menores de 20" era seleccionar a dos decenas, tanto talento desbordó a la organización que amplió la convocatoria a 24, que proceden de Rusia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos.
A sus 18 años, John Burnham, aún en secundaria, lleva tiempo colaborando con laboratorios de investigación espacial. Trabaja en tecnologías que en el futuro permitan la extracción de recursos como los minerales de otros planetas.
Si no hubiera sido seleccionado, el próximo otoño tendría que haber empezado la universidad, pero no tenía claro si iba a ir o no.
"Es muy costoso y es una decisión que hay que pensar muy bien", asegura a BBC Mundo.
Para él esta beca "da más opciones a gente de mi edad" y plantea "alternativas para conseguir las credenciales y contactos que uno necesita para tener éxito", que normalmente en Estados Unidos se adquieren en la universidad.
La investigación, basada en recientes y novedosos datos del censo, apunta que los que tienen título universitario tienen un ingreso medio 84% mayor que los que no continuaron tras la secundaria.
Por ejemplo, en el caso de algunas carreras de ingeniería, ese beneficio supera el millón de dólares a lo largo de la vida.
Por ello, renunciar para siempre a la universidad puede que no sea a la larga un buen negocio.
Apunta que si la beca se ofrece a menores de 20 años y no a alumnos que están en la universidad o han concluido sus estudios es porque los universitarios "suelen tener demasiadas deudas" y el dinero lo quieren para pagarlas y no para crear una empresa.
Añade que su programa no es una crítica directa al sistema educativo, aunque "está haciendo que la gente lo cuestione y creemos que es bueno que se planteen esas preguntas".
Quizá, si el sistema cambia en el futuro, uno de sus ideólogos sea Dale Stephen. A sus 19 años es uno de los becarios y lidera un movimiento social que aboga por un cambio educativo. "Nos entrenan a seguir reglas, no a ser creativos", dice.
Y apunta que "hay personas con ideas brillantes en la universidad pero que no tienen idea de cómo llevarlas a cabo en el mundo real".
Experiencias vitales, viajes o interacción con otros son -sostiene- otras formas de aprender más allá de las aulas y que también hay que impulsar.
Fecha: 27 de mayo de 2011 00:01
Asunto: Las mentes más brillantes no van a la universidad
Las mentes más brillantes no van a la universidad
Lara Robles
BBC Mundo
Hace 1 h 1 min
Los becarios recibirán US$100.000 durante dos años para crear su propia empresa.
Tienen menos de 20 años y algunas de las mentes más brillantes del mundo: son 24 pensadores e inventores que desarrollan algunas de las tecnologías más punteras y las teorías más innovadoras. Pero ninguno irá, de momento, a la universidad.
Unas becas por valor de US$100.000 para que cada uno cree su empresa y haga realidad sus proyectos les apartan de momento de la formación tradicional."Hay demasiada obsesión por los títulos y las credenciales y no se presta suficiente atención a las habilidades y el talento", asegura a BBC Mundo Jim O'Neill, director de la Fundación Pether Thiel.
Explica que "hay muchos ejemplos de empresarios exitosos que crean un negocio muy rentable y no vuelven a la universidad como Bill Gates, de Microsoft o Steve Jobs, de Apple".
La oportunidad es "ahora"
"A veces el sistema universitario frena la innovación", opina en conversación con BBC Mundo Jim Danielson, uno de los becados y creador -con 19 años- de un motor eléctrico para un auto Porsche924S con tecnología electrónica que él mismo inventó.
"Nos entrenan a seguir reglas, no a ser creativos (...) hay personas con ideas brillantes en la universidad pero que no tienen idea de cómo llevarlas a cabo en el mundo real"
Dale Stephen, becario de la Fundación Peter Thiel
No cree que perder las clases sea muy problemático porque "cuando hay algo en lo que realmente estoy muy interesado me paso horas investigando en internet y lo aprendo por mí mismo".
En cambio está convencido de que es su momento. "Siento que la industria del automóvil está cambiando muy rápido y si esperase dos años a graduarme para crear mi empresa, además de generar más deudas a mis padres, llegaría muy tarde, quizá cuando la oportunidad ya hubiera pasado", señala.
Alternativas para tener éxito
Muchos han visto esa misma puerta abierta en este programa de becas. Según la Fundación Peter Thiel, recibieron cerca de 400 solicitudes de jóvenes de más de 20 países.Algunos de los proyectos
- Laura Deming: comercializar avances antienvejecimiento.
- Alexandre Kselev: crear instrumentos científicos baratos.
- Darren Zhu: construir un biosensor para diagnóstico.
- Jeffry Lim: reformular el modelo económico con un sistema de intercambio voluntario más social.
- Faheem Zama: desarrollar servicios financieros para celular.
- Eden Full: crear sistema rotatorio de panales solares.
- Gary Kurek: crear innovadores inventos para ayudar a discapacitados.
- Ben Yu: desarrollar un revolucionario sistema de comparación de precios online.
- John Burnham: trabajar en tecnologías para extraer recursos de otros planetas.
A sus 18 años, John Burnham, aún en secundaria, lleva tiempo colaborando con laboratorios de investigación espacial. Trabaja en tecnologías que en el futuro permitan la extracción de recursos como los minerales de otros planetas.
Si no hubiera sido seleccionado, el próximo otoño tendría que haber empezado la universidad, pero no tenía claro si iba a ir o no.
"Es muy costoso y es una decisión que hay que pensar muy bien", asegura a BBC Mundo.
Para él esta beca "da más opciones a gente de mi edad" y plantea "alternativas para conseguir las credenciales y contactos que uno necesita para tener éxito", que normalmente en Estados Unidos se adquieren en la universidad.
Los beneficios económicos de tener un título
Sin embargo, un estudio publicado esta semana por la Universidad de Georgetown señala que pese a lo costoso que es obtener un título de grado superior, los beneficios económicos que esto reporta "siempre" cubren con creces la inversión.
Cerca de 400 personas de 20 países aplicaron a las becas de la Fundación Peter Thiel.
Por ejemplo, en el caso de algunas carreras de ingeniería, ese beneficio supera el millón de dólares a lo largo de la vida.
Por ello, renunciar para siempre a la universidad puede que no sea a la larga un buen negocio.
Crear vs. seguir reglas
O'Neill explica que el objetivo del programa no es "robar" potenciales genios a la universidad ni privar a los jóvenes de una mayor formación, como denuncian algunas voces críticas con el proyecto."Hay demasiada obsesión por los títulos y las credenciales y no se presta suficiente atención a las habilidades y el talento"
Jim O'Neill, director de la Fundación Peter Thiel
Añade que su programa no es una crítica directa al sistema educativo, aunque "está haciendo que la gente lo cuestione y creemos que es bueno que se planteen esas preguntas".
Quizá, si el sistema cambia en el futuro, uno de sus ideólogos sea Dale Stephen. A sus 19 años es uno de los becarios y lidera un movimiento social que aboga por un cambio educativo. "Nos entrenan a seguir reglas, no a ser creativos", dice.
Y apunta que "hay personas con ideas brillantes en la universidad pero que no tienen idea de cómo llevarlas a cabo en el mundo real".
Experiencias vitales, viajes o interacción con otros son -sostiene- otras formas de aprender más allá de las aulas y que también hay que impulsar.
Algunos de los proyectos
- Laura Deming: comercializar avances antienvejecimiento.
- Alexandre Kselev: crear instrumentos científicos baratos.
- Darren Zhu: construir un biosensor para diagnóstico.
- Jeffry Lim: reformular el modelo económico con un sistema de intercambio voluntario más social.
- Faheem Zama: desarrollar servicios financieros para celular.
- Eden Full: crear sistema rotatorio de paneles solares.
- Gary Kurek: crear innovadores inventos para ayudar a discapacitados.
- Ben Yu: desarrollar un revolucionario sistema de comparación de precios online.
- John Burnham: trabajar en tecnologías para extraer recursos de otros planetas.
Aunque la idea de "20 becas para menores de 20" era seleccionar a dos decenas, tanto talento desbordó a la organización que amplió la convocatoria a 24, que proceden de Rusia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos.
A sus 18 años, John Burnham, aún en secundaria, lleva tiempo colaborando con laboratorios de investigación espacial. Trabaja en tecnologías que en el futuro permitan la extracción de recursos como los minerales de otros planetas.
Si no hubiera sido seleccionado, el próximo otoño tendría que haber empezado la universidad, pero no tenía claro si iba a ir o no.
"Es muy costoso y es una decisión que hay que pensar muy bien", asegura a BBC Mundo.
Para él esta beca "da más opciones a gente de mi edad" y plantea "alternativas para conseguir las credenciales y contactos que uno necesita para tener éxito", que normalmente en Estados Unidos se adquieren en la universidad.
La investigación, basada en recientes y novedosos datos del censo, apunta que los que tienen título universitario tienen un ingreso medio 84% mayor que los que no continuaron tras la secundaria.
Por ejemplo, en el caso de algunas carreras de ingeniería, ese beneficio supera el millón de dólares a lo largo de la vida.
Por ello, renunciar para siempre a la universidad puede que no sea a la larga un buen negocio.
Apunta que si la beca se ofrece a menores de 20 años y no a alumnos que están en la universidad o han concluido sus estudios es porque los universitarios "suelen tener demasiadas deudas" y el dinero lo quieren para pagarlas y no para crear una empresa.
Añade que su programa no es una crítica directa al sistema educativo, aunque "está haciendo que la gente lo cuestione y creemos que es bueno que se planteen esas preguntas".
Quizá, si el sistema cambia en el futuro, uno de sus ideólogos sea Dale Stephen. A sus 19 años es uno de los becarios y lidera un movimiento social que aboga por un cambio educativo. "Nos entrenan a seguir reglas, no a ser creativos", dice.
Y apunta que "hay personas con ideas brillantes en la universidad pero que no tienen idea de cómo llevarlas a cabo en el mundo real".
Experiencias vitales, viajes o interacción con otros son -sostiene- otras formas de aprender más allá de las aulas y que también hay que impulsar.
A sus 18 años, John Burnham, aún en secundaria, lleva tiempo colaborando con laboratorios de investigación espacial. Trabaja en tecnologías que en el futuro permitan la extracción de recursos como los minerales de otros planetas.
Si no hubiera sido seleccionado, el próximo otoño tendría que haber empezado la universidad, pero no tenía claro si iba a ir o no.
"Es muy costoso y es una decisión que hay que pensar muy bien", asegura a BBC Mundo.
Para él esta beca "da más opciones a gente de mi edad" y plantea "alternativas para conseguir las credenciales y contactos que uno necesita para tener éxito", que normalmente en Estados Unidos se adquieren en la universidad.
Los beneficios económicos de tener un título
Sin embargo, un estudio publicado esta semana por la Universidad de Georgetown señala que pese a lo costoso que es obtener un título de grado superior, los beneficios económicos que esto reporta "siempre" cubren con creces la inversión.
Cerca de 400 personas de 20 países aplicaron a las becas de la Fundación Peter Thiel.
Por ejemplo, en el caso de algunas carreras de ingeniería, ese beneficio supera el millón de dólares a lo largo de la vida.
Por ello, renunciar para siempre a la universidad puede que no sea a la larga un buen negocio.
Crear vs. seguir reglas
O'Neill explica que el objetivo del programa no es "robar" potenciales genios a la universidad ni privar a los jóvenes de una mayor formación, como denuncian algunas voces críticas con el proyecto."Hay demasiada obsesión por los títulos y las credenciales y no se presta suficiente atención a las habilidades y el talento"
Jim O'Neill, director de la Fundación Peter Thiel
Añade que su programa no es una crítica directa al sistema educativo, aunque "está haciendo que la gente lo cuestione y creemos que es bueno que se planteen esas preguntas".
Quizá, si el sistema cambia en el futuro, uno de sus ideólogos sea Dale Stephen. A sus 19 años es uno de los becarios y lidera un movimiento social que aboga por un cambio educativo. "Nos entrenan a seguir reglas, no a ser creativos", dice.
Y apunta que "hay personas con ideas brillantes en la universidad pero que no tienen idea de cómo llevarlas a cabo en el mundo real".
Experiencias vitales, viajes o interacción con otros son -sostiene- otras formas de aprender más allá de las aulas y que también hay que impulsar.