Lun, 22/07/2013
Las autoridades proyectan la instalación de seis plantas de biogás en un plazo de dos años -que representan una inversión de alrededor de US$2 millones-, y podrían aportar desde 100 hasta 500 kilowatts de electricidad cada una.
En Cuba, el biogás es visto, además de como fuente renovable de energía, como un componente para la elaboración de bioabono en una agricultura orgánica y armónica con el medio ambiente.
Las autoridades cubanas proyectan la instalación, en dos años, de seis plantas industriales que generarán electricidad mediante el empleo de biogás, como parte de una política dirigida a la promoción de fuentes renovables de energía y el respeto ambiental.
Según los cálculos, las seis plantas, que representan una inversión de alrededor de US$2 millones, podrían aportar desde 100 hasta 500 kilowatts de electricidad cada una.
El director del Centro de Promoción y Desarrollo del Biogás, Roberto Sosa, señaló que el país se orienta a la producción "eficiente y sostenible" de carne de cerdo y a la utilización cada vez mayor de energía renovable en la esfera.
Agregó que también continúa la ejecución de proyectos destinados a la obtención de biogás a partir de biodigestores de cúpula fija y los que emplean tubulares de material sintético.
Estos beneficiarán la cocción de alimento por las familias de los productores de carne de cerdo en el sector cooperativo-campesino, fundamentalmente. Sosa aseguró que el grueso de las instalaciones en la esfera tiene tratamiento de las aguas residuales para mitigar problemas de contaminación ambiental.
Subrayó que el biogás depura los residuales y reduce las emisiones de efecto invernadero, de ahí la importancia de esos programas, pues los problemas de la capa de ozono afectan a todos. El biogás está compuesto en su mayor parte por metano, un Gas de Efecto Invernadero (GEI) que permanece en la atmósfera entre nueve y 15 años.
Se estima que en el mundo se emiten cada año unas 6.400 millones de toneladas de metano, un 15% de las emisiones globales de GEI. Es una fuente de energía que se obtiene por medio de fermentación anaerobia, y es utilizada en países desarrollados como medio eficaz de descontaminación, protección del suelo y como una fuente alternativa de energía renovable.
En Cuba, el biogás es visto, además de como fuente renovable de energía, como un componente para la elaboración de bioabono en una agricultura orgánica y armónica con el medio ambiente. Según expertos del Grupo cubano de Biogás (GB), la primera aplicación industrial del biogás en Cuba data de 1940, cuando se construyeron dos biodigestores para procesar los residuales de una fábrica de cervezas en La Habana.
El uso del biogás creció de forma acelerada a partir de 1980 y se construyeron biodigestores de las tecnologías de campana flotante y de cúpula fija, para la cocción de alimentos y el consecuente ahorro de combustibles. En los años 1990 surgió el Movimiento Nacional de Biogás, gracias al cual el país cuenta hoy con unas 700 plantas en granjas estatales y en el sector campesino.
El propósito gubernamental es continuar la construcción de plantas de biogás de pequeña escala en granjas pecuarias estatales, casas de familias campesinas e instalar biodigestores para tratar los residuos porcinos.
También se han identificado potencialidades para usar el biogás en la cogeneración de energía eléctrica y energía térmica a partir de residuales de la industria azucarera y del café, entre otros. Otra vía es captar el biogás que se produce en los rellenos sanitarios debido a la descomposición de la materia orgánica, experiencia que ya se aplica en la localidad habanera de Marianao.
Fuentes especializadas del GB aseveran que el potencial de Cuba supera los 400 millones de metros cúbicos anuales, y si se aprovechara de manera adecuada, se podría instalar una potencia de generación eléctrica de 85 megawatts y producir más de 700 gigawatts por hora al año.
Así se evitaría emitir más de tres millones de toneladas de dióxido de carbono y se ahorrarían unas 190.000 toneladas de petróleo. Además, se obtendrían unas dos millones de toneladas de abono orgánico al año y se reduciría la carga contaminante. Para las autoridades cubanas del ramo, el biogás es un combustible alternativo, una fuente de energía consustancial con el modelo energético eficiente, descentralizado, sostenible y solidario que desarrolla el país.