Un nuevo hecho de violencia presuntamente vinculado a la actividad de la minería artesanal conmueve a la sociedad apurimeña. El pasado miércoles 18 de setiembre se conoció el crimen cometido contra la esposa del dirigente de los mineros artesanales de la comunidad de Pamputa, Carmelo Hancco Champi, en el distrito de Coyllurqui, provincia de Cotabambas, en la región Apurímac.
Según fuentes policiales de la zona, el cadáver de la señora Jesusa Gómez Boza, fue encontrado junto con el cuerpo de su menor hijo de cinco años, por el propio dirigente minero, quien retornaba de realizar gestiones dirigenciales de la ciudad de Abancay, capital de Apurímac. Ambas víctimas presentaban evidencias de haber sido estrangulados y atados con cuerdas.
Según ha trascendido, la víctima habría sido ultrajada antes de ser ultimada por los criminales, quienes al percatarse de la presencia del menor, también lo asesinaron salvajemente para evitar que puedan ser delatados.
Los móviles del crimen
Este horrible crimen que ha vuelto a conmocionar a la provincia de Cotabambas, a la fecha aún no ha sido esclarecido; sin embargo, la policía viene manejando varias hipótesis para aclarar el caso y dar con los asesinos.
Una de las pistas de la investigación apunta a que se habría tratado de un robo, tomando en cuenta que el dirigente minero manejaría importantes cifras de dinero provenientes de la actividad minera artesanal. Una segunda hipótesis, según otros dirigentes y comuneros, involucra a la empresa minera Xsrata, que explota el proyecto minero Las Bambas, para amedrentar a los mineros artesanales que operan en el ámbito del proyecto.
Hay que indicar que los comuneros afirman que la comunidad de Pamputa ha roto todo tipo de relaciones con la empresa desde el 2011 y que pese a reiterados intentos de negociación para conseguir la autorización del terreno superficial para la exploración minera, la comunidad ha respondido negándose a tener cualquier acuerdo con la empresa minera
Sin embargo, una tercera hipótesis es que el crimen obedecería a las discrepancias dirigenciales de la organización de los mineros artesanales frente al proceso de formalización que se les viene exigiendo desde el gobierno regional y nacional. Según ha trascendido, Carmelo Hancco estaría a favor de sumarse a la formalización, posición que sería rechazada por otro sector dirigencial radical que rechaza el proceso y que además, rechazan la presencia de la gran minería en la región Apurímac.
Pamputa es una comunidad legalmente reconocida, está conformada por unos 250 comuneros, varones y mujeres, que en su mayoría se dedican a la minería artesanal y a la actividad pecuaria; cuenta con un área de 4,700 hectáreas de terreno y se encuentra dentro del ámbito de influencia del proyecto minero Las Bambas.
Comuneros exigen justicia y rechazan la violencia
