Envíado por : Robert - el : 2011-08-20 20:56:46
Tomado de : http://www.patriaroja.org.pe/index.php?option=com_content&view=article&id=1372
Como dice Humberto Campodónico en una de sus últimas columnas (http://www.larepublica.pe/10-08-2011/tenemos-crisis-para-rato) "las manifestaciones de la actual 'crisis de la deuda' de este año 2011 no son otra cosa que la consecuencia de la crisis del sistema financiero de agosto-setiembre del 2008".
La creciente deuda del gobierno federal se originó en los millones de dólares que el Estado norteamericano prestó a las instituciones financieras para evitar que quiebren, así como en los planes de estímulo fiscal para la reactivación de la economía, que incluyeron el recorte de impuestos y el aumento del gasto público.
Si fuera cierto que la causa de la 'crisis de la deuda' es la 'crisis financiera', corresponde analizar el origen de esta última. En este campo han predominado las explicaciones liberales y las keynesianas, Escuelas que han devenido en paradigmáticas durante las últimas décadas. Los liberales exhiben un doble discurso: por un lado, responsabilizan al gobierno por las políticas de abaratamiento del crédito (unos pocos hablan también de la excesiva confianza y codicia de los banqueros y de la irresponsabilidad de los prestatarios), y por el otro, reclaman el rescate de las instituciones financieras. Algo así como 'el intervencionismo estatal es malo, a menos que me salve', o lo que algunos analistas han convenido en llamar 'socialismo para los ricos, capitalismo para los pobres'. Del análisis liberal, centrado en las conductas individuales 'arriesgadas e irresponsables', se infiere que todo volverá a la normalidad cuando el Estado desregule aún más el sistema financiero y los agentes hayan internalizado la lección para cuando sea hora de tomar decisiones en el futuro.
Los keynesianos son menos pro-stablishment, pero no por eso están fuera de él. Tienen además el mérito de haber anticipado que se venía la crisis. Según su interpretación, la desregulación del sistema financiero fue la que creó los incentivos a las conductas 'arriesgadas e irresponsables' a las que hacen tanta referencia los liberales, por lo que urge una reforma de la normatividad que regula al sistema financiero para hacerla aún más restrictiva, guiando así los 'animal spirits' keynesianos. Este análisis supone que el Estado es una entidad al servicio del bien común, obviando que las regulaciones y desregulaciones institucionales existentes exhiben únicamente el control del Estado por parte de los banqueros, y que este control ha acompañado al capitalismo en todas las etapas de su desarrollo.
En ninguno de los casos se hace referencia a una crisis del capitalismo o de alguna forma específica de este. Y es que ambos análisis, si bien advierten los efectos del sector financiero sobre el sector real de la economía, concluyen que es posible salir de la crisis desde dentro del sistema. Otras aproximaciones, menos ortodoxas, asociadas al post-keynesianismo y al marxismo, tienen visiones más complejas de la crisis. Los partidarios de la Escuela Política Radical desarrollaron el concepto de 'Estructura Social de Acumulación' (SSA, por sus siglas en inglés) para hacer referencia al marco institucional que estimula el proceso de acumulación del capital, aunque advierten que en determinado momento éste crea barreras al crecimiento. Las actualizaciones del concepto de la SSA señalan que los excedentes no sólo son destinados a la acumulación, sino también a la especulación. En síntesis, la SSA es la estructura institucional que estabiliza temporalmente las contradicciones del capitalismo, ya sea que predomine el sector real o el sector financiero.
Kotz ha explicado por qué y cómo una SSA neoliberal ha producido la actual crisis, y la atribuye a tres factores fundamentales: 1. La desigual distribución del ingreso (esta misma argumentación ha sido desarrollada por kaleckianos como Stockhammer); 2. La emergencia de burbujas de activos; y 3. La respuesta del sector financiero frente a la burbuja de activos.
Primero, la desigual distribución de los beneficios y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios genera insuficiencia de demanda en contraposición al rápido crecimiento de los beneficios. Estos, por otro lado, estimulan el crecimiento de la inversión comercial, constituyéndose en una parte importante de la demanda, impulsando el crecimiento por un tiempo, hasta que se produce un desbalance entre la velocidad del crecimiento de los medios de producción y la producción misma (crisis de sobre-producción).
Luego, como la producción es excesiva, se recurre a la especulación, vendiendo estos activos 'sobrantes' con la promesa de mayores precios en el futuro, es decir, generando burbujas, las mismas que incentivan a los hogares a incrementar su propensión a consumir, dándole un nuevo aire al crecimiento. Cuando la burbuja revienta, la propensión marginal a consumir vuelve a sus niveles 'normales', se desinflan las expectativas sobre el futuro y el aumento de la capacidad productiva impulsado por el inicial crecimiento de la demanda se hace incompatible con las bajas expectativas, lo que genera una brusca desaceleración de la inversión (crisis de sub-inversión).
En paralelo al surgimiento de la burbuja, el sector financiero juega un rol determinante. Sucede que, en el caso específico de esta crisis, la burbuja se generó en el sector inmobiliario. Los bienes inmuebles son, por naturaleza, activos poco líquidos, por lo que la única forma de generar liquidez a partir de ellos es hipotecándolos. Los propietarios reciben créditos de consumo, los no propietarios reciben créditos para comprar casas (todo con la única garantía de la expectativa de crecimiento del precio de las casas). Una vez que la burbuja revienta y los precios vuelven a su nivel 'normal', los créditos se hacen impagables para la mayoría de la gente, que no sólo pierde su casa, sino también su empleo (por la desaceleración de la inversión), retrayéndose la demanda. Y los bancos se llenan de créditos que no pueden cobrar y de casas que deben malbaratear (crisis financiera).
Frente a este escenario, a los republicanos no se les ha ocurrido mejor idea que cuasi-obligar al debilitado Obama a imponer recortes del gasto social para no seguir acrecentando la deuda y 'generar confianza en los agentes'. Sí, claro. Como resulta evidente, la crisis no es cuestión de confianza, sino de insuficiencia de demanda. En esa línea, las políticas de corto plazo debieran estar orientadas a reactivarla. Y eso implica que el gobierno de los EEUU reduzca el gasto militar y financie los programas sociales.
Y para los marxistas, o los que pretenden serlo, dejo aquí una traducción mía de lo que dice Kotz: "Para ser efectivo en la comprensión del capitalismo, debemos analizar su institucionalidad particular en el momento y el lugar (…) Es cierto que el capitalismo regulado tiende a mejorar el estándar de vida y a expandir los servicios para la clase trabajadora, lo que hace menos deseado un cambio, y también es cierto que la eventual crisis de acumulación del capitalismo regulado tiende a ser relativamente leve, lo que reduce la posibilidad de una transición al socialismo. De otra parte, un largo período de capitalismo liberal tiende a debilitar a la clase trabajadora y al movimiento social (…), por lo que el potencial que debiera aparecer para promover una transición al socialismo se enfrenta al problema de su debilidad (…) Esta crisis presenta una oportunidad, esperada por años, para que la izquierda organice una alternativa real al capitalismo".