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domingo, 29 de julio de 2012

Desarrolla​ndo el Modelo Pedagógico Emancipado​r para la Transforma​ción

De: Carlos Rojas crojasgalarza@yahoo.es Desarrollando el Modelo Pedagógico Emancipador para la transformación LA EDUCACIÓN OFICIAL, LA EDUCACIÓN POPULAR Y EL CURRRÍCULO EN LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD DEL ALUMNO. Por: Carlos Rojas Galarza En las sociedades jerarquizadas la educación –esencialmente- es un proceso que forma a las personas en función de las necesidades de reproducción y desarrollo del sistema económico vigente. Los procesos generales y específicos de esta formación, se dan a través del sistema educativo. Al interior de la institucionalidad del sistema, la escuela (sea cualesquiera de los niveles) viene a ser la célula educacional de la totalidad del tejido social. La jerarquización clasista de la sociedad implica la diferenciación también de la educación. Aunque los sofismas oficiales quieran presentar el proceso educativo como imparcial y apolítico. La objetividad, de la cual se quiere hacer gala con los argumentos oficiales y oficiosos basados en una supuesta imparcialidad, explícita e implícitamente, realmente presenta dos niveles o tipos de educación: la educación dominante, que es la oficial (educación hegemónica) y que manifiesta las necesidades, intereses y expectativas de los poderes económicos y políticos que controlan la sociedad; y, la educación popular (educación contestataria) que expresa las necesidades, vivencias y también expectativas de los amplios sectores que son la mayoría de la población. Estos dos tipos de educación no se dan cada cual por separado y puros en sus características, por tanto, todo análisis no debe ser mecanicista, sino dialéctico, porque la realidad es dinámica. Por ejemplo, actualmente, las reformas educacionales apuntan a innovar las escuelas y presentan innovaciones pedagógicas para superar la vieja educación tradicional, por necesidades económicas de expansión del capitalismo neoliberal, dizque dejando atrás la educación conservadora y hasta se dicen revolucionarios. Julián de Zubiría escribe: “Hoy en día las presiones radicales del sistema educativo provienen de los sectores vinculados en especial con el sector empresarial.”[1] También puede afirmarse, que no toda educación popular signifique educación revolucionaria. El elemento clave para entender la esencia de la educación es la ideología y ésta se manifiesta en el currículum. Es justamente a través de currículo que la pedagogía burguesa quiere - y generalmente lo logra - insertar al alumno (futuro ciudadano) al sistema social vigente sin ningún peligro a los intereses de las clases dominantes. Por ello se puede decir que si la escuela es la célula de la educación, el currículum es el núcleo ideológico en la formación de la personalidad del educando. La escuela (el sistema educativo en su totalidad) no está libre de las tensiones sociales; no es una isla. La escuela no sólo es la depositaria de la cultura socializada y seleccionada través del currículum en sus diversas instancias. Como dijimos, particularmente la escuela es la institución especializada para la asimilación de la cultura por parte de los estudiantes, pero es una institución ideologizada por el currículum oficial. La escuela burguesa se presenta ante los ojos de la sociedad, como una entidad educadora “imparcial” portadora -en “equidad” de condiciones de la cultura para que los alumnos construyan sus propios saberes, no más que estén en función de las necesidades del mercado. Sin embargo, en el sistema educativo, particularmente la escuela, las contradicciones sociales se exponen y ocurren a través de lo que es el currículum explícito (formal) y el currículum implícito (oculto). Leamos a Ángel I. Pérez Gómez: “...el proceso de socialización de las nuevas generaciones ni es tan simple ni puede ser caracterizado de modo lineal o mecánico, ni en la sociedad ni en la escuela. La tendencia conservadora lógica en toda comunidad social a reproducir los comportamientos, valores, ideas, instituciones, artefactos y relaciones que se han manifestado útiles para la propia existencia del grupo humano choca inevitablemente con la tendencia también lógica a modificar los caracteres de dicha formación social que se muestran especialmente desfavorables para alguno de los individuos o grupos que componen el complejo y conflictivo tejido social. El delicado equilibrio de la convivencia en las sociedades que conocemos a lo largo de la historia requiere tanto la conservación como el cambio, y lo mismo ocurre con el frágil equilibrio de la estructura social de la escuela como complejo grupo humano, así como con las relaciones entre ésta y las demás instancias primarias de la sociedad.”[2] Este choque se produce cuando de manera consciente surgen en alguna instancia del sistema educativo, sobretodo en el centro educativo o aula, contenidos curriculares de resistencia en direcciones contrarias a las directrices hegemónicas oficialistas. Las distintas direcciones de resistencia avanzan de manera desigual; unas son de carácter técnico-metodológico; otras, de reformulación evaluativa; también de mejora de la calidad educacional; las hay de la educación liberadora, como también la educación transformadora. Unas son de reformulación curricular al interior de la escuela formal, como también las de negación anárquica del currículo con el correlato extremista de la destrucción de la escuela. La alternativa viable desde el campo de la educación popular es el currículum emancipador para la Transformación; es decir desde la pedagogía científica, dialéctica e integradora, que forje y desarrolle en los alumnos una conciencia crítica y alternativa con una personalidad democrática, patriótica y humanista que practique valores como la justicia social, solidaridad, honestidad, moral, laboriosidad; que le interese el bienestar de la humanidad, de su país, de su comunidad y su familia. ¿Es posible trabajar en esta dirección en la escuela formal con el currículum oficial hegemónico? La historia del socialismo truncado, como también experiencias recientes de China, Cuba, Corea del Norte, etc. demuestran que sí es posible. En el III Congreso Pedagógico Nacional del SUTEP, los maestros concluyeron que: “se ha creído necesario precisar la nominación conceptualizadora de Modelo Pedagógico Emancipador para la Transformación , recogiendo las sugerencias recibidas en el período recorrido desde el III CONPEN hasta el presente Congreso Pedagógico. Siempre sobre la base del paradigma socio-cultural de Vigotsky (con un enfoque dialéctico-materialista), el concepto EMANCIPADOR significa una educación para la liberación mental-ideológica y superación de la alienación y el pragmatismo que están impregnados en la personalidad de la población particularmente, joven. Se sabe científicamente que la educación incide directamente en la formación de la personalidad de los seres humanos y la modela de acuerdo al tipo de pedagogía vigente (institucionalizada o no) en una determinada formación social como la capitalista neoliberal que se da en nuestro Perú. Y es precisamente en el plano ideológico en el que con una pedagogía emancipadora a través de la didáctica concientizadora se podrá dotar de una identidad nacional, una conciencia histórica y una sólida formación cívica popular a los jóvenes escolares. La disciplina científica que conducirá a esa emancipación es la didáctica concientizadora.”.[3] El profesor Julio Mendoza García relacionando educación popular con el currículum, reflexiona: “La educación popular en nuestro país, como el pueblo aún no está en el poder, no puede imponer un currículo al sistema escolar; lo que no quiere decir que con el desarrollo de la pedagogía como ciencia, no estemos los maestros en condiciones de proponer una alternativa que sirva de guía y elemento de unidad para la lucha por reformas en el currículo vigente. Por otra parte el magisterio y el pueblo estamos en condiciones de prever currículos parciales, temporales, en las actividades de educación que organicen nuestras organizaciones (valga la redundancia). En el sistema escolar mismo, los maestros que optamos conscientemente por la educación popular debemos hacer un trabajo curricular identificado con los intereses del pueblo, como parte de la, lucha entre la educación popular emergente y la educación reaccionaria dominante”[4]…”Los maestros progresistas y democráticos consideramos que también, desde la educación popular, es posible y necesario avanzaren la aplicación del trabajo curricular en las manifestaciones de de la educación formal, organizar escuelas de capacitación, universidades populares, centros educativos alternativos, seminarios, fórums, entre otros, según las necesidades y condiciones de manera creativa”[5] En la formación y desarrollo de la personalidad del estudiantado son importantes los componentes genéticos-psicológicos y sociológicos, pero éstos, los sociológicos son determinantes, por tanto son fundamentales. Y dentro de lo sociológico, la formación ideológica cumple un rol que va a caracterizar al sujeto social en su dinámica ante el mundo: país, comunidad, familia, etc. En la estructuración de la personalidad entonces, la formación ideológica es imprescindible para la generación de consciencias o inconsciencias con su desarrollo cuantitativo y cualitativo es necesario para hacer frente a los problemas de la vida y la sociedad. Las instituciones sociales de carácter supraestructural desempeñan influencias de diverso grado en la formación ideológica de las personas. Como hemos señalado anteriormente, en una determinada formación económico-social jerarquizada, las contradicciones surgidas por la existencia de diversidad de intereses, existe una institución macro que es el Estado que regula y reguarda el orden social, unilateralzando los beneficios de la producción de la riqueza. Es necesario observar que si bien es cierto que en el neoliberalismo, el estado es reducido a su mínima expresión, dejándodose en “plena libertad a las leyes del mercado” aquél no desaparece; existe para regular las condiciones jurídicas que garanticen el libre juego de la oferta y la demanda de la jungla económica. El sistema social en su conjunto y la institución macro del estado se encargan de formalizar la ideología dominante; sin embargo, del total de las instituciones, la escuela es la organización masiva especializada cuyo trabajo que va a incidir directamente en la mentalidad de niños, adolescentes y jóvenes, quienes justamente viven procesos fundamentales en la formación y desarrollo de sus personalidades. Es la escuela (desde la Educación Inicial hasta la universidad) el tejido ideológico que va a filtrar la selección de los mensajes ideológicos que van a moldear el perfil de ciudadano que necesita el sistema económico y las clases sociales dominantes. Ese filtro se llama currículum. Por supuesto que la escuela (en el sentido amplio del significado, sistema educativo) no es la única institución de ideologización, está la misma familia, la iglesia, los medios de comunicación, etc., pero la escuela está creada particularmente para preparar sistemáticamente al futuro ciudadano en la educación espiritual (ideología) y la educación para el trabajo productivo, aunque éste, en países atrasados y dependientes sea deficitario como en nuestro país. [1] Julián de Zubiría, Ibid, (Pág.63). [2] José Jimeno Sacristán y Ángel I. Pérez Gómez, Ibid, (Pág. 18). [3] III Congreso Pedagógico Nacional del SUTEP, Pág. 27 [4] II Congreso Pedagógico del SUTEP, 2002, Pág.30[5] Ibíd., IIICongreso Pedagógico del SUTEP, Pág. 39
24 DE JULIO: V ASAMBLEA NAC. DE DELEGADOS DEL SUTEP(LIMA)
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