SUTEP: 1° DE AGOSTO: ASAMBLEA NACIONAL DE DELEGADOS
'SUTEP LA LIBERTAD 31 DE JULIO: ASAMBLEA DE DELEGADOS DEL SUTEP LA LIBERTAD '
SUTEP PROV. TRUJILLO: 20 de julio. Julio es Mes de la Patria. Mi padre y su amor al Perú. Folios de la Utopía.
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sábado, 20 de julio de 2013

20 de julio. Julio es Mes de la Patria. Mi padre y su amor al Perú. Folios de la Utopía.

De: <dsanchezlihon@aol.com>
Fecha: 20 de julio de 2013 14:51
Asunto: 20 de julio. Julio es Mes de la Patria. Mi padre y su amor al Perú. Folios de la Utopía.
 
  
 
 
 
 
 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
 
JULIO, MES DEL MAESTRO;
DEL SANTUARIO HISTÓRICO
DE MACHU PICCHU; BATALLA
DE HUAMACHUCO, LEONCIO
PRADO; Y FIESTAS PATRIAS
 
*****
 
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
TELÚRICA DEL MES DE JULIO
EN LA FIESTA DEL PATRÓN SANTIAGO,
EN LA TIERRA DE VALLEJO
 
JUEVES 25 DE JULIO
 
10 AM.
APERTURA DE LA FERIA
DEL LIBRO Y DE LA ARTESANÍA
DE SANTIAGO DE CHUCO
 
RESPONSABLE:
JAVIER DELGADO BENITES
 
7.00 PM.
INAUGURACIÓN
II EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA DE
JAIME SÁNCHEZ LIHÓN
 
7.30 PM.
AULA CAPULÍ
EN SANTIAGO DE CHUCO
ACUERDOS Y PROYECCIONES
 
8.00 PM
III SERENATA  EN EL UMBRAL
BAJO EL ALERO
 
LOCAL: SEDE DE CAPULÍ
VALLEJO Y SU TIERRA
EN SANTIAGO DE CHUCO
CALLE DE LAS ARTES.
JR. CÉSAR VALLEJO 863
 
VIERNES 26 DE JULIO
 
9. AM.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
 
LOS GUERRILLEROS
DE SANTIAGO DE CHUCO
EN LA GUERRA CON CHILE
DE
JAVIER DELGADO BENITES
 
9.30
CONVERSATORIO:
LA LENGUA CULLE
DE SANTIAGO DE CHUCO
EXPOSITORES:
MANUEL FLORES REYNA
Y
MARÍA DEL CARMEN CUBA
 
10.00 AM.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
 
SANTIAGO DE CHUCO,
MEMORIA Y ESPERANZA
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
A CARGO DE
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
 
11.00 AM.
HOMENAJE
A DON ELADIO RUIZ CERNA
A CARGO DE
MANUEL RUIZ PAREDES
 
TRIBUNA LIBRE
 
LOCAL: POR CONFIRMAR
 
 
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Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
 
 
 
*****
 
JULIO
ES MES DE
LA PATRIA
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
MI PADRE
Y SU AMOR
AL PERÚ
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
¡Sierra de mi Perú, Perú del mundo,
y Perú al pie del orbe; yo me adhiero!
César Vallejo
 

 
 
1. Pueblo
honesto y heroico
 
A la juventud hay que decirle y explicarle la diferencia entre nuestro pueblo y algunos rufianes que casi siempre eligen como camino para sus fechorías el de la política.
Lo hacen a fin de lucrar. También por su concupiscencia de poder y de bienes materiales.
Eligen esos puestos para ser inmunes, porque saben su vinculación a negocios mal habidos.
Y creo que son tan míseros que como no pueden destacar de otra manera hasta prefieren pasar a la historia ¡no importa como pillos! ¿O son brutos?
Pero no confundamos el Perú con estos parásitos entre los cuales están involucrados algunos expresidentes de la República.
El Perú es un país hondo y serio y no estos políticos de pacotilla, verdadera lacra enquistada a nivel nacional, regional y provincial.
Nuestro pueblo es sacrificado, diligente, honesto y heroico.
 
 
 
2. Era
su consigna
 
Nunca escuché de mi padre maestro una sola referencia respecto a ellos. Y jamás una sola palabra de desaliento respecto al Perú.
Más bien, por esta época su afán era preparar y ensayar a la banda de guerra de su escuela. Entonces se le veía curtir los cueros, cortarlos, templar las tarolas, puesta su dedicación para que todo luciera espléndido en el desfile.
Hace poco me encontré en Trujillo con un señor que se identificó como un alumno suyo, perteneciente a la banda de guerra de su escuela.
Y él evocó que mi padre repetía la siguiente frase, cada vez que la banda con sus compases animaba el paso marcial de todo el plantel escolar desfilando ante las tribunas:
– ¡Rompan las tarolas! ¡Rompan las tarolas!
Yo había visto lo prolijo que era hacer y armar una tarola, ¿cómo entonces romperla? ¿Por la emoción de un instante? ¿Por encenderse y arder en un sentimiento? ¡Sí!
 
3. Sus infaltables
libretas
 
¡Claro! Porque cuando se está ante un altar, de pie o desfilando, cabe esta emoción. ¡Y por supuesto que cabe romper una tarola como una consigna!
Pero era también su pasión conocer acerca de la vida de los héroes de nuestra nación.
Otro rasgo de su desempeño era cumplir ferviente con el desarrollo del Calendario Cívico Escolar en el patio de la escuela.
Atento a coleccionar los recortes del álbum Mi Perú, que publicaba el diario "La Prensa", llevaba el recuento minucioso, número a número, de sus diversos fascículos.
Cualquier mapa, noticia educativa, biografía célebre que resaltara los valores del Perú lo atesoraba.
Si no podía recortar un artículo anotaba inmediatamente su contenido, precisando con pulcritud los datos más significativos en sus infaltables libretas de apuntes.
 
4. Era
fervoroso
 
Estaba suscrito al periódico La Industria de Trujillo que leía con especial dedicación.
Con cierta regularidad compraba en la tienda de don Manuel Quesada alguna publicación reciente, sea un atlas o una enciclopedia. Era fervoroso del diccionario y de un Almanaque Mundial que publicaba que se publicaba año tras año.
El día que la revista Selecciones del Reader's Digest llegaba a Santiago de Chuco, un ejemplar también nos llegaba a nosotros enviada desde la distribuidora en Trujillo.
Las ediciones periódicas Nueva Educación y Peruanidad eran infaltables en su mesa de trabajo.
Vibraba con lo nativo, con la historia del Perú precolombino, con nuestras raíces ancestrales, con la vida y las costumbres del Tahuantinsuyo.
 
5. ¿En qué
soñaría?
 
En lo que a música respecta siempre estaba interpretando sones incaicos y del folclore andino.
Alguna vez, cuando trajimos con mis hermanos restos óseos de gentiles recogidos de las cuevas de Shiminiga, se quedó arrobado con un maxilar inferior; y en su ensoñación, habló así:
– ¡Qué bella debe haber sido esta niña de nuestro antiguo Perú!
– Papá, ¿y cómo sabes que fue niña?
– Digo niña, no por la edad sino por la pureza de su alma, porque así fueron las personas en el antiguo Perú.
– Y, ¿por qué crees que fue bella?
– Mira, por la delicadeza del maxilar inferior. Observa, ¡qué finura y cómo termina! ¡Con qué gracia! Seguro fue una doncella hermosa. ¿En qué soñaría?
Un poema de su preferencia y que recitaba frecuentemente con voz que extraía todas sus resonancias, era aquél de José Santos Chocano, que dice:
 
6. Cuarenta mil
esclavos
 
Cuarenta mil esclavos abrieron el camino
del Cusco a Cajamarca, por donde el Inca va;
su padre, el Sol, le alumbra; y el regio peregrino
devora millas, leguas... y siempre más allá.
Cojín le dio una alpaca, cual áureo vellocino;
escala hízole el brazo quichua y aimará;
detuvo el anda; y ágil y firme en su destino,
saltó sobre los hombres en que apoyado está.
Tejiendo muelles danzas las indias van delante;
detrás van los soldados de aspecto fulgurante;
el Inca, envuelto en oro, simula una visión.
Y sobre aquel camino, que el Sol aviva en llamas
como lo hiciese una boa de fulgidas escamas,
se va desenroscando la lenta procesión...
 
7. Pero a la vez
níveo
 
¡Y cuánta música de abismos vibraba en su mandolina; de hondonadas, de flores en lo profundo de las quebradas, como de las cumbres impolutas de los picachos nevados!
Música afable, trina, estallante, en donde se abren los remolinos, se precipitan las cascadas, donde amanece y boga la luna al atardecer.
¡Y por donde yo veo pasar el borde de las polleras de ñustas y Vírgenes del Sol!
En otro plano, mi padre admiraba a don Ramón Castilla, y en la mesa de su casa, a la hora de comer, siempre había una anécdota del ríspido y corajudo, pero a la vez níveo e inmaculado, el gran mariscal.
Soldado y gobernante peruano que murió –nos lo repetía siempre– montado en su caballo en el desierto de Tiviliche, en la provincia de Tarapacá.
 
8. Y ese era
el temple
 
Así gustaba repetirlo él. Se identificaba plenamente con su capacidad para arriesgar la vida.
Era su ídolo. Y hasta alguna vez me hizo una antorcha para el desfile, que era el escudo nacional con el rostro dibujado con el del hirsuto don Ramón.
Y repetía el poema de Carlos Augusto Salaverry, que escribiera en homenaje a este militar.
Y libertador de los esclavos del Perú, que dice así:
La pluma de la historia dirá un día,
cuando su cetro la verdad recobre:
– Fue tan patriota cuanto ser podía,
y aunque el oro a sus plantas se esparcía
el pueblo le bendijo. –¡Murió pobre!
¡Murió pobre!, esta era la enseña para él.
 
9. Una peseta
de más
 
Esta era la égida e insignia que él mismo escogió para sí. Y es más: lo es de una generación de peruanos que vale revalorizar.
Es importante que consten estos hechos como muestra de valor y coherencia, frente a la concupiscencia del dinero.
Frente a aquella tendencia de hacer que todo reluzca como riqueza, obtenida a través del éxito cualquiera sea la conducta que ostentemos.
Y ese era el temple y la moral de don Pascual Danilo.
Tanto era así que un día, pese a la pobreza con que sostenía su hogar, al comprobar que había una peseta de más en el sencillo del vuelto de una compra, suspendió el almuerzo hasta que el hijo que lo había recibido fuera a devolver esa peseta.
Y esto a mí me correspondió sufrirlo, porque yo era aquel hijo.
 
10. Otro
tanto
 
¿Cómo fue esta peripecia? Sacar una y otra vez la cuenta: ¿Cuánto ha costado esto? ¿Y esto otro? ¿Y cuánto es el vuelto? ¿Y cuánto te di? De todos modos, sobra una peseta.
Y me ordenó ir a devolverla.
Pero ya estaba servido el almuerzo y nosotros sentados alrededor de los platos humeantes del rico caldo de cordero.
– Pero que vaya después del almuerzo que ya está servido. –Adujo mamá.
– No. En este momento. Y todos vamos a esperar hasta que él vuelva.
Y tuve que regresar al puesto de venta, recorrer para ello un trayecto largo, pues el establecimiento quedaba en el barrio de San José, para llegar al cual había que bajar varias cuadras hasta la Plaza de Arma.
Y de allí caminar otro tanto, hasta llegar a la tienda en donde el señor que atendía me explicó que la cuenta estaba bien.
 
11. Era
su ley
 
Me explicó que me había rebajado una peseta en las cebollas por el menor peso.
Pero yo le rogué que recibiera la moneda, porque si no de repente me hacía regresar de nuevo, don Pascual Danilo. Comprendió y me dio un tomate.
Aquella vez yo estaba agobiado y pensaba que era exagerado lo que él había dispuesto, de tal modo que busqué alguna forma de manifestar mi descontento. Y le dije:
– Papá, pude devolver la moneda más tarde; pero, ¿por qué suspender el almuerzo de toda la familia?
Y fue su respuesta:
– Porque la honradez incluso debe dolernos al practicarla. Y para que todos estemos conscientes que incluso a costa del hambre hemos de ser personas honradas y honestas.
Esa era su ley y la cumplió cabalmente: vivió y murió pobre.
 
 
 
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