http://www.youtube.com/watch?v=KYVGeYt61Lg
Dra. Patricia Pizzurno
Dr. Celestino Andrés Araúz
Después de la muerte del Teniente Roberto Paz del Ejército de los Estados Unidos y de las agresiones perpretradas por miembros de las Fuerzas de Defensa al Teniente de la Marina Adam Curtis y a su esposa Bonnie, el General Thurman puso sus 13.000 hombres en "Alerta Delta". Entretanto, el gobierno de Bush decidió ejecutar el plan "Cuchara Azul", que comprendía "ocuparse de Noriega" y eliminar a las Fuerzas de Defensa. Este plan había sido concebido para garantizar una victoria espectacular contra las fuerzas de Noriega habida cuenta que estaba previsto que 24.000 soldados norteamericanos invadieran Panamá. Para entonces las Fuerzas de Defensa poseían 16.000 efectivos, de los cuales apenas 3.000 estaban entrenados para el combate. El plan contemplaba además, la utilización de los nuevos caza-bombarderos F 117 A Stalth de la Fuerza Aérea, cuya misión consistía en descargar bombas de 1900 Kg. en torno a los cuarteles para sembrar el pánico y desorientar a los militares panameños.
Poco después de la medianoche del 20 de diciembre de 1989 se inició una cruenta invasión a Panamá que recibió la denominación de "Operación Causa Justa"en la que terminaron participando 26.000 soldados, que emplearon armas, técnicas y equipos de guerra sumamente sofisticados. El ataque como estaba previsto se concentró en los principales cuarteles de las ciudades de Panamá y Colón,así como en los aeropuertos. Prácticamente el barrio de El Chorrillo fue destruido en gran parte y también hubo choques armados en San Miguelito. Fueron sobre todo los Batallones de la Dignidad los que, en forma desordenada, respondieron al ataque norteamericano.
Según fuentes oficiales del Comando Sur en los enfrentamientos murieron 23 soldados estadounidenses, aunque aún no se sabe con certeza cuántos panameños, entre civiles y militares, perdieron la vida. Los cálculos más conservadores hablan de varios cientos. A ello hay que sumar los heridos y detenidos en campos de concentración. Pese a este despliegue de fuerzas Noriega, el principal objetivo de los Estados Unidos , logró escabullirse y buscó asilo en la Nunciatura Apostólica.
En los días subsiguientes a la intervención y ante la ausencia de fuerzas de policía, se produjeron en las ciudades de Panamá, Colón y La Chorrera saqueos y destrucción de bienes públicos y privados, que arrojaron pérdidas por más de 200 millones de dólares. Mientras tanto, las tropas norteamericanas fueron espectadores impasibles y no adoptaron ninguna medida para impedir estos actos vandálicos.
Según George Bush la ofensiva militar contra las Fuerzas de Defensa de Panamá se hizo"para proteger las vidas de los norteamericanos, defender la democracia en Panamá, apresar a Noriega y llevarlo para ser juzgado por cargos relacionados con el tráfico de drogas por los cuales fue sindicado en 1988 y, por último, para asegurar la integridad de los Tratados del Canal de Panamá". Sin duda, para comprender el alcance de la invasión estadounidense es necesario no perder del vista el documento de Santa Fe de comienzos de 1989, en el que se señaló que: "la expulsión de Noriega y la realización de elecciones no serán suficientes para instaurar un régimen democrático en Panamá. Estados Unidos tendrá que concentrarse totalmente en los asuntos atinentes a su régimen democrático; la reforma de las FDP, el apoyo a un Poder Judicial independiente y la restauración de la economía, serán los más esenciales". La historia volvía a repetirse ocho décadas más tarde. Como sabemos, también en 1904, Estados Unidos había considerado que el ejército panameño constituía un factor de perturbación socio-política que era necesario eliminar.
Según la revista Time el plan de ataque consistía en neutralizar e intimidar a las Fuerzas de Defensa mediante la utilización de una fuerza abrumadoramente superior, como ya indicamos. Se atacarían, en primer lugar, los principales cuarteles comenzando por el complejo de Fuerte Amador en una operación emprendida por la Fuerza de Ataque Bayoneta. Pero el principal objetivo era el Cuartel Central de El Chorrillo, donde se suponía que se encontraba Noriega, así como los aeropuertos, Fuerte Cimarrón y Panamá Viejo; Río Hato y el Cuartel de Tinajitas en San Miguelito. Mientras en la capital, como ya dijimos, los Batallones de la Dignidad asumieron la defensa de algunos sectores, en el interior del país la resistencia fue inexistente.
Con el fin de no dejar en acefalía al país, en la medianoche del 20 de diciembre , en la base militar de Fort Clayton tomaron posesión como Presidente y Vicepresidentes, respectivamente, Guillermo Endara y Ricardo Arias Calderón y Guillermo Ford. Al día siguiente, fueron investidos por la Asamblea Legislativa según mandato constitucional. Como se expresó en el documento "Estatuto de Retorno inmediato a la plenitud del orden Constitucional" expedido por el nuevo gobierno, la toma de posesión en una base militar norteamericana "se inspiró única y exclusivamente, con el propósito que, ante el vacío de poder que habría de surgir como secuela de la mencionada acción militar, el pueblo panameño no careciera en esta hora crucial, de representantes legítimos que ejercieran inmediatamente su vocería y defendieran sus intereses con valentía y patriotismo". Pero no fue sino hasta el 27 de diciembre, cuando el Tribunal Electoral revocó la anulación de las elecciones celebradas el 7 de mayo . Recién entonces proclamó el triunfo oficial de la ADO Civilista.
Manuel Antonio Noriega, por quien el gobierno de Bush ofreció una recompensa de un millón de dólares, se refugió, como ya señalamos, el 24 de diciembre, en la Nunciatura Apostólica. Después de intensas negociaciones entre las fuerzas norteamericanas y el Nuncio Apostólico Monseñor Laboa, el 3 de enero de 1990, Noriega se entregó a las autoridades estadounidenses. De inmediato, fue trasladado a una prisión de alta seguridad en Miami a la espera de su juicio y sentencia. Finalmente, fue juzgado y condenado a 40 años de prisión, pena que actualmente cumple en los Estados Unidos.
Ciertamente, la República de Panamá pagó un precio muy alto por los excesos del régimen militar enquistado en el poder por más de dos décadas y cuya etapa culminante fue la narcodictadura de Noriega. Los servicios secretos de los Estados Unidos, para los cuales había trabajado Noriega, fueron, sin duda los mayores responsables por la situación creada en Panamá. Pero tampoco debemos olvidar que el propio Carter legitimó el régimen dictatorial e inconstitucional de Torrijos suscribiendo los Tratados Torrijos-Carter. Es más, Washington patrocinó el fraude electoral de 1984 y hasta ciero punto la corrupción y el desbarajuste moral. Pero eso no fue todo. Una vez que las tropas invadieron Panamá y las FFDD se disgregaron, los estadounidenses no asumieron las funciones de policía implantando el orden ni evitando el caos que se produjo. La ayuda prometida para la reconstrucción fue recortada por el Congreso de los Estados Unidos para auxiliar a Nicaragua. Nuestro país ni siquiera logró recuperar íntegros los 375 millones que permanecían retenidos en concepto de los pagos por el Canal y por impuestos de compañías norteamericanas. Estados Unidos dispuso que una parte de los mismos sirviera para saldar parte del servicio de la deuda externa que no se había pagado en los últimos años.