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miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Estarías dispuesto a defender al SUTEP?

Entrevista de Carla Moreno a Dante Castro


ESCRITOR Y COMBATIENTE, DANTE CASTRO AL PARLAMENTO
Dante Castro Arrasco no sólo es escritor, docente y periodista, sino que por encima de sus capacidades intelectuales, es un militante de la izquierda revolucionaria. Empezó con su primera experiencia de adolescente, militando en la causa del proletariado, participando en la insurgencia antidictatorial que derrocó al general Morales Bermúdez. Luego se constituyó en dirigente estudiantil de las dos universidades donde estudió: Universidad Católica y Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue representante de la FEP ante la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE) con sede en Cuba. La lucha de liberación de nuestros pueblos lo llevaron a participar de procesos revolucionarios en otras latitudes, para luego volcar esas experiencias en la acción directa aquí en su tierra natal.

Como escritor ha destacado llevando a la literatura las voces de los olvidados y marginales, de los explotados y luchadores sociales. En la línea de Mariátegui, Vallejo y Arguedas, ha conquistado premios nacionales e internacionales sin transigir ni dar su brazo a torcer frente a las provocadoras ofertas de las grandes casas editoriales. Cuba lo hizo merecedor del Premio Casa de las Américas, justo cuando la dictadura de Fujimori y Montesinos pretendía reducirlo a un régimen carcelario infrahumano. Fue así que se asiló en la Patria de Fidel y de Camilo, hasta que pudo volver al Perú. Y no volvió para hacer bohemia literaria, sino para contribuir a organizar la protesta popular contra la dictadura y formar escuelas de cuadros por donde han pasado muchos jóvenes que ahora militan en la izquierda.

Como docente ha implementado, desde hace treinta años, planes de lectura que desarrollan la capacidad de lectura comprensiva, hábito de leer y al mismo tiempo plantean una toma de conciencia acerca de la realidad nacional. Son muchas las promociones egresadas de colegios que llevan nombres en quechua gracias a las sugerencias de un docente comprometido con su pueblo. Y más de seis promociones escolares y universitarias llevan su nombre. Se trata de un docente que ha dejado huella en sus alumnos, pero que ha sido combatido por quienes imponen el plan del ministerio para alienar a las nuevas generaciones.

Ahora las bases de su organización política le exigen representar los intereses del pueblo que lucha contra el neoliberalismo a través de una candidatura al Parlamento. Es así como Dante Castro postula al Parlamento en la lista de Despertar Nacional, con el N° 15. Nos concede la entrevista:

CM. ¿Por qué te animaste a participar en una lista al Parlamento?

DC. - Fue un ofrecimiento de los compañeros revolucionarios que participan en Despertar Nacional y un mandato de mi organización, el ML-19. Hay en ese partido luchadores sociales que sacrificaron todo para tratar de cambiar nuestra historia. La pobreza cuasi franciscana de nuestras candidaturas es una prueba de honestidad. Apelaremos al pueblo para que con sus modestas contribuciones haga realidad este anhelo de representar sus intereses en el debate político.

CM. ¿Por qué te oponías antes a la participación electoral?

DC.- Eso no es cierto. Nos oponíamos a la participación sin condiciones. Ya hemos visto qué le pasó a la izquierda con Susana Villarán. Ya hemos visto cómo el nacionalismo llevó a Mekler, a Gustavo Espinoza y a Torres Caro al parlamento. Votar por votar es como hablar de la unidad por la unidad.
El ML-19 intentó participar con Avanza País el 2006 y nos inscribimos para ello. Últimamente tratamos de participar en elecciones impulsando la candidatura de Alberto Pizango, después de la insurgencia popular en Bagua. Era una candidatura que encarnaba y representaba a la insurgencia popular, a la vía revolucionaria al poder. Como tal, nos constituimos en APHU poniendo a disposición todas nuestras capacidades en función de una participación electoral revolucionaria. Eso consta en nuestra prensa y en afiches pegados en Lima. Pero fuimos marginados por los mismos "asesores" que han abortado la candidatura de Pizango. Cuando nos dimos cuenta que se nos discriminaba en el uso de la palabra, que se nos excluía de comisiones donde nos habíamos inscrito previamente y que al Apu Pizango lo estaban saboteando, nos retiramos para dedicarnos al trabajo de bases, adonde siempre hemos estado bien. De pronto los compañeros de Patria Libre nos invitan a Despertar Nacional; evaluamos tal posibilidad y la aprobamos.

CM. ¿Cómo conociste a Ricardo Noriega Salaverry, candidato presidencial de Despertar Nacional?

DC.- Gracias a la invitación de compañeros muy cercanos a nuestra causa, pudimos escuchar la propuesta de Ricardo Noriega recién en noviembre. No se trata de un sujeto cerrado, sino de alguien dispuesto a escuchar y a aceptar la unidad de los distintos. Es importante la actitud y el carácter en quien hace política. Pizango era pasivo, se ausentaba, no cumplía con sus compromisos. Noriega es todo lo contrario: proactivo, enérgico y cumplido. El lugar que nos ha ofrecido Despertar Nacional es propicio para que sigamos creciendo como organización, sin limitaciones ni condicionamientos.

CM. ¿Por qué la izquierda no se une?

DC.- He participado de esfuerzos unitarios desde que comencé a militar en una organización revolucionaria. Después del histórico Paro nacional del 19 de julio de 1977, el pueblo les exige a los caudillos la unidad. La unidad de acción es la que pone los cimientos para la unidad política. Fue así como aparecieron los primeros esfuerzos de unidad: UDP, FOCEP, UNIR, hasta fórmulas más totalizadoras como el frustrado ARI y posteriormente la exitosa IU. No podemos exigirle a las izquierdas que se unan al margen de la tarea concreta, sin señalar los objetivos tácticos o estratégicos, y sin establecer los mecanismos democráticos que posibiliten la unidad.

CM. ¿Estás hablando de que no hay mecanismos democráticos?

DC.- Claro. Las elecciones primarias para elegir al candidato de los pobres, al candidato de la unidad, es sumamente necesaria. No es posible aceptar imposiciones arbitrarias. Una forma de arbitrariedad es que alguien que no tiene trayectoria revolucionaria te imponga la unidad bajo su candidatura. Otra forma es que "los mismos de siempre" decidan por las bases. Si te fijas en el "retrato de familia" de la izquierda, verás que hay rostros que se vienen repitiendo desde 1978 y sólo faltan los que se han muerto. Si investigas a "los mismos de siempre" te darás cuenta que muchos son responsables de liquidar a la izquierda hasta reducirla a menos del 1.4% de votación. Y liquidaron sus propios partidos rehusándose a democratizarlos, con tal de reservarse el poder de decisión sobre la militancia. La ausencia de mecanismos democráticos imposibilita la estructuración de un gran frente de izquierdas.

CM. ¿Y en qué se basa la arbitrariedad de los caudillos?

DC.- La lucha de clases se refleja al interior de los partidos políticos. Y su base es económica. Los caudillos son los dueños de la economía del partido; los obreros y siervos de la izquierda están destinados a trabajar y obedecer. Muchos de los que señalamos como "los mismos de siempre" perciben cédula viva del estado; es decir, se han jubilado con el mismo sueldo que ganaban de parlamentarios. Otros son dueños de ONGs y de empresas del partido. Sea por una u otra razón, poderoso caballero es don dinero. Quien tiene plata, manda. Quien no la tiene, obedece o se larga.

CM. Supongo que la gente necesita saber que puede decidir algo…

DC.- Exacto. Los miles de militantes de izquierda, aquellos que construyeron las bases que hicieron posible IU por ejemplo, requerían ser partícipes de las decisiones de sus partidos. Si los congresos partidarios hubiesen sido ampliamente democráticos y las bases pudiesen promover a sus líderes, habrían contado con una sana vida interna. Pero si participaban en congresos amañados, si se postergaban los plenarios, si se tramaban dolosas reelecciones, la gente se sentía defraudada y después de años de frustraciones desertaban renegando. La fuga de talentos de la izquierda ha sido espectacular. Desde la división de IU y la estupidez de darle el voto a Fujimori, la hemorragia de deserciones fue indetenible. La no alternancia en el poder, frustró el relevo generacional y se abrió una brecha innecesaria. La derecha supo renovar cuadros, la izquierda hizo todo lo posible porque no hubiese tal renovación.

CM. ¿Qué propones al respecto?

DC.- Sería muy fácil hablar de democratización de la izquierda. Pero para eso, primero, deberíamos tener una izquierda. Estamos forjando una con apellido: izquierda revolucionaria, trabajando políticamente en bases con la juventud obrera y estudiantil. No hemos llegado a constituirnos en bases campesinas, pero coincidimos con cuadros que trabajan en comunidades y rondas. Nuestro trabajo apunta al largo plazo. Tuvimos que rescatar la ideología del proletariado en medio de la tormenta del triunfalismo neoliberal, de la supuesta "muerte de las ideologías" y del manido "fin de la historia". Allí donde la izquierda tradicional claudicó, aparecimos nosotros. Allí donde los viejos saurios ordenaron el repliegue, nosotros decidimos avanzar paulatinamente, poco a poco, sin apuro. Los hábitos democráticos al interior de nuestras propias organizaciones deben distinguirnos de esa otra izquierda que no los practica. Rescatamos la consigna del sub-comandante Marcos, en Chiapas: "Hay que aprender a mandar obedeciendo".

CM. ¿Por qué tendríamos que votar por ti?

DC.- Frente al avance arrollador del neoliberalismo, alguien tiene que proponer una lucha sin cuartel contra este brutal sistema de dominación. Veo que las demás propuestas desde el campo popular pecan de ingenuas y se conforman con una plataforma de ofrecimientos que no van más allá de humanizar al capitalismo, lo cual es imposible. Si cuento con el caudal necesario de votos para entrar al parlamento, no entraré a esa chanchera para conciliar, sino para ser un portavoz intransigente de los intereses de la clase trabajadora. Ya el pueblo sabe lo que es votar por sujetos que luego permanecen pasivos en su curul. Las comisiones investigadoras sobre corrupción y también las de derechos humanos, necesitan de nuestra participación; igualmente hay que luchar por presentar proyectos de ley que favorezcan al pueblo. La izquierda revolucionaria se distingue no sólo por la vigencia de la tarea estratégica sino incluso por sus métodos de participación en el parlamento burgués.

CM. Eres escritor, periodista y docente… ¿Representas a tus colegas en los tres campos?

DC.- Como periodista debo recordar con dolor a los mártires de Uchuraccay, el asesinato de Melissa Alfaro, mi compañera de trabajo, la desaparición de Jaime Ayala y muchos otros colegas a quienes no se ha hecho justicia. Los periodistas siguen desprotegidos en materia laboral y políticamente también. En el Perú no hay libertad de expresión ni seguridad para ejercer el periodismo.
Como escritor, cansado estoy de asistir a entierros de poetas y autores para los cuales no hay con qué pagarles su última morada. Bochornosos casos como los de Alejandro Romualdo, Cesáreo Martínez, Paco Bendezú, Bacacorzo, etc., nos hacen meditar acerca de la necesidad de leyes que protejan a los trabajadores de la literatura. Un autor con méritos llega a la tercera edad sin seguro de salud ni pensión ni partida de defunción. No hay un fondo del estado para financiar publicaciones, no hay concursos públicos que auspicien premios nacionales de poesía, narrativa o teatro.
Como docente tengo treinta años de humillaciones y puedo representar a los maestros de a pie que sobreviven con salarios de hambre, bajo contratos temporales y sometidos por planes educativos absurdos que sólo los limitan en el ejercicio de la docencia. Nos pagan mal, la mayoría de colegios privados no cumplen con sus obligaciones, estafan al docente; pero como si esto fuese poco, no nos dejan enseñar. No existe política educativa en el Perú y sólo somos tributarios de programas diseñados por el imperialismo para abortar nuevas generaciones sin conciencia social, sin cultura general y sin identidad nacional. Hace falta una reforma integral de la educación con la participación de los sectores involucrados en la tarea educativa.

CM. ¿Estarías dispuesto a defender al SUTEP?

DC.- Como discípulo de Horacio Zevallos Gámez, debo repetir una de sus estrofas del poemario Alegrías de la prisión: "Maestro, en tu libro de lucha está escrito que no traicionar es un mandamiento". Defiendo al SUTEP de todas las infamias que le ha lanzado la maquinaria de desprestigio de la derecha y sus secuaces. Uno de estos es Nicolás Lynch, que ahora es candidato del nacionalismo. Este señor no sabe lo que es vivir con el sueldo de un maestro. Este señor esgrime la tesis burguesa de la "meritocracia" y en torno a ello debería hacerse una autoevaluación o un examen de conciencia. Las torcidas evaluaciones impuestas a docentes, son fruto de sus sugerencias cuando estuvo al frente del Ministerio de Educación, herencia que ha recogido el ministro aprista Chang. Lynch quiso arrasar con el SUTEP así como un ancestro chileno suyo arrasó con Chorrillos. Propongo la unidad del SUTEP no sólo para luchar por mejores salarios, sino también para proponer una reforma integral de la educación. El SUTEP ha sido obviado por el reformismo caviar y el nacionalismo burgués. Le corresponde a la izquierda revolucionaria representarlo.


CM. Por ahora, gracias compañero Dante… Lo volveremos a entrevistar sobre temas más específicos…

DC.- Quedo a sus órdenes, compañera…

http://cercadoajeno.blogspot.com/2011/02/entrevista-de-carla-moreno-dante-castro.html
24 DE JULIO: V ASAMBLEA NAC. DE DELEGADOS DEL SUTEP(LIMA)
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