Lucha de ideas
Oscar Felipe Ventura
Lo advertimos en esta columna. La derecha peruana no quiere que en las elecciones de abril se repita la experiencia del 2006, en la que tuvo que votar en segunda vuelta – "tapándose la nariz" – por Alan García, para evitar que ganara Ollanta Humala. Con tal objetivo se dedicó a construir su propio escenario hacia adelante. Su estrategia estuvo orientada a "anular al adversario" y "desbaratar sus alianzas". Eso explica la campaña demoledora contra Ollanta Humala para impedir que se convierta en el eje de la oposición al continuismo neoliberal de Alan García. Se basó en tres ejes fundamentales.
El primero está relacionado a la unidad de todos los sectores de la derecha para asegurar el continuismo neoliberal. Es una unidad ideológica en torno al modelo predominante y libre mercado. Sus diferencias son de manejo táctico electoral; maniobras para confundir a la opinión pública. Los candidatos presidenciales Toledo, Castañeda, Keiko Fujimori y Kuczynski tienen coincidencias ideológicas. Todos son neoliberales.
El segundo elemento era impedir, dislocar y empujar al fracaso la gran unidad de las fuerzas que expresan la voluntad de cambio, que comprendía desde los socialistas, la izquierda, el nacionalismo, hasta el vasto conglomerado social víctima del modelo neoliberal. El objetivo central apuntaba a impedir que el peligro que avizoraba se convirtiera en realidad; es decir, el triunfo de un gobierno "antisistema". Esto es lo que más le aterra. Impedirlo, cueste lo que cueste, se convirtió en la consigna de batalla. Humala fue el centro de los ataques, quien lamentablemente "se ablandó" para "hacerse más potable". No se comprendió la estrategia de la derecha y no se logró la gran unidad que requiere el pueblo peruano para conseguir la victoria. Grave error.
El tercer elemento de la estrategia fue la lucha de ideas. Todo el aparato construido por la derecha tiene un eje fundamental en su labor ideológica orientada a legitimar al neoliberalismo como única posibilidad de sociedad que tenemos a la vista, cual talismán de la riqueza. La gran prensa nacional apuntala tal propósito.
La derecha construyó su mejor escenario para disputar la Presidencia de la República entre ellos. Las encuestas cumplen su rol para tal objetivo. Mientras tanto, una última encuesta nacional revela que el 74% de peruanos pide cambios en la economía. Igual fue en el 2006. Ayer como ahora, la gran contradicción de la Sociedad peruana es la que se da entre cambio y continuismo. ¿Estará Ollanta Humala a la altura de encarnar esa aspiración de cambio?
La lucha del pueblo no se detiene. El miércoles 9 habrá jornada nacional de lucha.
Publicado en el Diario "La República", edición Norte Jueves 03 de Febrero 2011
