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lunes, 1 de agosto de 2011

Documento con opinión: Pedagogía para el socialismo científico


De: Rodulfo Perez <rodperezh@yahoo.com.ar>


Pedagogía para el Socialismo científico.
claves teórico conceptuales PARA una pedagogía desde la CLAse trabajadora 
 
 
 
M. c s. Profesor Rodulfo Humberto Pérez Hernández
Profesor a Dedicación Exclusiva
Universidad Bolivariana de Venezuela
 
  
1.- Introducción:
Ha sido recurrente en procesos de cambios políticos en nuestra América que las dirigencias se sientan atraídas por el espejismo que ofrece la huida del marxismo y la seguridad que otorga el reformismo, la socialdemocracia y sus consecuentes manifestaciones de populismo. La lucha de clases impuso esa situación. Durante siglos las luchas revolucionarias se desarrollaron en condiciones muy desfavorables para los sectores revolucionarios y absolutamente favorables para las oligarquías y el imperialismo.
En siglo XX se desarrolló con mucha fuerza el anticomunismo y el capital auspició fuertes tendencias reformistas en las que se refugiaron quienes no pudieron ni comprender la esencia de la sociedad de su tiempo, ni mantener las perspectivas de las luchas que permitieran superar la explotación que caracteriza a la sociedad capitalista.
Hoy las condiciones históricas han cambiado, el desarrollo del capitalismo ha generado profundas crisis en nuestra América, a las que los pueblos han respondido con luchas y como derivación de estas se han producido importantes desarrollos de la conciencia de los pueblos. La lucha y la conciencia han permitido que surjan gobiernos populares que tienen diversos fundamentos.
En el caso venezolano hemos tenido un proceso de lucha que se ha ido radicalizando. Desde los tiempos bisoños en los que se proponía un capitalismo con rostro humano hasta la definición del socialismo científico actual, pasando por el indefinido socialismo del siglo XXI que tanto le atrae a la pequeña burguesía.
Este proceso ha estado fundamentado en una perspectiva epistemológica pragmática que orienta la toma de decisiones según las coyunturas que se van desarrollando, utilizando diversas perspectivas teóricas y metodológicas dentro de un esquema discursivo general que se radicaliza cada vez más hacía el socialismo científico. Esto evidentemente implica una contradicción bastante peculiar. Mientras existe un proceso general de crisis estructural del capitalismo mundial y las luchas de los pueblos exigen salidas que superen los modelos centrados en lógicas capitalistas, las dirigencias se enfrentan a que sus perspectivas epistemológicas, teóricas, categoriales y conceptuales se queden en la lógica que deben superar.
¿Cuál es el la pedagogía que se corresponde con el socialismo bolivariano? ¿Es posible asumir dentro de la definición del socialismo científico posiciones reformistas, pragmáticas o no rigurosas desde el punto de vista categorial y conceptual?
Sobre lo anterior se desarrolla el presente escrito.
2.- No utilizar el pensamiento ajeno para nuestra obra.
Existe en los procesos de lucha la tentación de asumir las ideas que justifican la explotación dentro de un discurso de combate a ella. Eso pasó en la Primera Independencia, ya decía Simón Rodríguez en el extracto de Educación Republicana de 1849, refiriéndose a la responsabilidad de los gobiernos y congresos de promover el bien común y a la paradoja de la pretensión de hacer repúblicas con ideas coloniales ¿Qué obra buena hará con materiales inservibles – con materiales gastados y con taller ajeno? (Rodríguez, 2001, p. 226) Sorprendentemente un año antes, Marx había publicado en el Manifiesto Comunista una frase de gran coincidencia con Rodríguez. Dijo Marx que la burguesía al conquistar el poder destruye, desgarra, ahoga, sustituye, las costumbres, los valores y la subjetividad feudal y establece con claridad y sin medias tintas la propia (Marx, 1976).
Ambos platearon la necesidad de que las revoluciones que pregonaban, y fundamentalmente sus dirigentes, no asumieran el pensamiento de quienes enfrentaban.
Esto ha pasado al calor de la lucha de clases que se desarrolla en la sociedad venezolana. Se ha producido un conjunto de dudas por parte de la dirigencia pedagógica con respecto al fundamento teórico que se debe asumir para acompañar desde la escuela y la universidad (como instituciones de reproducción y preservación de la cultura y valores de las clases que dirigen las sociedades) los cambios producidos en la esfera de las relaciones de producción.
Existen iniciativas tendentes a socializar la propiedad de la tierra, a democratizar el acceso a la renta petrolera, a crear nuevas formas de propiedad social, nuevas formas de trabajo, de distribución, de consumo y de división social del trabajo que son acompañadas por un discurso educativo que se ha quedado anclado en la democratización del acceso a la escuela y a la universidad, en sus formas de masificación de la matrícula y de ampliación del gasto público en materia educativa, pero que tiene severas limitaciones para acompañar las iniciativas que en lo económico y social se toman apuntando a superar la lógica del capitalismo. Lo anterior es producto del vacío teórico conceptual que en la esfera de la educación y la pedagogía existe. De hecho esta es una revolución que se asume socialista desde una perspectiva científica y no tiene definida una política curricular.
Coexisten en el seno de la dirigencia pedagógica de izquierda venezolana diversas perspectivas teórico-conceptuales y categoriales y en ellas tienen preeminencia concepciones reformistas de la educación. Las mismas son producto de la ausencia de relación entre el proceso de lucha por construir el Socialismo de la clase trabajadora y los procesos que se desarrollan en el ámbito educativo. La educación es un ámbito donde aún la pequeña burguesía impone sus intereses, por supuesto, los más conspicuos exponentes del reformismo educativo tienen un profundo desconocimiento del marxismo.
3.- La pedagogía burguesa como pensamiento que se presenta falsamente autónomo del proceso socio histórico del cual es consecuencia.
Las sociedades escindidas en clases sociales antagónicas, contienen las condiciones materiales que impiden establecer empíricamente la relación entre esas condiciones materiales de vida y las ideas que de ella se desprenden. Así mismo, estas sociedades y particularmente las sociedades basadas en relaciones sociales capitalistas, impiden reconocer que las ideas surgidas dentro de estas relaciones, tendencialmente justificaran la situación objetiva de la cual son producto, al no referirse a ella o hacerlo justificadoramente.
Solo las ideas que surgen de procesos de lucha contra la explotación y trascienden lo aparencial y los hechos empíricos, asumiendo los fenómenos abstractos desde sus condiciones objetivas de existencia y desde su historicidad, servirán para comprender la esencia de los fenómenos y poder transformarlos. Para quienes tenemos como objetivo la superación de las relaciones sociales fundamentadas en la lógica capitalista, es imprescindible que el pensamiento esté relacionado con una práctica de lucha y comprenda las condiciones que generan la explotación para poder superarla.
Lo anterior implica que en la construcción del Socialismo desde una perspectiva no empírico-discursiva, sino más bien desde una perspectiva científica, se hace imprescindible reconocer la relación existente entre las ideas y las condiciones materiales de vida, y que esto oriente la adscripción a sistemas de ideas, concepciones y/o teorías como guías para la acción.
En el socialismo científico la teoría tiene validez si sirve para orientar la acción y la acción es transformadora, es revolucionaria. De allí la categoría práctica revolucionaria. Las ideas, las teorías no son neutras y ellas se corresponden con condiciones históricas concretas y con intereses de clase.
La pedagogía, como ciencia que estudia los procesos educativos ha pretendido presentarse como un pensamiento neutral, autónomo del proceso social del cual es consecuencia. Los sectores sociales que pretenden construir un discurso descriptivo o fenomenológico sobre los procesos educativos han rehuido a reconocer en sus pedagogías la reproducción de las culturas y valores de las clases sociales hegemónicas.
La pedagogía se ha presentado como un discurso centrado en un ámbito académico de profesionales de la educación sin referirse a las condiciones materiales de las sociedades que justifican. Utilizando está lógica de neutralidad y asepsia científica positivista, las elites académicas pedagógicas y buena parte de su izquierda, pretenden asumir como validas para la construcción del socialismo científico cualquier perspectiva teórica categorial en la esfera de la educación y la pedagogía.
La pedagogía burguesa se caracteriza por desarrollar una lógica a histórica, donde los fenómenos educativos son comprendidos estáticamente. Es un pensamiento unilateral que justifica la opresión de clases,  vendiendo una idea según la cual la explotación de la que son objeto los trabajadores se supera accediendo a la educación y negándose ellos mismos. La pedagogía burguesa preconiza que las clases sociales explotadas no pueden dirigirse y que para dirigirse deben negarse a sí mismas.
Emilio Durkeim establece una definición que fundamenta el desarrollo de una concepción burguesa que en su momento sirvió a la comprensión positivista del fenómeno educativo y a la pedagogía desde los intereses de la burguesía, según Durkheim la educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que aún no están maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que exigen de él, la sociedad política en su conjunto y el medio especial al que está particularmente destinado (Durkheim, p. 72)
Esta definición establece el objeto de estudio de una ciencia pedagógica que no da cuentas de las condiciones históricas en la cual se desarrolla. Solo desde la perspectiva que otorga la lógica de la lucha de clases y la perspectiva histórica y social que da el marxismo se puede resolver el problema de la relación del pensamiento pedagógico con las condiciones materiales de las que surge.
Carlos Marx en el Manifiesto Comunista reclama a la burguesía ¿No está también vuestra educación determinada por la sociedad, por las condiciones sociales en que educáis a vuestros hijos, por la intervención directa o indirecta de la sociedad a través de la escuela,…? (Marx y Engels.1976, p. 126) Estableciendo de esta manera lo que Durkeim obvió; el sentido histórico – social y de clase de los procesos sociales y específicamente de la educación. Otorgándole a la educación el papel de preservador de la cultura y de los valores de la clase social que hegemoniza a la sociedad. Es precisamente este sentido histórico lo que permite darle sentido a la lucha por superar las condiciones de explotación que nos impone el capitalismo.
Más tarde en la Ideología Alemana, el mismo Marx reconoce que las ideas son producidas por los hombres y no al contrario, estableciendo que en toda ideología, los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura... (Marx y Engels, 1979, p.25). Cuando hablamos de educación como proceso social históricamente determinado y de pedagogía como la ciencia que estudia ese proceso, debemos entonces comprender que no se parte de los que los hombres dicen, se representan o se imaginan…se parte del hombre que realmente actúa y arrancando su proceso de vida real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este proceso de vida. (Marx y Engels, op cit., p.26)
Significa lo anterior, que a la hora de identificar una teoría que oriente la práctica para construir el socialismo científico es necesario identificar los intereses de clase a los cuales se adscriben las teorías. La teoría que puede orientar la práctica revolucionaria no es neutra, no puede ser escogida pragmáticamente. Es necesario transcender lo que las pedagogías, que se nos ha legado el sistema académico del capitalismo dependiente, dicen de si mismas y establecer las condiciones históricas con las cuales surgieron, y los intereses de clase a los cuales se adscriben.
Tampoco esto es un problema de modas, ni de costumbres académicas. El establecimiento de la pedagogía está en intima correspondencia con el rumbo que tome la sociedad y la clase social que la dirige.
En Venezuela hemos asumido la construcción del socialismo desde una perspectiva científica. Entonces deberíamos establecer con claridad los intereses de la clase trabajadora, su cultura y sus valores y reconocer la teoría pedagógica que se corresponde con esos intereses.
¿Es posible que teorías pedagógicas que sirvieron para el capitalismo dependiente rentista del petróleo, sirvan para la construcción del socialismo desde una perspectiva científica? Evidentemente no.
4.- Las pedagogías burguesas están invalidadas para orientar la práctica de construcción del socialismo científico.
La pedagogía burguesa surge en momentos históricos donde prevalecen las relaciones de producción capitalistas y sus aportaciones son utilizadas para orientar el desarrollo de los aparatos educativos de esas sociedades. Larroyo en su Historia General de la Pedagogía (1959) establece elementos que permiten identificar el surgimiento de las pedagogías del capitalismo con la aparición del Humanismo. Larroyo indica que su fundamento fue filosófico.
Esta pedagogía filosófica se corresponde con los intereses de la etapa mercantilista del capitalismo y tiene a Comenio y sus elaboraciones teóricas a su principal exponente. De esta etapa deben rescatarse dos experiencias importantes en el desarrollo de sistemas educativos; el primero, es el sistema educativo desarrollado por la Compañía de Jesús a partir de 1541, el cual no está inscrito en los intereses de la burguesía, por el contrario, se diseño y desarrolló para salvaguardar los valores católicos y de la aristocracia feudal, pero su experiencia fue un ejemplo del que se apropió la burguesía para defender y difundir su cultura y sus valores. El segundo es el sistema de escuelas para pobres extendido en Inglaterra por la Sociedad de apoyo y aliento de las escuelas dominicales de los diferentes condados de Inglaterra dirigido por Robert Raikes de Glouscester desde 1785, el cual es propiamente dicho un sistema educativo orientado a promover los valores de la burguesía entre las clases pobres y trabajadoras (Boyd y King. 1977) En esta etapa se funda el objetivo de la burguesía para los sistemas educativos, y se establece la función de la escuela para esta forma de organización de la sociedad; domesticar a los hijos de la clase trabajadora y prepararlos culturalmente para la explotación.
El desarrollo del capitalismo en su fase industrialista y el posterior advenimiento del imperialismo, obligó a la burguesía a producir teorías que le permitieran comprender los procesos sociales desde perspectivas donde se superara el discurso filosófico - especulativo y se introdujeran concepciones científicas para la comprensión de los fenómenos sociales.
El desarrollo de la lucha de clases hizo necesario que surgiera el positivismo como una herramienta burguesa para la comprensión de los fenómenos de la sociedad y poder mantener su poder, pero de igual forma permitió que de la maduración de la conciencia de la clase trabajadora diera como resultado el marxismo.
El desarrollo ampliado del capitalismo en su fase imperialista creó las condiciones que permitieron el surgimiento de nuevas ciencias y que la filosofía superase el Empirismo que fundamentó el desarrollo y consolidación de la burguesía mercantil y posteriormente industrial.
Surgió la psicología como ciencia y apareció la concepción pragmática dentro de la filosofía, primero con Pierce y luego consolidada por Williams James a partir de 1870. Si el empirismo permitió al capital británico consolidar un imperio que hegemonizó el mundo entre los siglos XVI hasta mediados del XIX, el pragmatismo ha sido el fundamento epistémico del imperio norteamericano desde su aparición hasta nuestros días.
El desarrollo ampliado que impuso el capitalismo imperialista a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, impidió que la escuela y la universidad fundamentada en una pedagogía filosófico – especulativa no pudiese seguir teniendo justificación histórica. Surgió así el gran movimiento anti escolástico de la Escuela Nueva. Un movimiento profundamente reformador pero que se desarrolló fundamentalmente desde las perspectivas del pragmatismo funcionalista norteamericano desarrollado por John Dewey  en relación con los intereses del sistema social de ese país.
La pedagogía burguesa ha tenido en los avances y desarrollos conseguidos en Norteamérica sus principales aportes durante el siglo XX, evidentemente no se puede pasar por alto los aportes hechos desde Europa, por importantes movimientos pedagógicos, sin embargo, existe una correspondencia entre la hegemonía del capital norteamericano y los impulsos tenidos por los movimientos pedagógicos de esa parte del planeta. Quizás la paz que conoció el territorio del norte en contraposición con las constantes guerras que se desarrollaron en Europa, haya podido incidir en esto. En todo caso, son tres los movimientos pedagógicos que tuvieron gran influencia en los desarrollos pedagógicos de América Latina y específicamente en Venezuela. El pragmatismo funcionalista de John Dewey, el humanismo norteamericano (fundado por Maslow, desarrollado por Miller y consolidado por Rogers) y el constructivismo.
El pragmatismo funcionalista llegó a Venezuela en las primeras décadas del siglo XX (Figueroa y Padrino, 2008) de la mano de la socialdemocracia venezolana que propugnaba por democratizar el país y superar el régimen gomecista, junto a la necesidad de modernizar la sociedad y adecuar sus estructuras a las relaciones entre nuestro país y las trasnacionales del petróleo norteamericanas. En ese momento no se había desarrollado una teoría pedagógica correspondiente con el socialismo científico. El marxismo, sometido a los avatares de la lucha de clase, se desarrollaba con mayor impulso a partir del triunfo de los bolcheviques y la fundación de la URSS y no es sino hasta 1922 cuando el genio de Lev Semionovich Vigotski comienza a sistematizar una psicología desde la lógica del materialismo dialéctico.
John Dewey organiza los elementos teóricos de un movimiento pedagógico norteamericano, el cual se fundamenta en una perspectiva progresista del proceso social. Es a este movimiento pedagógico a quien le corresponde la difusión de lo que posteriormente se conocerá como el fixismo educativo, el cual le otorga a la educación la función de reparar y democratizando las imperfecciones de la sociedad. De esta forma, se constituye una perspectiva pedagógica, con pretensiones científicas, que articulará todo el pensamiento reformista y socialdemócrata latinoamericano. Lo anterior se convertirá en una de los elementos ideológicos (en el sentido marxista de falsa conciencia de la realidad), según el cual, si existen elementos de insatisfacción en la forma como está organizada la sociedad, la educación se encargaría de resolverlo. Esto se plantea  ocultando el hecho de que un fenómeno derivado de la propia organización de la sociedad no puede espontáneamente resolver los problemas de los cuales es parte constituyente.  Los problemas de la sociedad capitalista se resuelven con revolución socialista.
Incorpora el pragmatismo funcionalista norteamericano la lógica del espontaneismo del proceso de aprendizaje.  Según esta lógica los aprendizajes deben estar relacionados con la actividad cotidiana, con la actividad de la comunidad y con la actividad de la familia. Desde lo cotidiano surge lo científico, en correspondencia con la lógica general del capitalismo y sus valores; la espontaneidad de los procesos, el liberalismo y el individualismo.
Estos planteamientos tuvieron tanta difusión entre los sectores progresistas del mundo y particularmente en los latinoamericanos, que ocuparon vastos sectores que luchaban por reivindicaciones sociales en América Latina, articulando una corriente histórica entre el humanismo norteamericano de Rogers (conocido como pedagogía no directiva, asumido ampliamente por la izquierda pedagógica norteamericana y latinoamericana) y la pedagogía liberadora eje del movimiento pedagógico de izquierda latinoamericano.
De la categoría interés, como centro de la actividad pedagógica pragmática de Dewey, se pasa a la categoría necesidad del humanismo de Rogers. Ambas categorías; interés y necesidad son eminentemente subjetivas y complementarias. La primera muy democrática, la segunda muy económica y correspondiente con las necesidades de expansión del aparato industrial norteamericano y las necesidades de consumo de su mercado producto de los resultados de la II Guerra Mundial. Por otra parte, estos planteamientos fueron especialmente atractivos a los sectores de izquierda, dispuestos a validar su resistencia frente a los valores y costumbres burguesas utilizando las propias categorías pseudo - científicas de la pedagogía burguesa.
En la década de los 80' el neoliberalismo impuso a América Latina un conjunto de medidas económicas y políticas que pretendían adecuar las estructuras de estas sociedades a las nuevas condiciones de explotación y dependencia. El conjunto de medidas en el ámbito de la educación estuvieron fundamentadas en concepciones que son conocidas como constructivismo, el mismo se desarrolla según dos ideas; la primera, el individuo es una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción de los factores cognitivos y afectivo. La segunda, el conocimiento es una construcción del ser humano (Carretero, 1993. p. 21).
El constructivismo pretende convertirse en una teoría pedagógica como resultado del esfuerzo integrador de diversas perspectivas psicológicas y pedagógicas, es un excelente eclecticismo que une desde el cognitivismo de Piaget hasta los planteamientos tergiversados de Vigotski, pasando por la incorporación de elementos de Ausubel y Bruner.
En el caso de la incorporación de los planteamientos de Vigotski, es común el paso desapercibido que se hace acerca de que el autor marxista nunca creyó que el individuo fuese una construcción propia ni que el conocimiento fuese una construcción del ser humano, ya que el mismo al ser marxista era contrario a tal afirmación. Quizás lo que permitió esta tergiversación fue, el desconocimiento de la obra de Vigotski o el acceso a sus planteamientos por traducciones tergiversadas de universidades norteamericanas. Este es el caso de lo hecho por John-Steiner y Ellen Souberman de la Universidad de Nuevo México y Michel Cole y Silvia Scribner de la Universidad de Rockefeller al traducir las obras de Vigotski, específicamente El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. En dicha traducción los precitados académicos indican en el prólogo a la edición norteamericana: "… nos hemos permitido importantes libertades. El lector no hallará en la presente obra una traducción literal de Vigotski, sino más bien nuestra propia traducción adaptada de Vigotski, omitiendo el material que, a nuestro juicio parecía redundante y añadiendo aquel otro que contribuía a clarificar ciertos puntos" (Vigotski, 2000. p. 12) en todo caso, si el conocimiento es una construcción del ser humano, entonces vale el conocimiento que los latifundistas tengan acerca del latifundio y vale el conocimiento que los trabajadores explotados por los latifundistas tengan acerca de su explotación. ¿Cómo se justifica la lucha contra el latifundio dentro de estos parámetros? ¿Cómo construimos socialismo desde esta perspectiva?
5.- Claves teórico - conceptuales para una pedagogía desde la clase trabajadora.
La pedagogía burguesa es unilateral, es subjetiva o racionalista. Es reformista o profundamente reaccionaria. No establece la relación entre las condiciones materiales de la sociedad con la cual se corresponde y pretende presentarse como académica por su pretendida neutralidad. Pretende que la sociedad capitalista es posible democratizarla con la acción de la escuela. Establece que el maestro es un profesional de la pedagogía y que su acción sin ser política tiene como ámbitos de acción la trilogía; escuela, comunidad y familia. Utiliza al trabajo como un argumento pedagógico. Necesitamos una pedagogía que nos permita superar estos planteamientos.
Necesitamos una pedagogía que permita articular los procesos de concreción de relaciones sociales emancipadas de la explotación del capital con los procesos de la escuela y la universidad. Necesitamos una pedagogía que acune la cultura generada en los espacios que emergen como socialistas. Desde los espacios de incipiente surgimiento de trabajo emancipado en las empresas de producción social recuperadas por el pueblo, su clase trabajadora y su gobierno bolivariano. Necesitamos que los espacios de organización social como los consejos comunales, sistematicen su práctica organizativa y hagan consciente las formas de organización y relación fundadas en solidaridad y cooperación.
Necesitamos que la escuela y la universidad se orienten a preservar estas formas culturales y los valores que encierran  y que los difundan. Una pedagogía que explique y oriente que la sociedad capitalista solo se democratiza con revolución socialista.
Para eso necesitamos comprender sistemáticamente el marxismo como fundamento del socialismo científico. Comprender la lógica que nos entrega y concretarlo en un discurso pedagógico. Asimilar los postulados de la teoría socio histórico cultural así como  los aportes por Simón Rodríguez y producir una síntesis histórica que exprese en una teoría pedagógica nuestras aspiraciones como pueblo, sin tener que utilizar las ideas que antes eran utilizadas para explotarnos.
Necesitamos de una escuela que permita el acceso de nuestros niños y niñas a la ciencia y la tecnología. Que un niño o niña al salir de una escuela sepa de operaciones aritméticas y que sepa escribir y leer, que ese niño sea por lo anterior un ciudadano consciente de su condición de pueblo, que se sienta orgulloso de ser hijo de pueblo humilde y que diga con orgullo no quiero ser burgués. Para eso necesitamos de una pedagogía para el socialismo científico. Una pedagogía que oriente la práctica del magisterio y que este comprenda que los conocimientos científicos, al contrario de lo que pregonan las pedagogías burguesas no surge espontáneamente de los conceptos cotidianos. Que el magisterio comprenda que por eso debe ser un sector de vanguardia y orientar la asimilación de las abstracciones que permitirán que nuestro pueblo acceda al conocimiento científico que lo emancipe y no lo esclavice.
Una pedagogía que entienda que el conocimiento es una actividad sensorial humana y tiene como su base la actividad objetiva de la humanidad (Marx, Tesis sobre Feuerbach.1976 ) y que el pensamiento humano y su relación con la verdad es un problema práctico debido a que el conocimiento debe servir para guiar la práctica transformadora.
Una pedagogía que permita entender que para producir transformaciones lo primero que hay que hacer es comprender la base terrenal en su contradicción y revolucionar esa base en la práctica eliminando la contradicción (Marx, idem).
Para lograr lo anterior, es necesario que la clase trabajadora venezolana siga desarrollando procesos para tener el poder y que las decisiones que se tomen en el plano de la base material y en plano de la educación y la pedagogía no estén guiadas por las dudas de la pequeña burguesía sino por las certezas de los trabajadores.
6.- Bibliografía.
1.- Boyd, William y King, Edmund (1977) Historia de la Educación. Editorial Huemul. Argentina.
2.- Carretero, Mario (1993) Constructivismo y Educación. Aique. Argentina.
3.- De Azevedo, Fernando (1942) Sociología de la Educación. Fondo de Cultura Económica. México.
4.- Colectivo de autores Universidad de la Habana (1999) Tendencias Pedagógicas Contemporáneas. La Habana. Cuba.
Durkeim, Emilio (1989) Educación y Sociología. Editorial Colofón. México.
5.- García, Gaspar (1977) La concepción marxista sobre la escuela y la educación. Editorial Grijalbo. México.
6.- Larroyo, Francisco (1959) Historia General de la Pedagogía. Editorial Porrúa. México.
7.- Leontiev, A.N. (1973) El hombre y la cultura. Editorial Grijalbo. México.
8.- Manacorda, M.A. (1969) Marx y la Pedagogía moderna. Oikus-tau. Barcelona. España.
9.- Marx, Carlos y Engels, Federico (1979) La Ideología Alemana. Editora Política. La Habana.
.- (1976) Obras Escogidas. Editorial Progreso. Moscú.
10.- Prieto, Luis y Padrino Luis (2008) La Escuela Nueva en Venezuela. Fundación Editorial El Perro y la Rana. Caracas. Venezuela.
11.- Rodríguez, Simón (1999) Obras Completas. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. Venezuela.
12.- Vasconi, T.A. (s/f) Contra la escuela. Cuadernos de Educación. s/c.
13.- Vigotski, Lev S. (2000) El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Crítica. Barcelona. España.
.- (1982) Pensamiento y Lenguaje. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. Cuba.


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