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LENIN Y EL PARTIDO, LOS HERMANOS GEMELOS
Por Julio Yovera.
Lenin nació el día que el orden zarista ahorcó a su hermano Alexander, un anarquista que creía que bastaba conspirar para lograr un nuevo orden. Provenientes de una familia de clase media acomodada, es meritorio que sintieran, que no bastaban los logros personales, y que se atrevieran a luchar contra el zarismo, causa de las desgracias de millones de desdichados que vivían en la más grande miseria que se pueda imaginar.
Mientras el hermano creyó que darle vuelta al padrecito zar era el camino para alcanzar la felicidad, el hermano menor, Vladimir Ilich, conocido como Lenin, creía que el viejo orden cedería bajo la fuerza de un nuevo sistema. Y por eso impulsó una organización donde lo mejor de la clase obrera revolucionaria terminó afiliándose y organizándose en el Partido de Lenin, dotado de una ideología, de un programa, de una línea estratégica, de una táctica, de un Estatuto que le dé al Partido fuerza para conducir el cambio. En perspectiva se trataba de hacer la revolución e instaurar nuevas relaciones económico - sociales de producción. Para ello la instauración de un nuevo Estado era fundamental.
Lenin se dedicó a estudiar la teoría marxista y en ese proceso, sistematizó sus propios conocimientos. De manera que al mismo tiempo que hacía aprehensión teórica aplicaba el marxismo en sus investigaciones. Así se explica que desde sus años primeros, haya procurado estudiar la propia realidad de la Rusia de los zares con el método marxista que iba adquiriendo. La obra: El Desarrollo del capitalismo en Rusia (1899, es una muestra de lo que decimos.
Posteriormente se dedica a organizar una red de partido en toda Rusia. Se hace un revolucionario profesional. Con convicción y disciplina va sentando las bases para dotar a la clase obrera de una organización que le sirva no solo para la lucha gremial sindical sino para la lucha revolucionaria. Fue un convencido que la conciencia de clase no la da el sindicato, sino el Partido. Esa es su tesis fundamental que desarrolla en su obra ¿Qué hacer?, en 1902.
Señaló que no hay práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria. Cuando se produjo la primera gran crisis del capitalismo, que lo llevó a devorarse en la primera guerra mundial con el fin de repartirse cual si fuera un botín las materias primas de las sociedades atrasadas del mundo. Lenin estudió este fenómeno y de ese análisis minucioso, partiendo de la investigación que Marx hizo del capital, escribió: El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916)
Lenin deslindó contra las corrientes evolucionistas y conciliadoras de la social democracia que desde la dirección de la II Internacional pretendían castrar el ímpetu revolucionario de las fuerzas revolucionarias, y por eso alentó la creación de la III Internacional. Pero, así mismo, deslindó –y con mucha energía – contra las posiciones izquierdistas, sustentando un análisis que quedó plasmado en su obra La Enfermedad Infantil del izquierdismo en el Comunismo (1920)
La vida de Lenin fue una existencia incansable al servicio de la revolución. Creía que las masas organizadas pueden y deben tomar el cielo, por asalto porque la burguesía y los terratenientes jamás les cederían el poder.
Una vida así y un equipo como el suyo tenía que triunfar. El 25 de Julio de 1918, la revolución se trajo abajo el orden burgués. Las personalidades del mundo la siguieron y apoyaron. Y las clases reaccionarias y conservadoras la desprestigiaron y conspiraron para traérsela abajo. No pudieron.
El 21 de enero de 1924, el corazón de Lenin dejó de latir. Sin embargo, y pese a los yerros del socialismo, Lenin sigue siendo un modelo de vida, un ejemplo para todos aquellos que se resisten a ser parte de este sistema inhumano que explota y hace parias a las personas y que depreda el planeta.
Los que valoramos el legado de Lenin tenemos una gran responsabilidad, la de apreciar su vida y su obra, tener una concepción científica del mundo y hacer cuanto se pueda por la aplicación y valoración del marxismo creador.
A modo de homenaje, este fragmento de un poema de Vladimiro Maiakovski:
"El Partido y Lenin
son hermanos gemelos;
¿quién es más importante para la madre-historia,
Cuando decimos: Lenin
es como si dijéramos:
el Partido
Cuando decimos: el Partido
es como si dijéramos:
Lenin."
Que no se alegre el liberalismo, Lenin y el Partido no son cadáveres. Ya quisiera la jauría que así fuera.
