"Humala no tiene carisma, no es un líder político ni intelectual; es un elemento operativo y cualquier liderazgo alternativo lo opaca. Por sobrevivencia política, necesita tener primeros ministros sin perfil propio ni vocación política", sostiene.
Rolando Breña,Dirigente de Patria Roja
Autor: PATRICIA QUISPE V.
pquispe@peru21.com
El secretario general de Patria Roja, Rolando Breña, reafirma su postura crítica hacia el presidente Ollanta Humala y extiende sus cuestionamientos a la primera dama Nadine Heredia, cuyas acciones políticas –afirma– son producto de un "ego descontrolado".
¿Cuál es su balance del gobierno de Ollanta Humala?
Es una continuación del modelo que viene desde los tiempos de Fujimori en temas políticos, económicos y sociales, y que ha continuado en sucesivos gobiernos. No se construye en el Perú un aparato económico propio que pueda resistir de mejor manera los embates de una crisis económica internacional.
¿El presidente Humala se dejó capturar por la derecha?
Es un prisionero voluntario de posiciones neoliberales que lo convencieron de que un cambio económico y político podía crear transtornos que le darían poco margen de acción política o social. Se dejó capturar, es el Síndrome de Estocolmo el que allí ha funcionado. Sin embargo, él no es parte natural de la derecha, es un advenedizo, y por eso siempre está bajo presión. En este país hay tres factores: el gobierno elegido, que es Humala; el real, que no son elegidos pero gobiernan por su fortaleza económica…
Y el informal representado por Nadine Heredia…
Formado por ella y su entorno. Ella no fue elegida para gobernar, no forma parte del poder real, pero se mete en todo lo que no le compete; opina, convoca a ministros, a veces los destituye; forma parte del gobierno informal pero su aspiración es ser algún día el gobierno formal.
¿Cree que Nadine Heredia y el titular de Economía son la verdadera pareja presidencial?
Pienso que sí. Y dentro de estos tres tipos de gobierno, Castilla es el emperador, el rey, porque nada se puede hacer sin el consentimiento de su sector, que está subordinado a poderes internacionales más que al gobierno nacional.
¿Y qué rol cumple Humala?
Humala es un elemento operativo del poder real que no tiene iniciativa propia. Quien pone la agenda nacional, a veces, es la oposición, pero fundamentalmente es la prensa que le dice al gobierno lo que puede o no puede hacer, lo que hizo mal o hizo bien, y el gobierno siempre ha retrocedido porque no tiene iniciativa propia, actúa de reflejo. Humala solo llegó a comandante, ni siquiera a general, grado para el que hay estudios de geopolítica, estrategia, etc.
Si Castilla es el emperador, ¿qué papel juega la primera dama?
Ella quiere tener presencia política y para eso trata de ser el poder real. Ella puede opinar lo que le dé la gana, es una ciudadana, pero no puede hacerlo a nombre del gobierno, no tiene función especial.
Pero el presidente avala sus intervenciones.
Tiene que hacerlo porque si no se produciría una crisis familiar que a la larga podría conducir a una crisis política. Tengo la impresión que, de una u otra manera, Humala aspira repetir en 2021 o, en todo caso, llevar a su esposa. No creo que ella sea candidata en 2016, y no porque no tenga la ambición sino porque no existen condiciones para ello.
¿La izquierda se arrepiente de haber apoyado a Humala para tentar la Presidencia?
En política no hay arrepentimientos, tal vez en religión. En política lo que hay son equivocaciones, quizá demasiada desconfianza o algunas frustraciones.
¿Y en el caso de Humala?
En mi partido no confiamos en Humala, no votamos por él en primera vuelta. Si lo hicimos en segunda vuelta fue porque frente a Keiko Fujimori no había más alternativa, pero no fue con convencimiento de que iba a ser un gobierno de transformación sino con la esperanza de que podría producir algunos cambios importantes en política económica; nuestro punto de vista fue demasiado generoso…
La decepción entonces no ha sido tan grande…
No, no esperábamos mucho. Después de ser proclamado presidente tuvimos una reunión y le dijimos que íbamos a apoyar al gobierno en la medida que tuviera una actitud popular, que no íbamos a ser un factor de desestabilización para el gobierno pero tampoco íbamos a actuar de voceros suyos. Le dijimos que éramos parte de la victoria porque habíamos trabajado por ella, incluso con mayor esfuerzo que otros partidos que lo apoyaron en segunda vuelta, pero siendo parte de ella no queríamos ser parte del gobierno; esa fue la última vez que lo vimos.
¿Podría haber, en el futuro, un nuevo acercamiento o ya la izquierda sepultó a Humala?
No puedo hablar a nombre de todas las izquierdas, pero como secretario general de Patria Roja le diré que no creemos que haya posibilidad de ningún acercamiento porque la desconfianza está sembrada y la duda de que no es capaz de encabezar cambios sustanciales en el país se ha convertido en certeza. Con él conversamos cinco o diez años (antes de que llegara a la Presidencia), en su casa, en mi casa, en las de amigos, y llegamos, de palabra, a políticas conjuntas que nunca se llevaron a cabo.
No cumplió su palabra.
No, y eso que alguna vez nos dijo: "Yo soy militar, cumplo mi palabra, y no necesito firmar documentos".
¿Y qué futuro le ve al Partido Nacionalista después de 2016? ¿Terminará como Perú Posible o el Apra, con dos o cuatro curules en el próximo Congreso?
El Partido Nacionalista continuará un tiempo prudencial en la escena política y puede llegar a eso (tener dos o cuatro curules), pero con una diferencia con el Apra, por ejemplo. Yo siempre he sido oposición a Alan García, eso es notorio, pero él es un líder distinto a Humala, tiene formación política, ideológica, conocimientos económicos, presencia política; entonces, las distancias son enormes.
El jefe de Estado tuvo un bajón en las encuestas y cayó hasta un 24%. ¿Qué tanto influyó en eso su esposa?
Ella fue uno de los factores de la caída del premier César Villanueva, fue actor de los conflictos con el ministro Luis Castilla y con otros. Es que ella tiene una ambición política incontrolable que la obliga a emitir opiniones cuando las circunstancias no les son favorables al gobierno.
Ustedes, con la experiencia política que tienen, ¿nunca advirtieron esa ambición?
Cuando uno no está en el gobierno las declaraciones son más prudentes, las intervenciones más mesuradas y las ambiciones más controladas, pero cuando uno llega al gobierno o es parte del poder el ego se descontrola por encima de sus propios deseos, ese ego gobierna la acción política y no la racionalidad.
¿Heredia tiene el ego descontrolado?
Yo pienso que sí.
¿Qué opina de los garantes?
Nadie puede garantizar a nadie. Los garantes benefician a Humala ante la opinión pública porque evitan un deterioro más rápido, pero a la larga será negativo porque en determinado momento van a empezar a tener diferencias, puntos de fricción y llegará la ruptura. Le crean a Humala la ilusión de que navega por aguas tranquilas y que llegará a buen puerto.
Pero en algún momento él tendrá que pisar tierra…
Exactamente. Entonces la frustración será sumamente dolorosa y la caída evidentemente más fuerte.
AUTOFICHA
■ "Soy abogado y político. Fui senador en dos períodos consecutivos: de 1980 a 1990, y congresista de la República de 1995 al 2000. Tengo 52 años de militancia en la izquierda, pero siempre en un solo partido".
■ "A mí me podrán reprochar muchas cosas. Me han dicho agitador, sectario, violentista, pero siempre he tratado de mantener consecuencia en una línea, aun sea equivocada".
■ "Los comunistas nos hemos comportado conservadoramente. No nos atrevemos a luchar con viejas ideas, esquemas y convicciones. Si queremos cambiar el país tenemos también que cambiar nosotros mismos".
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