CAMBIO, RIESGOS Y PRESIONES
Oscar Felipe Ventura
El nuevo gobierno se desenvolverá en un terreno movedizo, con una correlación de fuerzas insuficiente para producir los cambios que se necesitan en el Perú; cambios que se apoyan fundamentalmente en las expectativas de un amplio sector del pueblo, aun no articulado ni organizado, ni claro en el rumbo a seguir. Escenario complejo en el que el nuevo presidente está presionado desde fuera por una derecha intolerante y conservadora, que defiende sus "derechos adquiridos" con uñas y dientes, y desde dentro por sectores liberales y neoliberales que esperan "cambiar algo para que nada cambie" o cambie poco.
En este cuadro hay que ubicar la decisión de que Julio Velarde continúe en la presidencia del BCR. El Gobierno de "Concertación Nacional" corresponde a esta situación de correlación de fuerzas. No es la derecha perdedora la que ha hecho concesiones, sino Gana Perú, quien ha reducido su plataforma hasta llegar al lema "crecimiento con inclusión social", que podría correr el riesgo de convertirse en una nueva versión asistencialista en lugar de un proyecto transformador. Velarde en el BCR será parte del engranaje del continuismo neoliberal que buscan los grandes grupos de poder económico.
Para algunos analistas, no debe preocupar la presencia de Velarde porque "el Jefe del BCR no decide la política económica del país. Esto lo decide el ministro de Economía", sostienen. Pero ¡cuidado!. Se anuncia con fuerza a Luis Miguel Castilla como futuro ministro de Economía, quien fue vice ministro de Hacienda del entreguista y corrupto gobierno que termina. El señor Castilla es tan neoliberal como todos los ministros de Economía que han desfilado por esa cartera desde 1990. ¿Se acuerdan de Hurtado Miller, Boloña, Camet, Campodónico, Joy Way, Goldemberg, Silva Ruete, Kuczynski, Zavala, Valdivieso, Carranza, Mercedes Araoz, y ahora Benavides?. El neoliberalismo significa exclusión y no inclusión social.
Los retos del nuevo gobierno son inmensos; puede terminar neutralizado, incluso copado. Pero también hay la posibilidad de que rompa el cerco, avance y siente las bases de un verdadero cambio económico, político y social. Para ello es indispensable un contrapeso que sólo puede provenir del pueblo organizado y movilizado, dispuesto a defender los aspectos positivos de la oferta electoral de Ollanta Humala, recuperar las ideas avanzadas del plan de gobierno inicial, unido en la diversidad de sus componentes en la lucha común contra el neoliberalismo. La construcción de la correlación de fuerzas a favor del cambio es una necesidad urgente. ¡No permitamos que la esperanza de cambio se quede en la ilusión de querer hacerlo o soñar hacerlo!
Publicado en el Diario "La República", edición Norte Hoy Jueves, 21 de Julio 2011