Topy Top es una empresa exitosa dedicada al rubro de la confección textil de propiedad de los hermanos Aquilino y Manuel Flores, emprendedores huancavelicanos que migraron a Lima y encontraron la oportunidad de crear una razón social que ocupa mano de obra de miles de trabajadores con un gran componente femenino y juvenil para la producción de prendas de vestir junto a su cadena de tiendas para las ventas en Lima y en el interior del país así como también para la exportación, ya que cuentan con compradores, de marcas internacionales prestigiosas.
Sin embargo sus trabajadores no han tenido la misma suerte y oportunidad. Más allá del empleo precario estuvieron y están sometidos a leyes que en nombre de la “exportación no tradicional” fijan barreras que limitan mejorar sus condiciones de salario, de vida y de trabajo.
La libertad sindical, derecho laboral humano exigible, irrenunciable fue burlado en sus iniciales momentos y para la definitiva existencia del Sindicato tuvo que intervenir la Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Vestuario, Cuero y Calzado, con sede en Londres y Caracas.
Recuerdo a Isidor Boix, sindicalista español que alertó a la internacional sindical lo que venía sucediendo en Topy Top y al inglés Neil Karney que llegó a Lima junto a representantes de marcas europea y norteamericana Inditex y Gap, el 27 junio 2007, visto que los ejecutivos de la empresa no permitían su existencia del sindicato, en ese entonces dirigidos por los hermanos Willy y Percy Oré, Amed Albújar, entre otros.
La reunión se realizó en un aula de la Universidad Ruiz de Montoya. Pensé en la frase shakesperiana de “ser o no ser, esa es la cuestión” en su frialdad y contundencia, sin lugar a discusión: O permiten el funcionamiento del sindicato y el cumplimiento de los derechos laborales fundamentales o las marcas internacionales no compran ninguna prenda a la empresa Topy Top.
Ya sabemos la respuesta, no es necesario repetirla. El Sindicato de Trabajadores de Topy Top, que nació el 25 de febrero del 2007, se convirtió en interlocutor válido, se repusieron a los despedidos por intentar la constitución del sindicato, se consideró la entrega de un local sindical, iniciar las condiciones de negociación colectiva, y crear las condiciones de un relacionamiento de acuerdo al dialogo social y a los códigos de conducta de las marcas compradoras.
La Federación de Trabajadores Textiles del Perú (FTTP) participó con sus principales dirigentes representado por Gerardo Olórtegui, Teófilo Huamán y José Coaquira. A mí me cupo representar en estas reuniones a la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP).
El Sindicato de Trabajadores de Topi Top cumplió, el 25 de febrero, siete años de dura y sacrificada existencia, pero finalmente triunfante y combativo. Le sucedió a William Oré en la Secretaría General, el destacado joven sindicalista Amed Albújar y actualmente Abel Montoya. Nuestros mejores deseos de éxitos y victorias reivindicativas.
Ojalá sus propietarios recordando sus orígenes laborales, proletarios, atiendan las demandas del sindicato ya que los empresarios de las marcas internacionales emitieron carta abierta al Presidente de la República, Ollanta Humala, para que haga respetar los derechos de los trabajadores textiles y de confecciones. Un hecho que debe avergonzar a nuestros gobernantes.