¡UNIDAD PARA LUCHAR,UNIDAD PARA VENCER!
Estimados maestros y maestras:
Estamos atravesando circunstancias difíciles para el magisterio y la educación pública. El mensaje presidencial por fiestas patrias ha hecho más evidente el abandono, por parte de Ollanta, de sus compromisos electorales y la continuidad del modelo neoliberal.
Lejos de cumplir con lo ofrecido al magisterio y lo avanzado en la mesa de diálogo, respecto del urgente incremento de remuneraciones y pensiones, así como el pago de la deuda histórica, lo que tenemos es una propuesta de una "Ley de Desarrollo Docente" que, por presión de los defensores de la mal llamada Ley de CPM, hasta le han cambiado de nombre y, hasta donde se conoce por la versión no oficial que está circulando, en el marco del ahorro fiscal que exige el Ministerio de Economía, por orden del FMI, pretende anular los más importantes beneficios económicos y hasta rebajar los niveles alcanzados por los maestros comprendidos en la Ley 24029 – 25212.
Sin embargo, el SUTEP cuenta con el Anteproyecto de Ley del Profesorado, que luego de ser aprobado en dos convenciones nacionales sucesivas y de una amplia difusión, ha sido presentado al Congreso de la República por intermedio del Colegio de Profesores del Perú. Tal como lo ha aprobado la V Asamblea Nacional de Delegados del SUTEP, del 02 de agosto, exigimos el más amplio debate de ambas propuestas con la participación de los directamente involucrados como somos los maestros.
Entre otras cosas, debemos exigir:
1) Aumento para todos los maestros (desde el piso salarial) y proporcionalmente a los niveles. ¡No a la rebaja de los sueldos!
2) Respeto a los niveles alcanzados en las respectivas leyes (24029 y 29062) no a las "reubicaciones" arbitrarias y sin criterio pedagógico. ¡No a la rebaja de niveles!
3) Carrera de 5 niveles y desarrollo meritocrático (por evaluación) para los ascensos.
4) Evaluación que incida principalmente en el desempeño en el aula o la función que se ejerza.
5) Respeto a todas las bonificaciones y asignaciones conquistadas.
6) Respeto de la estabilidad laboral.
7) Desarrollo magisterial con equidad, no a la condena del 70% de maestros a una "carrera" de dos niveles (29062).
Lamentablemente en esta lucha tenemos dos distractivos: por un lado los defensores de la mal llamada Ley de CPM de Chang y García, que plantean no tocar ese engendro y "ni un sol de aumento si no es previa evaluación"; y, por otro lado el anarquismo divisionista que le hace el juego a los enemigos del magisterio y que tras el objetivo de legitimar al movadef de sendero luminoso, para buscar la amnistía de Fujimori, Montesinos y Abimael Guzmán, han promovido una huelga de una minoría del magisterio del sur del país, generando ante la opinión pública la imagen de un sindicato dividido, que sólo favorece a los implementadores de la reforma educativa neoliberal, privatista y antimagisterial. No es la primera vez que lo hacen: en el 2003, con su accionar divisionista, dieron motivo para la declaratoria del estado de emergencia y la posterior aprobación de la Ley General de Educación 28044 que da inicio a la "evaluación para la permanencia"; en el 2007, igualmente promovieron una huelga divisionista que permitió la dación de la Ley 29062 mal llamada de CPM de Chang.
Hoy requerimos de la más amplia unidad para enfrentar esta situación. Además del amplio debate para el que debemos estar preparados, en base a nuestra propuesta, necesitamos estar mentalizados para las más diversas acciones de masas que debemos implementar en el momento oportuno, sobre todo cuando se inicie el debate en el Congreso, incluida la huelga. Participemos activamente en las reuniones de estudio y debate de la Ley el 10 de agosto y garanticemos la presencia de nuestros delegados en la Convención Nacional Extraordinaria del 18 de agosto. Pongamos en tensión todas nuestras fuerzas.
Rene Ramírez Puerta
Secretario General SUTEP
lunes, 25 de octubre de 2010
Balance Electoral y Unidad para el Cambio
Por: Yomar Meléndez Rosas
A pesar de los esfuerzos conservadores por negar que el pasado 3 de octubre vencieron las fuerzas del cambio, los resultados electorales en Piura, Cajamarca, Junín, Arequipa, Cusco y, por supuesto, Lima, expresan la búsqueda de una nueva representación política y rechazo al estilo de desarrollo vigente.
Sumados los votantes de estas zonas tenemos más de la mitad del universo electoral, sin contar lugares en los cuales se reeligieron opciones críticas al gobierno ni considerar lo que pueda salir de la segunda vuelta regional.
Decir entonces que "ganaron los empresarios" como lo ha dicho hace algunos días en su balance Jaime de Althaus, es una manera elegante de escamotearle el triunfo a quienes no comparten el camino del extractivismo neoliberal; decir, además, que "la izquierda ha perdido presencia", es pretender olvidar que ser de izquierda (o de derecha) hoy no es militar en un partido sino adherirse a los postulados que estas posiciones promueven.
Por tanto, no exageramos al señalar que un nuevo mapa político caracteriza al país, una nueva situación en la cual el fujimorismo insinúa mayor presencia y Alianza para el Progreso –esa especie de partido-empresa-, comienza a despegar.
Así las cosas, enorme responsabilidad recae en los sectores que propugnan el cambio: o se unen o postergan por tiempo indefinido la posibilidad de gobernar la Nación. Si en la capital -plaza fuerte de las derechas nativas- se está logrando la victoria es, entre otras razones, por la unidad alcanzada en torno a la propuesta programática de la Confluencia y el liderazgo de Susana Villarán. No valorar esta dimensión del resultado sería sencillamente volverse a equivocar.
Considerando que la unidad es un largo y complejo proceso que puede abordarse de distintas maneras, pienso que lo primero y más importante sería discutir los puntos básicos del programa. Creo posible que en el extenso y disímil espectro de las izquierdas, el progresismo y el nacionalismo, se pueden encontrar coincidencias. Candidaturas, maneras democráticas de elegirlas y formas de organización son asuntos complicados que se hacen más llevaderos si avanzamos en el programa.
Sin embargo, a las izquierdas nos corresponde ponernos de acuerdo antes que los demás. Lo hemos hecho recientemente y también en el pasado, nada impide que lo volvamos a hacer. Lo único de debemos considerar es que los tiempos han cambiado, que se requiere renovación, voluntad y práctica inclusiva, mejor comunicación, relación horizontal con la gente, en fin, ser conscientes que el nuevo siglo demanda izquierdas innovadoras, audaces, lozanas que no abandonen en ningún momento sus principios de fundación.
Abogado. Vicepresidente Nacional del Movimiento Nueva Izquierda (MNI)
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