La violencia contra la mujer sigue cubierta por un manto de silencio
Entrevista a Sandra Barilari *
Si hacemos un análisis critico de nuestra sociedad, ¿cuales son las causas que nos han llevado a transitar casi naturalmente por la violencia y el abuso?
Creo que las cosas han cambiado bastante, aunque la naturalización de la violencia contra la mujer, en particular el maltrato psicológico y sexual ejercido sobre niñas/os, adolescentes y mujeres, sigue muchas veces cubierto por un manto de silencio; la sensibilización respecto a estas situaciones comienza a ser tema de discusión y revisión, sobretodo para promover nuevos servicios específicos y marcos legislativos, el tema sería que las personas cuenten con la adecuada información para la defensa de sus derechos y, obviamente que la administración de la justicia sea justa..., todo un tema.
¿Cuál cree que debe ser el rol del Estado frente a la violencia intrafamiliar y el abuso infantojuvenil? Nuestro Estado, ¿cumple con ese rol?
El Estado debe garantizar el cumplimiento de los derechos humanos, las Instituciones tienen que arbitrar los mecanismos para que las personas puedan ejercer esos derechos, pero todas y todos tenemos la responsabilidad en esto.
¿Cómo se evita la revictimización que sufren las mujeres, niñas y adolescentes cuando recurren en busca de ayuda a algunas instituciones estatales?
La revictimización no se da sólo en servicios estatales…, lamentablemente esto puede ocurrir en cualquier ámbito de intervención o atención, las cosas cambian cuando se humaniza el trato y no se pierde de vista a los sujetos en el proceso.
¿Cuál es su punto de vista sobre el abordaje que sobre estos temas hacen los medios de comunicación?
Siempre pienso que cualquier modo en que se refleja «mediatizada» la problemática, puede resultar un objeto de conocimiento para «educarnos», el tema es hacer el esfuerzo de utilizar una mirada crítica. De cualquier manera, la banalización de algunas notas periodísticas y la fatalidad planteada en algunos programas televisivos, muchas veces derriba en minutos el trabajo que hacemos hace años, por ejemplo para promover vínculos equitativos o para creer en la palabra de niñas y niños. A quienes trabajamos en el tema, esto nos compromete aún más a fortalecer estrategias de sensibilización y apoyo, ya sea para llegar antes o de modo más eficaz ofreciendo una atención más dedicada y humanizada.
¿Cómo se educa a nuestros niños y adolescentes en la no-violencia?
Promoviendo un vínculo comprensivo y orientado a la valorización y fortalecimiento del concepto de sí misma/o, de la autoestima, la autoconfianza y la aceptación de los demás, son algunos aspectos necesarios para la convivencia y la superación de dificultades sin apelar a la violencia.
¿Qué función debe cumplir la institución escolar si detectara un caso de violencia o abuso o si sospechase que se halla frente a uno?
La escuela tiene un rol fundamental, no sólo en la transmisión de derechos sino también en promover un cambio en la vida de niñas, niños y adolescentes que sufran cualquier forma de violencia, es decir afectar, alterar el curso de la violencia, cuando se manifiesta en la escuela, porque de ser así, se trata de un/a alumno/a que está haciendo un pedido de ayuda.
La escuela es un espacio privilegiado para facilitar que quien es víctima de abandono, maltrato físico, sexual o psicológico pueda construir resiliencia. Esto no significa que las cosas se resuelvan inmediatamente o que no sufra más, ya que resiliencia no es ausencia de sufrimiento. En tal caso, como adultos convocados, debemos dejar otra huella, que no sea la violencia, la indiferencia o el estigma. La experiencia dice que no importa lo profunda que sea una cicatriz, en ningún caso eso determinará el futuro.
¿Por qué generalmente hablamos de la figura del violador o abusador incestuoso como de un «monstruo»?
Porque seguramente es más tranquilizador suponer que se trata de alguien No humano, de lo contrario deberíamos mirarnos, mirar para atrás, volver a «ver» y hacernos responsables…
¿Por qué habla usted de «sobrevivientes» y no de «victimas»? ¿De que manera pueden resignificar su vida a partir de haber pasado por una situación así?
La condición de «víctima» suele dejar anclada una identidad circunstancial. Más allá del hecho delictivo cometido por la violencia sexual, en cualquiera de sus formas, que establece un victimario y una víctima, las personas superando, avanzando, recuperando sus proyectos de vida, con el costo que tiene, «sobreviven» a un hecho profundamente traumático.
¿Qué promueve el Acompañamiento Psicosocial de una persona sobreviviente de abuso sexual o violación?
El Acompañamiento Psicosocial en la atención a personas que han sufrido violación sexual o abuso, entre otros aspectos de la recuperación, facilita la comprensión de sentimientos contradictorios o de soledad y agobio, colabora en la recuperación del sentido de control sobre la propia vida, entendiendo y evaluando sus opciones para llevar a cabo decisiones informadas. Además, ofrece elementos de apoyo con efectos terapéuticos para disminuir el sufrimiento emocional y propicia la reconstrucción de los lazos sociales y familiares, fortaleciendo el desarrollo de las potencialidades individuales y vinculares, que permitan el restablecimiento de los derechos de las personas vulneradas.
Fuente: Revista "Otra Mujer"
* Sandra Barilari es Psicóloga Social y Acompañante Terapéutica. Se desempeña como docente y Asesora Técnica en Derechos de la Infancia y Adolescencia en el Postítulo de Actualización en Educación Sexual en la Escuela de Capacitación docente –CePA- del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Publicado en :
www.mni.org.pe
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