Luego de la caída del socialismo soviético la izquierda mundial quedó perpleja: sabía más lo que no quería que se repitiera de ese socialismo, que lo que quería construir. Se criticaba la falta de democracia, el autoritarismo, el capitalismo de Estado, la planificación central
burocrática que no toma en cuenta las necesidades de la gente, el colectivismo que pretende homogeneizar a todas las personas sin respetar las diferencias; el productivismo que pone el acento en el desarrollo de las fuerzas productivas sin tener en cuenta la necesidad de preservar la naturaleza; el dogmatismo que impide el debate y la crítica; el considerar que para ser socialista hay que ser ateo, porque la religiosidad de la gente es algo negativo, la existencia de un sistema político de partido único y sobretodo, la falta de protagonismo de la gente.
Cuando la propaganda conservadora habla de la muerte del socialismo, el escritor uruguayo Eduardo Galeano responde: "me han invitado a un entierro de un muerto que no es el nuestro". Nuestra idea de socialismo era la de un socialismo democrático, participativo, construido por la gente. Tampoco era la idea de Marx. Éste sostenía que la sociedad alternativa al capitalismo era aquella en la que el hombre se desarrollaría plenamente a través de la práctica revolucionaria, porque al ir transformando las circunstancias se iría transformando a sí mismo: idea que también está presente en el artículo 62 de la Constitución bolivariana, que hoy la oposición dice defender.
¿Cree que puede atribuirse al presidente Chávez el resurgimiento del socialismo?
Yo creo que quien parió el socialismo en América Latina no es Hugo Chávez sino el neoliberalismo. Fue la extensión de la pobreza en inmensos sectores de la población mientras se acumulaba la riqueza en unas pocas manos, la explotación, de la inseguridad en el trabajo, entre otras cosas, lo que hizo que nuestros pueblos resistieran primero para pasar luego a la ofensiva eligiendo gobernantes con programas antineoliberales. El mérito del Presidente fue entender que sólo si caminaba hacia el socialismo podría resolver los problemas más sentidos de su pueblo. Y como tenía claro la carga negativa de la palabra, desde un comienzo habló de socialismo del Siglo XXI para diferenciarlo del anterior, planteando como eje central el protagonismo popular. Hoy las reflexiones del Presidente y las prácticas que se están dando en Venezuela, y otros países de América Latina ya nos permiten tener un visión más clara del socialismo que queremos construir. En mi libro desarrollo las características de este nuevo socialismo y lo que desde el Gobierno, que es sólo una parte del poder del Estado, se puede hacer para avanzar hacia lo que yo prefiero llamar: el horizonte socialista.
Se trata de un proceso largo que requiere una transformación cultural profunda: que la gente vaya superando la cultura individualista, consumista, rentista, clientelar y se vaya creando una cultura humanista, solidaria, respetuosa de las diferencias. Lo central de este nuevo socialismo es que no se puede decretar desde arriba, sino que tiene que construirse con la gente. Pero esto se hubiese quedado en meras palabras si no se hubiese creado espacios adecuados para la participación. Por eso es tan importante la iniciativa de Chávez de crear los consejos comunales y, más tarde, los consejos de trabajadores para ir conformando un verdadero poder popular.
¿Piensa que este socialismo se puede imponer desde arriba?
De ninguna manera. Tenemos que conquistar la mente y el corazón de la inmensa mayoría de la gente para nuestro proyecto. Sólo así podremos avanzar por la vía democrática y pacífica que nos hemos propuesto. Por eso yo coincido con las palabras pronunciadas por el general Melvin López Hidalgo en Falcón, durante la presentación que hice de este material pedagógico en esa entidad. En síntesis dijo: ¿Queremos que en Venezuela los consejos comunales sean socialistas? ¡Claro que sí! ¿Queremos que Venezuela sea socialista? ¡Claro que sí! Pero camaradas, para llegar a esa meta hay que empezar por trabajar con la gente que existe, y muchos de ellos no son socialistas. Ya el presidente Chávez decía en su primer Aló Teórico, el 20 de junio de 2009: Si vive por ahí alguien del oposición, llámenlo también, que venga a trabajar y a ser útil. La patria es de todos, y hay que abrir espacios. Ustedes verán que con la praxis mucha gente se va transformando.
Los libros se presentaron en Barquisimeto y en Carora, estado Lara, y se hará en otras ciudades.
Cuando la propaganda conservadora habla de la muerte del socialismo, el escritor uruguayo Eduardo Galeano responde: "me han invitado a un entierro de un muerto que no es el nuestro". Nuestra idea de socialismo era la de un socialismo democrático, participativo, construido por la gente. Tampoco era la idea de Marx. Éste sostenía que la sociedad alternativa al capitalismo era aquella en la que el hombre se desarrollaría plenamente a través de la práctica revolucionaria, porque al ir transformando las circunstancias se iría transformando a sí mismo: idea que también está presente en el artículo 62 de la Constitución bolivariana, que hoy la oposición dice defender.
¿Cree que puede atribuirse al presidente Chávez el resurgimiento del socialismo?
Yo creo que quien parió el socialismo en América Latina no es Hugo Chávez sino el neoliberalismo. Fue la extensión de la pobreza en inmensos sectores de la población mientras se acumulaba la riqueza en unas pocas manos, la explotación, de la inseguridad en el trabajo, entre otras cosas, lo que hizo que nuestros pueblos resistieran primero para pasar luego a la ofensiva eligiendo gobernantes con programas antineoliberales. El mérito del Presidente fue entender que sólo si caminaba hacia el socialismo podría resolver los problemas más sentidos de su pueblo. Y como tenía claro la carga negativa de la palabra, desde un comienzo habló de socialismo del Siglo XXI para diferenciarlo del anterior, planteando como eje central el protagonismo popular. Hoy las reflexiones del Presidente y las prácticas que se están dando en Venezuela, y otros países de América Latina ya nos permiten tener un visión más clara del socialismo que queremos construir. En mi libro desarrollo las características de este nuevo socialismo y lo que desde el Gobierno, que es sólo una parte del poder del Estado, se puede hacer para avanzar hacia lo que yo prefiero llamar: el horizonte socialista.
Se trata de un proceso largo que requiere una transformación cultural profunda: que la gente vaya superando la cultura individualista, consumista, rentista, clientelar y se vaya creando una cultura humanista, solidaria, respetuosa de las diferencias. Lo central de este nuevo socialismo es que no se puede decretar desde arriba, sino que tiene que construirse con la gente. Pero esto se hubiese quedado en meras palabras si no se hubiese creado espacios adecuados para la participación. Por eso es tan importante la iniciativa de Chávez de crear los consejos comunales y, más tarde, los consejos de trabajadores para ir conformando un verdadero poder popular.
¿Piensa que este socialismo se puede imponer desde arriba?
De ninguna manera. Tenemos que conquistar la mente y el corazón de la inmensa mayoría de la gente para nuestro proyecto. Sólo así podremos avanzar por la vía democrática y pacífica que nos hemos propuesto. Por eso yo coincido con las palabras pronunciadas por el general Melvin López Hidalgo en Falcón, durante la presentación que hice de este material pedagógico en esa entidad. En síntesis dijo: ¿Queremos que en Venezuela los consejos comunales sean socialistas? ¡Claro que sí! ¿Queremos que Venezuela sea socialista? ¡Claro que sí! Pero camaradas, para llegar a esa meta hay que empezar por trabajar con la gente que existe, y muchos de ellos no son socialistas. Ya el presidente Chávez decía en su primer Aló Teórico, el 20 de junio de 2009: Si vive por ahí alguien del oposición, llámenlo también, que venga a trabajar y a ser útil. La patria es de todos, y hay que abrir espacios. Ustedes verán que con la praxis mucha gente se va transformando.
Los libros se presentaron en Barquisimeto y en Carora, estado Lara, y se hará en otras ciudades.