León Trahtemberg.
Con frecuencia en el Perú se toma como ejemplo a Chile para muchos temas económicos, productivos y sociales. Si bien hay mucho que aprender de la experiencia chilena en varios campos, hace años vengo sosteniendo que no es el caso en la educación. Más bien, están casi tan rezagados como los peruanos en toda evaluación internacional que se hace, pese a que invierten casi 4 veces más que nosotros per cápita en educación.
Sin embargo, las razones de los escasos logros son similares al caso peruano, empezando por la precaria formación de los profesores, que más allá de su vocación, amor a los niños y dedicación, tienen que enseñarles a los alumnos contenidos y estrategias para las que no fueron preparados.
El Estudio sobre Desarrollo y Formación Docente en Matemáticas (TEDS-M) fue diseñado y luego implementado entre el 2007 y 2008 por el International Association for the Evaluation of Educational Achievement (IEA) –la misma que hace las pruebas TIMSS-. Este reveló en sus resultados preliminares que una muestra de 1400 futuros maestros de 34 instituciones superiores de Chile tuvo los resultados más bajos en los indicadores que midieron el conocimiento de matemática y de pedagogía matemática, por debajo de los otros 15 países participantes, incluyendo Georgia, Botswana y Filipinas (países que tienen un ingreso per cápita entre 1/3 y 1/10 del chileno).
El ranking en cuanto a dominio de los temas de matemáticas para futuros profesores de baja secundaria arroja lo siguiente: Taiwán 667, Rusia 594, Singapur 570, Polonia 540, Suiza 531, Alemania 519, EE.UU. privados 512 , EE.UU públicos 505, Malasia 493, Tailandia 479, Omán 472, Noruega 444, Filipinas 442, Botswana 441, Georgia 424 y Chile 354. (En la submuestra de 1ero a 4to de primaria Chile quedó penúltimo).
El ranking en cuanto a dominio de los temas de pedagogía de las matemáticas para futuros profesores de la baja secundaria arroja lo siguiente: Taiwán 649, Rusia 566, Singapur 553, Suiza 549, Alemania 540, Polonia 524, EE.UU. privados 505 , EE.UU públicos 502, Tailandia 476, Omán 474, Malasia 472, Noruega 463, Filipinas 450, Georgia 443, Botswana 425 y Chile 394.
Los resultados chilenos no sorprenden porque son coincidentes con los que ha tomado el propio ministerio de educación con la prueba INICIA, que se aplica a los egresados de pedagogía de los institutos de formación docente.
La primera versión se aplicó en 2008. Los estudiantes podían optar entre rendir un test de conocimientos generales (contenidos de primero a cuarto de primaria) o un test específico (sobre conocimientos para el segundo ciclo del sexto al octavo grado).
En promedio los egresados solo respondieron correctamente el 47% de las preguntas sobre conocimientos generales y el 60% del total sólo contestó correctamente menos de la mitad de las preguntas. En el caso del test específico, los que rindieron la prueba de Naturaleza obtuvieron sólo 36% de respuestas correctas.
Sin embargo en Chile, a diferencia del Perú, ocurren tres cosas: una, participan en cuanta prueba internacional pueden para compararse y sacar conclusiones y medidas correctivas a partir de esas comparaciones. Dos, cada vez que se publica un resultado hay un fuerte debate público sobre el tema que moviliza a todos los medios y la sociedad. Tres, los gobiernos se comprometen a aumentar los recursos y esfuerzos dedicados a hacer de la educación chilena una educación competitiva a nivel mundial. Tomará un tiempo, pero llegarán.
En cambio en el Perú los gobernantes se complacen triunfalistamente con avances insignificantes, los convierten engañosamente en activos electorales, sin apostar seriamente por la educación y sin pretender movilizar la opinión pública y los presupuestos estatales y privados en favor de la educación.
Tomará un tiempo más descubrir que así no llegaremos a ninguna parte, y que quienes demandamos del gobierno cambios sustantivos en su desacertada política educativa no estamos inventando realidades.