Solidaridad con Paul Mac Auley y la Amazonía Peruana.
El sacerdote católico de nacionalidad británica, Paul Michael John Thomas Mac Auley, conocido en Loreto como Hermano Paul, está amenazado por el gobierno peruano con la deportación a su país. Las informaciones advierten que ya es una orden del Ministerio del Interior, es decir, del corazón mismo de las decisiones que manejan las fuerzas represivas del Estado. Que sea Migraciones o quién sea, es orden del régimen neoliberal aprista-fujimorista y punto.
Las organizaciones populares de Loreto, el Frente Patriótico, las organizaciones indígenas amazónicas, el movimiento estudiantil de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, el SUTE Regional Loreto y sus bases provinciales, intelectuales y profesores universitarios de la citada universidad, todos al unísono están expresando su indignación frente la medida gubernamental y su solidaridad con Paul Mac Auley.
Quién es Paul Mac Auley.
Como ya se dijo, es un sacerdote católico que de Gran Bretaña vino al Perú a ejercer su función de pastor, primero en Lima y luego en Loreto, con permanencia fundamental en Iquitos, pero con un itinerario de trabajo por toda la selva de esta región. Su principal preocupación, al lado de su trabajo pastoral, han sido, en todo momento, los problemas de los sectores oprimidos y el cuidado de los recursos naturales amazónicos, siempre en la mira de las grandes empresas transnacionales que no solamente pretenden extraer hasta la última gota de petróleo, sino que, además, buscan lotizar las tierras amazónicas para producir lo más rentable para ellas en el mercado internacional, el biocombustible, al margen de la situación de las poblaciones que habitan, ancestralmente, estos territorios.
Por sus preocupaciones sociales y ecológicas, Paul Mac Auley fundó la Red Ambiental de Loreto, institución dedicada a velar por los recursos naturales y el cuidado del medio ambiente, centrando su mayor atención en el derecho de las poblaciones loretanas de vivir en su hábitat sin que se ponga en peligro el sistema ecológico, cuyos elementos acuíferos, atmosféricos, forestales y de fauna silvestre constituyen los medios principales de supervivencia; y que, como lo comprueban los ecólogos más reputados, su desaparición paulatina o su desgaste acelerado convertiría a la Amazonía toda en un páramo.
A Paul Mac Auley le estreché la mano en el presente año, en Iquitos, cuando yo salía de una entrevista en un canal de TV, mientras él ingresaba al set para una entrevista. Hombre muy atento y apacible en su trato, rápidamente me comentó que estaba muy preocupado por las persecuciones a los dirigentes por el caso de Bagua, pero que además las empresas petroleras estaban haciendo lo imposible para embaucar a ciertos apus del Marañón, mediante la entrega de dinero, a efecto de que den su consentimiento para seguir lotizando sus territorios y explorar sin mayores oposiciones de los indígenas.
En las luchas indígenas de los últimos años Paul Mac Auley ha jugado un papel de conciencia ecológica en Loreto, aun cuando nunca se involucró en las movilizaciones del Frente Patriótico, conservando siempre una gran mesura en su apoyo a las comunidades campesinas y nativas, como ha venido ocurriendo con otros sacerdotes católicos en la Amazonía peruana. Paul Mac Auley ha optado por la intermediación, por ser una voz de alerta y de apoyo, lo que significa que ha ejercido su derecho de hombre universal que defiende los derechos de los pueblos protegidos por sendas resoluciones de las Naciones Unidas, cuyo cumplimiento es deber de todos los estados firmantes de dichas normas.
La represión y el poder de las transnacionales.
Lo que viene ocurriendo con Mac Auley no es sino la cadena represiva del gobierno peruano contra los luchadores sociales, contra los dirigentes sindicales y populares y contra todos los que comenten el "pecado" de oponerse al omnímodo poder de las transnacionales bajo el amparo de gobiernos neoliberales que están hipotecando, cuando no regalando, las riquezas nacionales en aras de las inversiones extranjeras.
De las leyes que criminalizan las luchas sociales y la acción de sus dirigentes, el gobierno ha pasado a la expulsión de hombres que, viniendo de otros países, se solidarizan con los pobres del Perú. Mientras a Doe Run se le permite hacer lo que está haciendo, otorgándole plazos y plazos para que cumpla con sus compromisos, sin cumplirlo, al sacerdote Mac Auley se le niega seguir viviendo en nuestro país.
El caso de Paul me recuerda 1974, cuando los pueblos de San Martín y Alto Amazonas luchábamos por arrancar del gobierno central (la entonces dictadura militar de Juan Velasco Alvarado) servicios básicos de agua, desagüe, luz eléctrica y el derecho de propiedad territorial para viviendas, los jefes militares destacados para reprimir al pueblo amenazaron con expulsar a un sacerdote español que apoyaba a esos pueblos, en Saposoa. El sacerdote tuvo que retirarse del país.
Visto con objetividad, el gobierno aprista está siguiendo un rumbo fascistoide y de rasgos de militarización por el tipo de medidas represivas que viene tomando y que amenaza con profundizar, como cuando pretende la intervención en las universidades públicas, o cuando determina que profesores condenados por terrorismo y que ya han cumplido su condena, sean retirados de la docencia.
La amenaza abierta a Paul Mac Auley es parte del clima altamente represivo del régimen aprista. Una paradoja con el indulto a Crousillac. Los neoliberales pueden convivir muy bien con los que roban al Estado, pero no toleran a quienes luchan en defensa de los pueblos.
Solidaridad con el hermano Paul.
El gobierno aprista, obnubilado con su "crecimiento económico" y sus "inversiones extranjeras", no mide las consecuencias de sus políticas represivas. Ordenó el desalojo de los indígenas de la Curva del Diablo, y le explotó la violencia en la caradura de sus ministros y sus jefes militares.
La amenaza de expulsión al hermano Paul Mac Auley le será adverso en términos políticos y éticos, incluso de "defensa nacional" como arguye la arbitraria orden del Ministerio del Interior. No solamente se multiplicará la solidaridad con el sacerdote agraviado, sino que esa expulsión revelará la debilidad de un Estado para resolver los problemas planteados sin vulnerar los derechos de los ciudadanos que no luchan por su beneficio personal, sino en resguardo de los derechos de todos los peruanos y, en particular, de los loretanos.
Ante el mundo, Paul Mac Auley representará, de ser expulsado, la conciencia ecológica agraviada. En cambio, el Presidente García y su gobierno serán vistos como la conciencia enajenada por las transnacionales del petróleo, del gas y de los monocultivos para los biocombustibles.
¡Felicitaciones, hermano Paul Mac Auley, por tu lucha, tu conciencia y tu compromiso con los pobres de Loreto y del Perú!
Lima, julio 3 del 2010
